Amnesia

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-Donde estoy?
-Estas en mi casa.
-Que ha pasado?
-Tranquilo Albert, ponte cómodo, esta historia es muy larga... Todo empezó cuando tu, un bravo guerrero de la edad media fuiste a conquistar Horaclos con tu ejercito y me mandaste quedarme en la aldea del árbol ya que por mucho que insistí no fue suficiente para ir contigo.

El hecho es que te fuiste con tus hombres caminando por el bosque con suma cautela pues no querías que el enemigo te descubriese, eso lo se porque te seguí escondido detrás tuyo sin que te dieras cuenta. Siguiendo con la narración, te aventuraste hacia la fortaleza enemiga y te escondiste detrás de una cobertura que había por allí cerca mientras trazabas un plan de ataque y conquista. Mandaste a dos de tus hombres a eliminar sigilosamente a los guardias de debajo del muro mientras tus cuatro arqueros mataban a los vigilas de las torres de arriba.

Tú junto a tu capitán os escabullisteis por una entrada secreta (a la cual os seguí) que estaba sellada con una piedra gigante. Fue complicado pero gracias a la fuerza sobrenatural que os proporcionaba el elixir de Celestes, que es la poción que encontrasteis en la isladel viento (si quieres ya te contaré esa historia en otro momento) conseguisteis mover la piedra lo suficiente como para pasar agachados. Una vez allí te encontraste con un cofre cerrado al que tu compañero quiso acercarse, tu se lo intentaste impedir pero el cofre cobró vida y le crecieron dientes los cuales usó para devorar a tu amigo. Tú, asustado escapaste corriendo conmigo por los grandes pasillos extrañamente vacíos del castillo, te metiste por una puerta abierta que daba a un gran salón el cual se podría identificar como la cocina del castillo, que al igual que las otras salas estaba completamente desertada. Avanzaste entre las mesas y sillas escondiéndote a cada cobertura que encontrabas y agilmente evadiéndote de posibles miradas a pesar de no haber nadie más que tú y yo. Fue un tanto largo el recorrido pero justo cuando pusiste la mano en el paño para salir de allí una treintena de guardias junto con una señora que debía ser la reina la abrió de repente capturandote y obligándote a echarte al suelo, yo estaba aterrado, pero escondido hasta que oí una voz que decía:
-Otro intruso!!!
Sin darme tiempo a reaccionar una mano enorme me agarró del pié y me levantó casi medio metro del suelo, segundos después me di cuenta de que un guardia gigante como un mastodonte me miraba con mala cara a la vez de levantarme del suelo.
Al igual que tú me sentaron justo delante tuyo mientras me amenazaban con una lanza en el cuello.
-¡Miquel!
¡Te dije que no vinieras!
-¿¡Vaya, vaya, que tenemos aquí!?., ¿¡No serán una panda de sucios intrusos enmi castillo!? Vociferó la reina.
- Los intrusos no me gustan, así que os mataré.
-No lo haga por favor. -Rogaste.
-Matame a mi si quieres pero deja al chaval en paz.
-El niño no me ha hecho nada. Reflexionó la reina.- ¡Pero lo que quiero es hacerte sufrir a ti!- gritó esta. Y tras la orden de matarme pude contemplar tu cara de tristeza y enfado, además de una hacha que se dirigía a gran velocidad hacia mi cuello. Después todo oscuridad, estaba muerto pero des del más allá pude ver tus acciones.
Después de mi muerte te dieron un golpe muy fuerte en la nuca y te dejaron inconsciente por más o menos una hora. Te levantaste en una celda, sin armadura ni armas y aturdido, te lograste incorporar y caminar lentamente hacia la reja que te separaba de un pasillo oscuro repleto de otras celdas también llenas. Conseguiste divisar un guardia armado con una pica y con unas llaves en su cinturón que colgaban e iban dando tumbos, el guardia tenía una ruta fija queconsistía básicamente en caminar de arriba a bajo del pasillo vigilando a los presos. Tú llamaste la atención del preso de delante para preguntarle donde estabas, gracias a eso supiste que estabas en el calabozo del castillo de Horaclos, conocido por tener uno de los mejores mecanismos de seguridad del reino. En ese momento tus esperanzas se reducieron a nada en cuanto a salir de ahí, así que te dirigiste hacia un colchón viejo y muy duro para dormir. Te despertaste al día siguiente por un guardia que gritó:
-¡PRESOS ARRIBA!
Todos os levantasteis y os abrieron las celdas para llegar a una cantera de piedra, allí os explicaron que debíais picar sin descanso toda la piedra que pudierais y que si encontrabais alguna piedra preciosa o carbón debía ser notificado inmediatamente al guardia más cercano. Os ataron con una cadena los tobillos y os obligaron a picar, tu te estuviste al lado de otro preso llamado Mario que te contó que a él también lo capturaron por intentar invadir el castillo. Entre charla y charla os hicisteis amigos y te invitó a colaborar en un plan de escape al cual tu aceptaste a ayudar. El plan consistía en que uno de los que también ayudaban llamado Pablo, se dejaría caer al suelo en medio de la cantera para que uno de los guardias se acercasen, entonces en ese momento uno de los guardias se alertaría y mientras el otro estaba vigilando al herido tu te tirarías encima del guardia y le robarías las llave que usarías para liberarlos a todos. Más tarde os intentaríais evadir de la gente del castillo para llegar al depósito de armas donde os equiparíais con todas vuestras armaduras y plantaríais cara a todos los enemigos hasta escapar. El plan funcionó y os batisteis en una gran batalla entre la corte contra vosotros, mucha gente murió, incluido Mario pero tu eliminaste a más de cincuenta guardias mientras te dirigías a gran velocidad a la gran entrada gigante del edificio. Entonces justo cuando ibas a atravesar la puerta esta se cerró aplastadote la cintura, en ese momento moriste. Así es como llegaste hasta aquí: El cielo.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2016 ⏰

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