El o yo

Algo nuevo

Estaba en la azotea de un edificio, acompañada solamente por un maloliente cigarrillo. Recargando mis antebrazos en la barandilla, mientras en mis pupilas se reflejaban las coloridas y fugaces luces de la cuidad. Entonces callo una gota en mi mejilla izquierda y miro al cielo. Observo como el humo del  cigarro se pierde en el aire y las delicadas gotas de lluvia empiezan a caer sobre la cuidad. Dejo caer el cigarrillo de mis resecos labios y cierro los ojos para disfrutar el momento. Hoy la noche era fría y brillante.
Después de que dejo de caer la lluvia y quedar completamente mojada decidí bajar de la azotea del departamento y entrar a mi habitación. Me sentía vacía, siempre haciendo la misma rutina en los mismos lugares, nada me hace sentir viva, creo que todos pasan por la misma etapa y que todos encuentran alguna razón para sentirse vivos, pero yo soy la excepción. Y eso me hacía sentir un sentimiento de vacío y aburrimiento.
Después de mirar por largo tiempo la nevera y darme cuenta que no había nada bueno para la cena, decidí por comprar comida rápida en algún restaurante o supermercado. Y mientras pensaba que comería para la cena salí y tome el ascensor para dejar el departamento.
Caminaba tranquilamente por la calle iluminada y casi solitaria ya con una deliciosa comida china en una bolsa de plástico. Pensando solo en que ya quería probar la adictiva comida y dormir, sin darme cuenta lo que estaba ocurriendo, sin saber lo que iba a pasar. Hasta que lo escucho. El lugar estaba completamente vacío e iluminado, pero aun así sentía un horrible escalofrió en mi cuerpo, como un mal presentimiento. Detengo mis pasos y escucho pasos que también lo hacen, volteo para todos lados pero no veo a nadie. Lo que hace que mi corazón se acelere por el miedo. Después de unos minutos observando a todas partes me tranquilizo y hago como si nada hubiera pasado. Empiezo a caminar de nuevo. Otra vez lo escucho, los casi sordos pasos que me hacen tener el sentimiento de terror. Empiezo a caminar mar rápido y los pasos comienzan a hacer lo mismo que yo. Mi respiración se acelera pero intento calmarme. Mi mente estaba distorsionada, no lograba pensar bien solo sentía el puro instinto. Por lo tanto empecé a correr. Gran error pues "el" supo que me di cuenta de su presencia y decidió por una vez por todas atraparme.
Todo paso muy rápido, sentí el horrible apretón en mi cuello para después sentir una dura mano en mi boca. Tengo miedo, mucho. ¿Qué pasara conmigo? ¿Me violara? ¿Me robara? O peor aun ¿Me matara? Tengo miedo, porque todo estaba pasando muy rápido, porque no sabía que iba a pasar conmigo, que haría el conmigo, porque vea por donde lo vea, sabía que lo que sea que ocurriera, sería malo para mí.
Me llevo a un lugar oscuro, húmedo y maloliente. Un lugar donde nadie se percataría lo que estaba pasando. Me tiro al suelo y me dio un puñetazo en la mejilla, era tan fuerte el dolor y miedo que empecé a llorar. Me quito su mano de mi boca y empecé a agárrame la cara por el dolor."Si gritas, será peor" fue todo lo que escuche. Me empezó a quitar la bruza y me doy cuenta cual era el curso que tomaría este terrible suceso. Me quito  el sostén y empezó a agarrar y lamber mis senos, mordiéndolo bruscamente haciendo que me apriete los labios por el dolor. Me quito el pantalón y forzosamente mi ropa interior, ya iba a comenzar lo peor, lo mas asqueroso. Y yo no podía parar de llorar "Por favor... alguien... ¿Qué puedo hacer?" pensé, cierro los ojos.
Sin pensarlo dos veces abro mis ojos bruscamente y empujo a mi agresor, haciendo mi cuerpo semidesnudo hacia atrás, escuchando el ruido de algo metálico topar con mi cuerpo. Desgraciadamente el agresor me toma del cabello por la fuerza y me tumba nuevamente en el suelo, golpeándome repetidas veces,  con la intención de desmallarme o quizás matarme. Recuerdo el sonido de metal y quito mis manos de mi rostro recibiendo aun peor los golpes y buscando "eso" con mis manos. Hasta que lo encontré, era un tubo metálico, y sin pensarlo lo golpeo. Cayendo de encima de mí. Sin pensarlo dos veces empiezo a golpearlo repetidas veces en la cabeza, sentía la adrenalina en todo mi cuerpo, sentía... que quería seguir golpeándolo hasta su muerte, si ¡Quería matarlo! Me gustaba la sensación que estaba teniendo, lo estaba disfrutando, estaba disfrutando quitarle la vida y ver como lo hacía. Tenía tanta rabia. " ¡Solo muérete" Fue lo único que grite antes de que eso sucediera, y aun después de muerto, seguía con mi acción de golpearlo, hasta que me detuve, y tranquilice mi respiración y mi cuerpo. Tenía una gran sonrisa en mi boca y ni siquiera yo sabía por qué. Solo pensaba en que lo disfrute. Así fue como caí en la locura, porque por primera vez me había sentido tan viva. Porque quería volver sentirme así.