Marcel y sus amigos despertaron al medio día. Hizo un gran esfuerzo para levantarse de la cama. Le faltaba el teléfono celular, tres pares de zapatillas y tres mudas de ropa. Como si fuera poco, extrañados, notaron además que se sentían apesadumbrados y desanimados.
Juan apenas podía levantar el vaso de agua que estaba sobre la mesa.
―Nunca me sentí tan cansado como hoy ―dijo.
―Yo tampoco, algo extraño está pasando ―dijo Marcel.
Poco a poco fueron recuperando fuerza y para las cuatro de la tarde las tenían más o menos restituidas. Sin embargo su carácter permanecía sombrío, vetusto.
―No sé que sucede ―dijo Nicolás―, a excepción de un sueño subido de tono y Chaton chupándome el meñique no recuerdo nada más.
Los otros dos dirigieron sorprendidos la vista hacía Nicolás y dijeron al mismo tiempo;
―¡Chaton también me chupó el meñique!
¡Si supieran!
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Cuida tus Meñiques
ParanormalToby no estaba loco. Si Marcel hubiera conocido las consecuencias de visitar el pozo aquella extraña tarde de verano, sin dudas lo habría esquivado como a la muerte. Después de aquel día se volvieron taciturnos y melancólicos. Marcel tenía una vaga...