Mi vida, Mis reglas.

Despedida.

1
Era una mañana fría, con el cielo totalmente despejado; se notaba que en la tarde haría mucho calor. Esa misma mañana Jonathan Ribes, se arreglaba para su ultimo día con sus compañeros. Ya que era la clausura de su generación (2027-2030). Para Jonathan la secundaria, fue una gran etapa; conoció nuevas personas, obtuvo un buen promedió (era de los mejores del aula).
Su vida era perfecta... Padres millonarios. Una gran casa.
Tenia todo lo que quería. A excepción de una cosa, que era salir con sus amigos a la calle. Jonathan tiene todo a unas calles de su casa... El parque. El cine. La biblioteca. La librería. Un campo deportivo.

- Jonny, ¿ya estas listo? -. Grito su madre, desde la su habitación.

- Ya casi.

- Date prisa. La clausura da inicio en una hora, y aun no desayunas.

La madre de Jonathan, era muy sobreprotrectora con él. Ya que era el único hijo que tenían.

2
- Rouse, cariño, no lo presiones. Hoy es su día. Hoy concluye una etapa mas -. Dijo el papá de Jonathan; el señor Dale Ribes.

- Amor, sabes que siempre me preocupo por su desayuno. Y sabes muy...

- Si, si. Lo sé. Siempre tenemos que desayunar -. Interrumpió el señor Dale. Con un tono un poco provocativo -. Pero amor, ya esta un poco grande para que lo sigamos protegiendo como un niño de kinder.

- No me gustaría que le pasara algo.

- Cariño, lo entiendo. Es lo que todos los padres del mundo quieren para sus hijos. Que nada malo les pase -. Dale sacudió el saco que se había puesto; era un saco de lo las fino, su color era azul rey -. Pero entiendelo, ya es un joven, no un niño.

- Sabes que para mi... -. Se acerco con Dale - ¿Podrías subir el cierre de mi vestido?.

El señor Dale, tomo el cierre y lo subió con delicadeza, mientras observaba el cuerpo de su esposa.

3

Jonathan había terminado de arreglarse. Portaba un traje color gris, con una camisa blanca, y una corbata gris. Sus zapatos estaban que brillaban de lo limpios que estaban.

Jonathan salio de su habitación, y fue con sus padres.
Su madre al verlo, fue a darle un gran abrazo y un beso en la mejilla, haciendo que se quedara el rojo carmín de su labial en la mejilla de Jonathan.

- Mi niño, que hermoso te ves.

-¡Mamá!

Dale miraba el disgusto de su hijo. Sabía que el quería su espacio; ya no era un niño.

- Cariño, ¿que fue lo que hablamos? -. Preguntó Dale mientras sostenía el hombro de su esposa.

- Ve a desayunar Jonathan. Ya esta servido en la mesa.

4

Jonathan bajo hacia el comedor. Al llegar observo que había un un vaso con jugo de naranja y fruta picada.

Tomo la silla y se sentó. Dio un pequeño sorbo al jugo y su sabor era muy refrescante. La fruta, era manzana, mango y sandía. Todo picado en cuadros casi perfectamente del mismo tamaño.