Cap. 30

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  Me armé de valor y toqué la puerta. Un minuto después Christian abrió la puerta.
-Donde está tu hermana? –Dije sin siquiera saludarlo.
-Arriba, en su cuarto. –Me respondió el de la misma forma.
-Ok.
Fui a pasar pero él seguía parado en el mismo sitio, impidiéndome el paso. Yo di un paso atrás y crucé los brazos mirándolo seriamente.
-Me vas a dejar pasar hoy o mañana?
-Por qué mejor no te largas? Así no tengo que dejarte pasar nunca.
-No tendrás tanta suerte.. qué harías tú sin mi??
-Oh.. te aseguro que nada de nada.. –Dijo irónicamente.
-Por eso.. déjame pasar de una vez.
Christian reviró los ojos y se apartó, yo entré en la casa. Cuando pasé por su lado le di unas cachetadas flojitas en la cara y le sonreí falsamente, él me despeinó completamente como respuesta. Abrí la boca enfadada y le di un pellizco en el brazo, Christian gritó de dolor y yo me fui corriendo escaleras arriba para que no me cogiera.
Cuando llegué a la puerta de la habitación de Anahi respiré profundamente, toqué la puerta dos veces y esperé a que ella respondiera.
-Adelante. –Se escuchó desde dentro de la habitación.
Yo puse la mano en la cerradura y la giré lentamente. Entré despacio a la habitación con la mirada hacia el suelo, cuando levanté la cabeza la vi observándome con rostro serio. Cerré la puerta y me dirigí a la cama, donde ella estaba sentada. Ella seguía con el rostro muy serio, y yo me estaba poniendo nerviosa de que me mirara de esa forma.. se me vino a la cabeza algo para que no estuviera tan enfadada conmigo. Me senté en la cama, con el cuerpo mirando hacia a ella, puse cara de bebé triste y bajé la mirada. Me quedé así por unos momentos, esperando a que ella hiciera algo, como no decía nada levanté un poquito la mirada y me la encontré con la misma cara que yo, también mirando hacia abajo.. al ver esto se me escapó una pequeña sonrisa y ella tampoco podía contener la risa.. las dos medio sonreímos pero volvimos a las caras de bebés tristes..
-Me perdonas? –Dije en un susurro.
-Mmm.. no.. –Negando con la cabeza-Me dejaste solita y triste..
-Perdóname bebe.. pero.. me sintió mal no poder ayudarte..
-Ya lo sé amor.. pero entiende que todavía no se puede..
-Lo sé princesa.. lo entiendo.. pero eso no quita que me dé coraje.. pero yo por ti hago lo que sea amor.. y esperaré todo el tiempo del mundo.. siempre y cuando esté contigo..
-Yo quisiera no tener que ocultarlo amor.. pero ahora mismo..
-Ya mi amor.. lo entiendo y acepto pero.. entonces me perdonas?? –Dije volviendo a poner carita de bebé triste, ella sonrió.
-Si me pones esa cara es imposible negarte nada.. me derrites cuando te pones así.. –Dijo sonrojándose un poco..
-Ahh si?? –Dije con voz traviesa y acercándome a ella.
Ella sonrió y yo le di un beso al mismo tiempo que la recostaba sobre la cama. Me puse encima de ella mientras nos besábamos con pasión. Puse mis brazos debajo de su cuerpo, metiendo mis manos dentro de su camiseta y acariciándola suavemente por la espalda. Anahi me cogía de la cabeza con una mano y con la otra me agarraba de la cintura intentando pegarme más a ella, cosa que me excitaba de sobremanera. Yo empezaba a subirle la camiseta cuando llamaron a la puerta. Rápidamente nos separamos y nos sentamos bien en la cama, un segundo después entraba Christian en la habitación.
El rubio se paró frente a nosotras y nos miró por un momento, luego se dirigió a Anahi.
-Mamá dice que si el engendro va a cenar con nosotros.
-Christian por favor... –Dijo Anahi avergonzada por como había llamado a Dulce.
-Oh.. no creas que vas a tener tanta suerte muñequito Ken.. no puedo quedarme a cenar..
-Ok. –Dijo retirándose de la habitación.
-Por cierto.. madura un poco estúpido! Y ten cuidado con la puerta al salir.. no te vayas a golpear en la cabeza y se te vayan las escasas ideas que tienes dentro de ese "cerebro" que se supone que tienes..
Christian salió de la habitación cerrando la puerta de nuevo, sin decir nada más.
Una vez que nos quedamos solas Anahi comenzó a hablar.
-Perdón por mi hermano.. no sé porqué es tan inmaduro a veces..
-No te preocupes.. simplemente nos llevamos así.. pero no pasa nada..
-Bueno.. y por qué no te puedes quedar a cenar?
-Pues.. como tu has dicho, mejor guardar las apariencias.. y hay que respetar un poco la casa de tus padres así que.. será mejor que me vaya.. te veo mañana?
-Claro mi amor.. de aquí no me muevo.. –Dijo Anahi irónicamente mirando a sus piernas.
-No te preocupes mi niña.. pronto te recuperarás y podrás ser la Anahi de siempre.. yo voy a estar ahí para cuidarte..
-Te he dicho hoy que te amo??
-Mmm.. creo que no..
-Pues te lo digo ahora.. te amo muchísimo Dul..
-Y yo a ti princesa.. ya tengo que irme. –Dije levantándome de la cama.
-Está bien.. te llamaré cuando vuelva de la rehabilitación ok?
-Claro mi amor. Te estaré esperando. Bye mi amor.
-Bye mi vida.
Me acerqué a ella y le di un tierno beso que se profundizó en poco tiempo, cuando la temperatura estaba volviendo a subir nos separamos con una sonrisa.
-Te amo..
Pasaron siete meses desde entonces. Anahi iba muy bien en su rehabilitación, había vuelto la movilidad a sus piernas y ya casi podía andar perfectamente, los doctores se impresionaron porque se había recuperado muy rápido, cabe destacar que ella había puesto todo su empeño y deseos para que así fuera. No había vuelto a peder la vista, y esporádicamente no podía hablar bien, pero cada vez ocurría menos, cosa que alegró tanto a la familia como a los doctores que la atendían.
La relación con Sugar se enfrió, desde el día de la playa ambas nos alejamos y no volvimos a estar tanto tiempo juntas. En mi corazón solo estaba Anahi, así se lo hice saber cuando volví aquella noche a mi casa. Ella lo entendió y me prometió que lo respetaría. Ahora me alegro y me siento un poco mal al darme cuenta de que nunca sentí nada más que una bonita amistad por ella, que me confundí porque Anahi no estaba conmigo y Sugar era la persona que siempre estaba conmigo apoyándome..
Anahi y yo habíamos salido de la universidad e íbamos caminando por la calle para llegar a mi coche.
-Wow.. no me lo puedo creer Dul.. ya llevamos siete meses juntas!! –Dijo Anahi emocionada y parándose para abrazarme.
-Si mi amor.. ha pasado muy rápido.. pero siete meses no son nada para lo que nos queda..
-Toda la vida..
Ahora fui yo quien se paró para abrazarla a ella, cuando nos separamos un poco yo me acerqué a Anahi para darle un beso, pero ella fue más rápida y se lo terminé dando en la cara.
-Casi lo consigo.. –Dije sonriendo, ya acostumbrada a que me hiciera lo mismo.
-Lo siento Dul.. pero hay mucha gente..
-Ya lo sé amor.. no pasa nada. –Dije con una sonrisa y seguí caminando, la verdad nunca me sentaba bien que me quitara la cara pero.. entendía por qué lo hacía y sabía que a ella tampoco le gustaba.. así que intentaba poner buena cara.
-Pero.. sabes que nunca dejaré de intentarlo.
Ella sonrió, se paró y me cogió del brazo para que yo también me parara, miró alrededor y vio que no había nadie.
-Anda ven aquí..
Me acercó a ella, puso sus manos de forma que tapaba nuestras bocas (cosa inútil porque se veía qué estábamos haciendo) y juntó nuestros labios en un beso muy tierno, que duró pocos segundos.
Mi sonrisa se abrió de par en par y le di un abrazo muy fuerte.. ella se rió con mi reacción y cuando nos separamos seguimos nuestro camino.

Cuando llegué a mi casa estaba demasiado cansada. La noche anterior me había metido en la habitación de Anahi, y después tuve que salir antes de que sus padres se levantaran, lo que quiere decir que, demasiado temprano. Parecía que el mundo estaba en mi contra, porque las clases fueron especialmente duras.

-Bueno, si el mundo me castiga por hacerle cosas perversas a mi novia en mitad de la noche... que me encierren de por vida.. –Pensé para mí misma con una sonrisa pícara. –Si es que me encanta cuando Any hace...
-Hola Dul.
Alguien interrumpió mis pensamientos. Cuando volví a la realidad recordé que todavía me encontraba enfrente de la puerta, con las llaves en las manos y con la intención de abrirla. Cuando me giré para ver quien me había hablado, me encontré con un par de ojos negros que me miraban fijamente, como siempre lo hacían.
-Hola Sugs. Cómo estás?
-Bien, dando una vuelta.. y tú como estás? Llevo un rato mirándote y no te decides a abrir la puerta. –Decía con media sonrisa.
-Ya es que.. me he quedado pensando.. estoy muy agotada hoy... –Dije abriendo la puerta y entrando. Sugar me siguió y cerró la puerta. Cuando me di la vuelta para tenerla de cara la sorprendí mirando hacia abajo.
-Qué estás mirando?? –Dije con una sonrisa divertida pero algo nerviosa.
-Tu trasero. –Dijo tranquilamente.
Me quedé petrificada cuando dijo eso, la verdad es que era lo que menos me esperaba que dijera. La miraba sorprendida con los ojos muy abiertos. Ella se rió y se acercó mucho a mi.
-Nos vemos luego Dul.. –Dijo poniendo las manos en mis caderas y dándome un beso muy cerca de los labios. Luego se apartó y desapareció por el salón, llevándose consigo una sonrisa muy sexy.
Yo no moví ni un músculo hasta que la perdí de vista. Me quedé impactada ante su comportamiento. Cuando pude moverme me dirigí rápidamente a mi cuarto.
Nada más entrar en la habitación solté mis libros encima de la cama y me fui quitando la ropa de camino hacia el baño. Una vez dentro de la ducha me puse a pensar en Sugar y en su extraño comportamiento. Yo estaba segura de que no sentía nada por ella, salvo una bonita amistad, pero lo que no podía negar es que me atraía. Su mirada y su cuerpo eran hermosos..
-No.. deja de pensar en esas cosas, tu no la quieres.. tu amas a Anahi. –Me dije a mi misma en voz alta, supongo que para que me quedara más claro.
Al cabo de un rato noté que mis dedos ya estaban arrugados, así que cerré el grifo y me envolví en una mini toalla que solo tapaba lo justo.
Me llevé un susto de muerte al salir del baño y encontrarme a Sugar parada en medio de la habitación esperando a que saliera. Del susto di un pequeño gritó al mismo tiempo que pegaba un pequeño salto, esto hizo que soltara la toalla y quedara totalmente desnuda ante esos ojos negros.
A los pocos segundos reaccioné y volví a envolverme rápidamente en la toalla.
-Sugar!! Se puede saber qué haces aquí?? Que susto me has dado!! –Dije un poco molesta.
-Perdón Dul.. no quería asustarte.. simplemente te estaba esperando para hablar contigo.. –Algo en su voz me decía que no lo lamentaba en absoluto, y algo en su mirada, que ahora estaba más negra si se podía y brillante, me decía que tenía que salir de esa situación antes de que pasara algo más..
-Es-está bien.. déjame que me vista y ahora mismo hablamos si quieres.. puedes dejarme a solas?
-Por qué? Yo también soy mujer.. no tienes nada que yo no tenga.. –Dijo acercándose un poco a mi.
-Ya pero.. es diferente..
-Por qué es diferente Dul?? Porque sabes que me gustas? Porque sabes que te gusto? –Dijo ahora acercándose mucho más a mi. Yo ya me estaba poniendo nerviosa.
-Por qué haces esto Sugar? Han pasado siete meses.. pensé que ya lo habías olvidado.
-Olvidado?? Eso es imposible Dulce.. y si, han pasado siete meses, siete meses que han sido una tortura al tenerte tan cerca y no poder hacerte mía.. he intentado ser tu amiga Dul.. te lo juro que lo he intentado.. pero no puedo.. me gustas demasiado... –Al ver que yo no hablaba, ella siguió- Déjame hacerte mía Dul.. déjame probarte aunque sea solo una vez.. siento que estoy muriendo por dentro cuando te veo así y no puedo tocarte.. dame la oportunidad de hacerte sentir placer.. déjame tocarte.. hacer mío tu cuerpo..
Ella ya estaba pegada a mi cuerpo, con sus manos en mis caderas, su respiración algo acelerada en mi cuello..
Yo no respondía, tenía la mirada algo perdida, recapacitando sobre todo lo que me acababa de decir Sugar.. tenerla tan cerca y con esa actitud me estaba excitando.. sentía que mi respiración también se empezaba a acelerar un poco.. pero todavía no me movía.. no sabía qué hacer..  

MIEDO AMAR !!PORTIÑON¡¡ ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora