La boca de Akashi Keiji era lo único en lo que podía pensar Bokuto, pues simplemente no mantenía su concentración ni siquiera en los entrenamientos!( no es como si se concentrase muy a menudo), ya eran más de 5 ataques que fallaba, y todo por los sensuales gestos que su armador no dejaba de hacer ya desde hace un tiempo. Oh eso pensaba Bokuto, que había notado una manía un tanto peculiar en su amigo, y es que parecía que sufría algún tipo de ansiedad o tal vez nerviosismo que le hacía morderse los labios.
Jalando, chupando, mordiendo y lamiendo, era lo que Akashi hacía con sus labios todos los días, y el capitán del Fukurodani parecía el único en darse cuenta ( y agradecía saber eso) , oh, como le gustaba observar sus labios!. Y más de una vez había pillado a su amigo ocultandose para ponerse un bálsamo transparente para, al parecer, curar sus labios. Antes de salir de los vestuarios, en algunos recesos escolares, era cuando le veía aplicarse ese producto parecido a un labial, pero más tarde se dio cuenta que en realidad no lo era, vaya que se volvía observador cuando se trataba de Keiji, y tal vez ese era el problema.
En las practica de hoy no era la excepción, Bokuto, como todos los días hace algún tiempo, miraba desde la fila para ataquar como Akashi levantaba el balon al mismo tiempo que sus dientes acorralaban a su labio inferior para apretujarlo y luego finalmente soltarlo, y relamerlos una vez más.
-Bokuto-san
Oyó el tan calmado tono de voz que siempre usaba Aakashi para hablar, tan sereno que su mente le pedía a gritos escuchar esa voz jadeando, suspirando y tal vez en otro casi gimiendo. Aakashi le miro una vez más, como indicándole que era su turno de atacar, esperando ansioso para poder armar para su capitán.
"Detrás de la línea, uno, dos, impulso y salto" pensó, que esta vez no podría fallar, que tendría la fuerza de voluntad y que ejecutaria sus planes sin caer en la tentación de besarle en ese momento.
Siguió sus pasos al pie de la letra, pudo ver la red por debajo de su vista y una sonricilla se asomo por su rostro, el cosquilleo que solo ese deporte y mirar a su armador le causaban, quiso desviar su vista y lo hizo, miro una vez más a Akashi, y quedó hipnotizado por los sublimes labios de Keiji, oyó el llamado que gritaba "Bokuto-san!" y un lejano grito del entrenador, pero su mente no dio paso a las advertencias hasta que miro una vez más adelante, donde la red estaba a punto de chocar contra su rostro y lo inevitable pasó, había chocado y sentia una mejilla caliente, y el espectáculo no terminó hasta que su trasero sintió el duro suelo de madera de la cancha.
No pudo reaccionar de manera rápida después de eso, su Keiji le había auxiliado(aunque no fuese realmente necesario) y una riña del entrenador por distraerse mientras atacaba. Dejó la frustración de no tocar el balón por un día para irse hacia el baño para descansar mentalmente, no había sido un día productivo y eso le disgustaba un poco pero de todos modos no se quejaria de ello, sentía que los labios de Aakashi se hubiesen grabado a fuego en su cabeza y no se borraria ni después de probarlos. Vió su rostro en frente del espejo que se encontraba arriba del lavamanos, rasguñado y rojo por la red quemando en su cara momentos antes, toco con ligereza su herida, murmurando en voz demasiado baja:
-Mira lo que me haces Aakashi...
-Bokuto-san, traje algodón para tratar su herida.
Trató de controlar el susto, pero eso le había puesto los vellos de punta y el poco expresivo chico parecía no haberse dado cuenta.
-Aakashi! No aparescas de forma fantasmal así otra vez!
-Perdón Bokuto-san, pensé que ya me había visto.
Observó como el menor se acercaba más a el, tan cerca de su cara que le sentía respirar y pensó que le besaria, pero el ardor en la mejilla solo le recordaba que eso no pasaría y que su amigo solo le desinfectaba la herida con alcohol. Pero sus ojos se volvían a perder en los labios paspados de Keiji y le daban ganas de remojar los suyos propios para luego besar los del otro.
Y lo hizo... Keiji no había notado cuando Bokuto se acercó más a su rostro, ni tampoco notó cuando se relamio los labios por última vez. Por eso no espero tener los labios de su capitán en los suyos tan de repente, acariciando con ternura, grabando cada parte de esa superficie como si su vida se basase en ello, correspondiendose mutuamente.
-Aún faltan poner las curitas Bokuto-san- susurró.
-Aún hay otra cosa que tengo que curar Aakashi.
Pues la verdad no tenia planeado subir esto, de hecho ni siquiera lo hiba terminar pero bueeeeno, hoy me sentí muy mala y me inspire. Se que no es muy largo pero es lo que hay.
Si quieres más one-shot puedes pedirmelo si quieres, si te ha gustado dale estrellita y si no te gusto dale a la estrellita :p
A quien engañó nadie me quiere. Si ven faltas de ortografía se agradece si me lo dijesen. No lo he editado ni revisado bien así talvez algunas cosas sean muy fail.