Capítulo 23 "Wow, wow, ¿qué es esto?"

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*Pasados 3 meses y dos semanas en Cabo Verde...*

Narra Justin:

"Voy a recogerte, no me vas a reconocer." Sonrío pícaramente. Tengo las persianas aún bajadas del domirtorio a pesar de que es mediodía, pasada un poco la hora de comer. La poca luz que entra solo me alumbra parte de la cara debilmente y hace que me sienta como un villano.

"¿Qué haces?" _____ enciende la luz, me asusta, cuelgo de golpe el teléfono y rompe mi fantasía de novela negra. Rueda lo ojos. "Qué te gusta montarte tus películas." Se dirige a las persianas y las comienza a subir. "Se me ha antojado helado, ¿podrías pedir que suban un poco?" Pregunta. Esta es la mía.

Aunque me sigo recuperando del susto y mis pulsaciones lo hacen más lentamente, hablo. "Estaba llamando por lo mismo, creía que habría en el congelador y no hay." _____ termina de subir por completo las persianas y se gira para mirarme, coloca las manos detrás de su espalda, cerca de los costados. Menudo bombo tiene ya.

"Wow, Sherlock, increíble tu nuevo descubriemiento." Dice riendo. Cuanto más embarazada está, más sarcástica es, más actitud tiene y más cosas le molestan.

"Ja, ja." Digo entrecerrando los ojos. _____ sale del dormitorio hacia el salón y la sigo. Se sienta en el sofá y enciende la tv. "No sé qué demonios tienes con la tv cuando solo hablan en portugues."

"Se aprende mucho y me interesa la cultura." Dice mirándome de refilon y volviendo a mirar la pantalla. "Yo cuando salgo puedo comunicarme con otros seres humanos, tu en cambio, solo conmigo." Bueno, hasta dentro de poco. "¿Vas a ir a por helado o no?" Veo como se le hace la boca agua.

"Yo tengo un bueno polo." Digo sin pensarlo. Momento de novela erótica.

"Eso tiene que estar más derretido ya..." Dice levantando las cejas. ¿Desde cuándo desprecia así a mi pene? Ah sí, desde que decía que no quería tener más sexo para que el pene no le chocase en la frente al bebé y saliese tonto como su padre. "Ve a por el helado, por favor." Bufa.

"Está bieeeen..." Arrastro las palabras con tanta vagueza que yo mismo me asombro. Tengo que salir, pero el papel me está saliendo muy bien. "Vuelvo en un rato."

"No tardes, hazme el favor." La oigo decir en bajo mientras salgo y cierro la puerta.

"Como si te importase." Dice soltando una carcajada sarcástica. "Te puede venir un negro con mi cabeza en una mano y un helado en la otra, que coges el helado y cierras la puerta en su cara."

"¡Qué te he oído!" Oigo la voz de _____, me giro y está en la puerta de brazos cruzados mirándome. Pensaba que había andado más, pero no, mi mente peliculera me ha traicionado y esto como a siete pasos de la puerta.

"Vale, vale, ya me voy." Rectifico y comienzo a andar rápido. No sé como hago pero siempre acabo como los perros acojonados, con el rabo entre las piernas.

Llego al ascensor y toco el botón. Magnífico, está en la planta del hall y yo estoy en la 12, qué alegría. Escucho una puerta a mi lado que suena, son los únicos vecinos que tenemos en la planta. Ahora mismo solo sale el hombre. Es un matrimonio con un niño y una niña. Él es finlandés y ella de aquí, sus niños son café con leche, muy monos, por cierto.

"Hola." Me saluda al verme de refilón mientras se gira a echarle la llave a la puerta.

Casualmente solo le he visto unas cinco o seis veces, no solemos coincidir y no es por nosotros, porque estamos constantemente saliendo de casa, nos sentimos muy seguros aquí, sino que ellos no salen y llevan desde hace un mes aquí.

"Hola, buenas." Digo tranquilo. Me meto las manos en los bolsillos de mis bermudas de deporte Nike con estampado de palmeras sobre un fondo negro. La camiseta blanca de manga corta blanca y larga por abajo que llevo se me ciñe en el pecho cuando me encojo un poco de hombro y miro mis zapatillas negras Nike con el símbolo en negro brillante.

Fuga |j.b.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora