Nunca la gente quiso escucharme ni estar conmigo, decían que era un loco, una persona deprimida, que no sentía nada.
Ninguno quería pasar el rato conmigo y empecé ha estar solo, y pasaban los años y seguía solo hasta que vi que la gente sonreía y me pregunté qué qué razón tenía yo para sonreír ..... no tenía ninguna.
Desde ese entonces "me pongo una máscara " y sonrío, porque es la única manera de que la gente no me trate mal.
Y junto a una sonrisa falsa y unas estupideces logró mantenerme vivo , pero aún busca respuestas que nunca encontrare.