Sobria, marina, indecisa.
De hecho, estoy ebria de desperdicios.
Impalpable de manos santas
y sucia de reflexiones.
Así, el viejo roble miedo tiene,
de ver sus verdes hojas caer otra vez,
Por mi tacto.
Delirios y adversidades
crecen como ramas, al encaje.
Raspado su tronco de los aullares de mis pesares.
Sonámbulo sus ojos por ver mis desagües.
Entinta, ¡Destila!
"Piérdete como aquella vez, pequeña"
Me susurró.
"Piérdete de la misma manera como en la que te encontré... Llorando en risa "
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Amando versos hasta la muerte.
PoesiaEs hermoso enamorarse de las palabras del alma, esas que transitan por nuestra mente desapercibidas. Es hermoso escribir dichas palabras del alma, recobran vida al ser trazadas. ¡Que vivan los versos! ¡Que viva la inefabilidad! Que viva tu encanto...