Mi Angelito Inmortal

¡La Trampa!

(PV Keima)

En una profunda selva, un viejo templo en ruinas resaltaba por encima de los árboles, el problema era que ese templo estaba oculto con un hechizo de invisibilidad que hacía que los humanos no pudieran verlo. 

- No hay señales de movimiento desde que llegamos.- dijo Melchor con unos binoculares.- Pero el aura tenebrosa no desaparece con nada.

Habíamos formado grupos más pequeños para vigilar el lugar desde lejos antes de entrar. Al final para cubrir las apariencias, Jero y Lucifer se quedaron en sus territorios, confiandonos la misión a nosotros. 

- Pero los animales se han alejado del lugar.- dije.- Los que no han podido están muriendo lentamente.

- Si, el problema es que puede ser una trampa.- refutó.- En estos casos, uno de los grupos deberá arriesgarse y entrar.

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Bajamos del árbol tan pronto oscureció, nos reunimos con los demás en una cueva al sur del Templo a discutir lo que haríamos a continuación.

- Llevamos tres días aqui y todavía no hemos visto nada más que animales muertos.- dijo Raphael.

- No tenemos opción.- dijo Melchor.- Hay que entrar en el templo.

- Creo que hay una forma.- dijo Belcebú.- Si en lugar de crear una prisión, hacemos una jaula dimensional que no sólo lo retenga sino que lo debilite, por más que nos ataque no podrá huir y su propia magia lo debilitará.

- Pero entonces el grupo que entre en la jaula también se debilitará.- dijo Gabriel.

- A menos que lo saquemos justo a tiempo.- dijo Mikael.- El hechizo portal, alguien externo puede crear un portal pequeño en un lugar donde el enemigo no pueda entrar pero los otros si.

- ¿Como una pared por ejemplo?- pregunté.

- ¡Si!- dijo Uriel emocionada.- ¡Eso sería de ayuda! Por más magia que tenga. Si es un desterrado sigue siendo un humano y su forma física no podría atravesar una pared.

- En ese caso, dejen que vaya a una tienda humana.- dijo Belcebú sorprendiendo a todos.- Conozco algo que podría ser de utilidad, pero se necesita tela hecha por humanos.

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(PV Belcebú)

Todos aprovechamos para ir a la ciudad y refrescarnos un poco, porque claro luego de tres días sin bañarnos correctamente y en medio de la selva, el olor comienza a ser desagradable y soy una chica, no puedo oler como los hombres.

Compré lo que necesitaba y en medio del parque comencé a coser, aunque no tengo el mismo cuerpo femenino de antes, puedo usar ropa de chica y verme bien. Aunque por ahora no voy a usar mis vestidos, usar uniformes escolares me ha hecho tan popular que ya perdí la cuenta de la cantidad de chicos (y algunas chicas) que me han pedido una cita. Puede que aun me duela el rechazo de Dantalion, pero no puedo evitar sentir que merezco algo mejor.

- ¿Qué está haciendo señorita?

Una niña vestida con pantalones largos de unos ocho años me miraba interesada. Espera... ¡¿Puede verme?!

- Ahh...yo.- me sorprendí. No recuerdo la última vez que hablé con un humano, me puse algo nerviosa.- Hago unos vestidos.

- Pero se van a ensuciar aquí.- me dijo.- ¿Por qué no va a su casa mejor?

- ¡Oye mira! ¡Ahora está hablando sola! 

Unos niños aparecieron burlándose de la chica antes de salir corriendo. Ella parecía confundida, no me extraña.