Capítulo 2

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¿Mi decisión?

¿Cuál es mi decisión?

Yo... Yo...

Yo solamente empecé a reír descontroladamente.

-Ya sé que está pasando aquí- Me dije a mi mismo bajo la mirada curiosa del llamado Edgar- Debo estar soñando, obviamente. En cualquier momento despertaré-

Edgar me quedó mirando un rato mientras aún sostenía la llama entre sus manos.

-Créeme que esto no es sueño. Desearás que ojalá lo fuera.-

Me quedé helado, volviendo a asimilar la situación.

Muerto. Sin vida.

Es duro de asumir.

Pero no ganaré nada quedándome a lamentarme el resto de mi vid... de mi tiempo aquí, en el limbo. O donde sea que Edgar me lleve. Seguía bajo su mirada atenta.

-Oye, yo no tengo una moneda. ¿Cómo la consigo?-

-Todas las animae caen con una. Revisa tus bolsillos.-

Revisé mi indumentaria. Unos jeans, unas Converse negras y una polera negra con un pequeñito bolsillo en mi teta, quiero decir, pectoral de macho izquierdo. Bastante piola. En los bolsillos traseros de mi pantalón no había nada, pero sí en el delantero derecho.

Tomé la moneda, era de oro y tenía un tamaño más o menos de ¼ de la palma de mi mano.

-Y ¿Qué decidiras?- volvió a hablar el Edgar.

-Dices que no hay ninguna otra forma de salir de aquí, ¿verdad?-

-Sí. Las animae que no me pagan, se viven el resto de su eternidad rondando por aquí y por allá. Es un poco solitario a mi parecer, pero es su decisión.-

Soledad es lo que menos quiero. Y el Edgar parecía agradable, no parecía alguien pesao' o agresivo (a pesar de su aspecto). Emitía un aura de calidez y tranquilidad, en especial sus ojos que también transmitían eso.

-Está bien, llévame a donde quiera que me llevas. Todo es mejor que quedarme aquí solo por demasiado tiempo.- Le entregue la moneda y el la tomo tranquilamente guardándola en su bolsa de tela que colgaba de su cintura.- Por cierto, ¿A dónde vamos?

-Lo verás con tus propios ojos.- Me sostuvo la mirada y me sonrió- Has elegido bien en irte conmigo. Este lugar tiene algo raro, es algo tétrico. A las animae se le sale un tornillo con tanta soledad. Se vuelven "insanis" (locas).- Miró el horizonte y volvió a hablar.- Sígueme- Se dio media vuelta y empezó a caminar.

Inmediatamente empecé a seguirle el paso posicionándome a su lado. Fue un lindo gesto que me sonriera. Me sentí mucho más tranquilo y confiado a su lado.

Después de unos minutos caminando decidí romper el hielo.

-Oye, ¿qué significa "animae", "ducit" o "insanis"?- Pregunté curiosamente porque, más que desconocidos, no tenía idea que existían. 

-¿Cómo? ¿Ya no enseñan latín en la tierra de los humanos?- Negué con la cabeza- Verás, "animae" significa "almas", "ducit" significa "guía" e "insanis", "locos".

-Hablas latín...

-En realidad domino todos los idiomas del mundo, tengo que hacerlo, para hablar con las animae. Pero el latín es mi lengua materna.-

-Oh! Bacán! Nosotros, los humanos, consideramos que el latín se volvió una lengua muerta. No te pillas a alguien en medio de la calle hablando en latín.-

¿Por Qué Estás Aquí? // [Jainico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora