Capítulo 2: Malentendidos

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-Invité a un chico.

Esas cuatro palabras salidas de sus labios bastaron para que mi respiración quedara atrapada en mi garganta, mis manos formaron puños y mi mandíbula se apretó. Ella sabía muy bien de que modo me ponía el tema de sus novios o sus lo que sea, pero siempre seguía insistiendo en contarme cada detalle de sus aventuras. Y lo había hecho justo en el día en el que se suponía que todo iría bien, pues su cumpleaños siempre me lo tomaba muy en serio y mi finalidad siempre era que fuese inolvidable para ella.

Deteniendo mis pasos que iban dirigidos a mi habitación, me volteé mirándola sin poder controlarme, como siempre que tocaba esos temas, y como siempre, mis respuestas salían sarcásticas.

-Invitaste a muchos, ¿no? -dije sonriendo sin una gota de humor y mirándola sin expresar nada más que enfado, aunque sabía que mis respuestas a sus confesiones le dolían, simplemente no podía evitarlo, y la razón aun no la tenía muy clara.

-Él es especial -rodeé los ojos al escucharla, para ella todos los hombres que conocía eran especiales, pero siempre sabía que todos eran unos patanes come mierda. Mi mirada se situó nuevamente en ella cuando volvió a hablar. -Llevamos un tiempo saliendo, y para, bueno para demostrarle mi amor hoy vamos a... -hice una mueca sin poder escuchar nada más.

-Nos vemos -murmuré retomando mi camino hacia mi habitación, porque sabía que si continuaba en el mismo lugar que ella, pronto comenzaría a decir muchas cosas de las que me arrepentiría más tarde.

Al llegar a mi habitación, entré cerrando la puerta detrás de mi de un portazo que tal vez se escuchó en toda la mansión, pero me fue imposible no hacerlo, estaba enojado, lo suficiente para querer romper lo que había en mi habitación. Respiré hondo intentando calmarme mientras me sentaba en la enorme cama que se encontraba en medio de la habitación, tomé mi cabeza entre mis manos y solté un suspiro. Haría lo posible para que no me encontrara con London y su "amigo especial", pues no respondería por lo que pasaría justo después.

Pasó un rato y levanté mi mirada hacia el reloj que se encontraba en la mesa de noche a un lado de la cama, la fiesta había comenzado desde hacía media hora. Me levanté entrando al baño y dándome una ducha rápida, posteriormente, me vestí con uno de mis tantos trajes que usaba desde que tenía 19 años, pues mi padre insistía en que me viera "presentable" para el resto de la gente. Acomodé la última prenda que completaba la vestimenta, la corbata, que no sabía hacer hasta hace 2 años. Mirando mi silueta en el espejo, me decidí a que este día no le prestaría demasiada atención London, ya que su supuesto amigo estaría acompañándola, recordaba como en cada uno de sus cumpleaños desde que la había conocido, siempre lo celebraba con ella, siempre estaba a su lado, revisando que se encontrara bien y se divirtiera, así había sido desde el primer cumpleaños al que había asistido, cuando cumplió 5 años.

Soltando un suspiro entre cansado e irritado, salí de mi habitación caminando hacia el gran salón, donde se podía ver a simple vista a los invitados moviéndose al ritmo de la música que sonaba por toda la mansión. La madre de mi mejor amiga y mi madre habían estado trabajando en ello por varios meses, argumentando que esta fiesta estaría en todos los periódicos y revistas de Inglaterra, aunque sabía que London preferiría solo una pequeña fiesta en donde estuvieran sus amigos de verdad, no personas que solo se acercaban a ella para obtener más popularidad o dinero, la conocía demasiado bien para saber que era lo que quería todo el tiempo.

Terminé de bajar las escaleras y me acerqué a una larga mesa en una esquina en donde se encontraban diferentes tipos de alcohol, y en el momento de los preparativos había dejado claro una cosa, el bourbon no podía faltar, era por mucho mi bebida favorita, ni demasiado fuerte y mucho menos suave. Tomé una de las botellas vertiendo el contenido en un vaso cercano y mientras lo hacía mi vista se dirigió a una pareja cercana a la piscina, si eso era un baile, no quería imaginar que era el sexo para ellos, pues parecía como si estuvieran haciéndolo con la ropa puesta. Reí un poco llevándome el vaso a los labios y dando un trago largo que pronto quedó atrapado en mi garganta al darme cuenta de quien era la chica que supuestamente bailaba. London hacía un espectáculo frente a todos los invitados, aunque nadie parecía notarlo mucho, tal vez era normal para ellos ver a dos adolescentes casi follando. Tragué pesadamente el alcohol y miré la escena comenzando a enojarme, pero algo me interrumpió, o mejor dicho alguien.

Trying not to love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora