Capítulo 88

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-¿Qué haces con él? –preguntó en un susurro, aunque dentro de su cabeza millones de ideas se generaban.

Su respiración parecía cortada, como si alguien ajeno le hubiera quitado la posibilidad de recibir aire y se estuviera ahogando. Todo seguía tan oscuro como afuera, pero el tragaluz resplandecía sobre sus cabezas como si fuera el foco central. El espacio, a pesar de ser abierto, solo se centraba en Gaara, su compañero, que estaba amordazado sentado de espaldas contra el auto sin fijarse en lo que se había metido.

Sus cabellos rojos lo demostraban, y por un momento quiso lanzar todo lo que había preparado solo para correr con el chico y salvarlo. Su auricular, escondido en el fondo de su oreja derecha, tintineaba de los gritos que le dirigía Sasuke para que se concentrara, sin embargo su cuerpo parecía no reconocerlo.

-No te distraigas, es una trampa –bramaba del otro lado de la señal, buscando con la vista a Kurama quien aún no llegaba.

Ni siquiera pensó en lo que hacía, una vez encontrado al culpable, el golpe de sus puños fue directo al azabache quien lo esquivó como se suponía que haría. La furia lo resplandeció, la ira lo llenó, no se percató que era eso lo que el otro buscaba. Sai seguía igual que siempre, tan ágil e innovar.

-Naruto kun –gritó emocionado el otro al ver su reacción, mientras revoloteaba por el aire tan magistralmente-, veo que sigues siendo puntual con tus citas, ya me estaba preocupando que el nuevo país te hubiera cambiado. Acabas de llegar en buen momento, ahora estamos completos.

-¡Qué quieres hacerle a él, no tiene nada que ver con nuestro problema! –bramó en ruso, buscando con la vista su presencia. Sai era la persona perfecta para encubrirse si lo que se quería era pasar desapercibido, él había sido entrenado para aquello. Y Naruto se sintió desgraciado al ver que su antiguo camarada usaba sus técnicas en contra de él.

-Qué va, y pensar que intenté traer a tus amigos para que no te sintieras tan solo –respondió desinteresadamente-, te estás volviendo un malagradecido. Naruto kun, debes recibir un castigo acorde a tus acciones.

Saltó hasta él desde su espalda, y fue cuestión de centímetros lo que diferenció un esquivo de un golpe mortal. Escuchó como sus omóplatos crujían ante el movimiento brusco, pero no se permitió caer mal. Una vez en el suelo, intentó concentrarse en los murmullos que Sasuke generaba, y recordó su plan.

Flashback

-Él intentará distraerme, buscará la manera de sacarme de mi punto central para destruirme –comentó, retirando un pequeño cuchillo de metal escondido en su mochila-, es una persona falsa, más de lo que yo llegaré a ser algún día. Yo solo no podré ir en contra de él, te necesito.

Sasuke se quedó pensando, replanteando el hecho de lo que podría suceder ¿Qué rayos tenía aquel perro para que le tomaran tanta importancia? ¿Qué rayos habría hecho el rubio para que sus propios compañeros quisieran matarlo? Naruto no parecía querer hablarle mucho, y de un lanzamiento le pasó un par de audífonos.

-Póntelo –ordenó-, tú serás mi centro de comando.

-¿Tú centro de comando? –el rubio asintió, cambiándose sus ropas por las licras que tenía guardadas.

-Debo tener a alguien como inteligencia si es que algo no sale a lo planeado, ya sabes cómo es, conoces un poco de sus tácticas. Si sientes que algo no va de acuerdo al plan original te doy el derecho de improvisar –volvió a lanzarle un pequeño equipo cuadrado, que parecía contener un rastreador-. Cuando llegue al centro de reunión, quiero que llames a Kurama y le informes de todo. Él sabrá qué hacer.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora