Quince...

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ºEdgarº

No entendía nada, No entendía porque ya no me hablaba, siquiera me miraba, ¡Ella me ignoraba! Becca se estaba comportando extremadamente extraño, y sin razón, hasta donde yo sé, he intentado hablar con ella pero solo me gano gruñidos y luego se marcha. Hable con Chelsea le pregunté si ella sabía algo, pero ella estaba igual que yo; pensé que por el hecho de que se habían acercado ella sabía algo, pero no era así.

Me tenía aun un poco incómodo el día de la fiesta, ese día era un recuerdo horrible en mi mente todas las noches, no cuando dormimos, no eso no, aunque fue genial, era cuando entre a esa habitación, como ella gritaba, ella estaba muy mal, ese imbécil estaba a punto de hacerle algo que marcaría su vida, eso no se lo iba a permitir, ella lloraba y eso me partía el alma, aunque ella era una niña, yo la amaba, yo la amo, pero sé que ella aún no está preparada, y a veces el esperar es madurar.

Alex, su nombre cayó como bala sobre mi cabeza, Alex, fue el, LO RECUERDO, recordé su rostro, esto no podía estar pasando, la impotencia y la rabia empezó a aumentar, me tensé, mis puños se cerraron; juro que de no ser porque estaba en clases y ya había tenido muchos problemas con este profesor ahora mismo hubiese salido a matarlo.

No podía creer que era el, era el que le iba hacer daño a Becca, pero ¿Porque?, eso no importa ahora, él definitivamente me debe una explicación.

Las horas de clases se pasaron demasiado lento, jamás ansié tanto que empezara el descanso, cuando salí del salón fui de inmediatamente a buscarlo, por suerte no me fue muy difícil, estaba en el patio.

- Hey Imbécil -Giro- Tenemos que hablar.

- Yo no tengo nada que hablar contigo.

- Oh sí, claro que tienes. -Mire a los tontos que estaban con él y con la mirada los mande a volar, estaba muy enojado.

- ¿Qué te ocurre Edgar? -Bufe.

- No te hagas conmigo, sé que fuiste tú el de la otra noche con Becca. -Sus ojos se abrieron como platos- No te atrevas a mentirme Avin.

- Lo lamento mucho pero yo no fui.

- No lo lamentes estúpido sé que fuiste tú. De lo contrario ¿Cómo sabes de qué hablo?

- No lo sé -Su voz se escuchó nerviosa, sabía que mentía.

Estaba muy impotente, mis puños se cerraron y no pude evitarlo, empecé a golpearlo con todas mis fuerzas, se lo merecía, se lo merecía hasta morir, golpee su estómago, podía escuchar sus gruñidos y chillidos pero no pararía, lo haría hasta no poder más; la lastimo, lastimo a mi Becca, cómo se atreve, una lagrima se deslizo por mi mejilla, ¿Si yo no hubiese llegado?, ella, No, jamás, Te odio Alex.

Sentí como la gente se acumulaba, los flashes de los teléfonos me empezaron a cegar, los murmullos no paraban, Alex me tomo por el cuello empujándolo, pero eso no me impediría matar a este Idiota.

- ¡Edgar déjalo! -Escuche a la preciosa voz de Becca, pero no lo haría, no pararía nunca.

Sentí unos brazos sobre mi espalda, era Cristian, no podía, trate de zafarme de él, pero no podía, lo empuje, pero me tomó de los hombros y sujeto mis brazos.

Mientras seguía tratando de deshacerme de las manos de Cristian, vi a.... vi a Becca como corría hacia Alex. Al ver eso algo se rompió en mí, mi vista se cegó completamente, me dolió demasiado el ver como ella corría hacia él, Alex casi le hace daño.

Ella no lo sabe.

Me decía a mí mismo una y otra vez; Ella tenía que saberlo, pero ahora venía lo mas difícil, decírselo.

- ¿Señor Molinsong?, será mejor que me acompañe -Alce mi vista para encontrarme con el rostro del director, ahora sí que estoy en problemas.

Lo seguí hasta su oficina, no me sentía bien, me sentía como si me hubiese arrollado un auto, tres veces seguidas.

Al llegar como me lo esperaba me pidió explicaciones, no sabía que decir, por lo que le dije cosas sin sentido alguno, creando gran confusión en su cabeza, pero al final disculpas y un castigo fueron suficiente.

Cuando salí me encontré con otra persona a la que le debía explicaciones, Cristian.

- Escucha Crist... -Me interrumpió

- Solo vámonos y cuando yo te diga me explicas, Ok -Asentí y se marchó, lo seguí hasta su auto, él estaba peor que yo por esto.

Mire hacia la ventana y cada uno de los autos, pensé en todo, pensé en cómo le diría a Becca todo lo que había pasado, ¿Me entendería?, ¿Lo odiaría casi como yo? o no. Me coloque las manos sobre mi rostro y arquee mi espalda, estaba un poco agotado por esto, me sentía exhausto; Yo si amo a Becca Holls, aunque ella no sienta lo mismo, y haría todo por ella aunque no lo sepa.

- ¡Yo haría lo mismo!

- Lo sé, lo quería matar -El contarle todo a Cristian me había tranquilizado un poco, aunque me salte la gran parte de que amó a su hermana, pero eso no lo tenía que saber aún.

- Tienes que hablar con ella.

- Eso ya lo sé, solo tengo que encontrar el momento adecuado.

- Yo te diré algo, el momento es ahora, si no lo haces tú, lo hare yo.

- Ni lo pienses, yo se lo tengo que decir, esto tiene que salir de mis labios, no seas tan imbécil y no se lo digas.

- Lo intentare pero no te prometo nada.

Diario de una Escritora más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora