Aturdida por la inquietud de las palabras vino a mí una leve solución, hay que sofocar la compañía y buscar al silencio como autor.
Pobre silencio, excluido y atroz. El amante de la lengua esconde su presencia y el frívolo humano, con un tono de impertinencia, intenta sacudirlo dentro de un agujero de olvido.
El silencio ofendido mata a la mente vacía e intenta en un suspiro despertar la inteligencia, que el vacío de la mentira sofoca con su presencia. EL silencio desconsolado, anula la sofisticada vida que le ha arrancado horas de felicidad.
Las palabras aluden la tierra, cuando vacías de presencia y llenas de indiferencia buscan sofocar tu corazón. El silencio rescata al soldado caído de una mente inexperta de tal situación.
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El Silencio
SpiritualBasada en la nostalgia, busco con una simpatía, palabras que rimen al son del silencio.