-No deberías estar aquí –bramó, sosteniendo su intercostal para prevenir que un grito se desplomara de él-, es la cosa más idiota que te hubiera visto hacer desde que te considero mi centro de comando, y tan solo llevas una hora.
Sasuke no se inmutó ante el mal recibimiento, pero esto fue cambiado con la visión que tenía de Sai, parado en condiciones igualmente desastrosas que el rubio. No podía decir quién era el que se encontraba en peor estado, ambos estaban tan demacrados que el soplo del viento podría generar que se desplomaran, pero aun así era mucho más fuertes que él.
-Y es aquí cuando el borrego se une a salvar a su madre –carcajeó Sai al verlo llegar-, y pensar que tan solo eres un oportunista colado, con razón Naruto kun te aguanta, son tal para cual.
-Eso lo dice quién quiere matar a su familia ¡Loco! –Respondió sacando la pequeña navaja que había encontrado lanzado por ahí-, si te atreves a lastimarlo, te pegaré.
Pero eso en lugar de generar temor a Sai, hizo que su risa se desquiciara más y más-. Oh no, Naruto ¿No me digas que no lo tienes entrenado? –suspiró en un lamento, mientras que con una fuerza extraordinaria lo pateó en el vientre-, si dejas que sea un boca suelta te generará problemas en el futuro, y tío Sai no estará para corregirlo siempre.
Sasuke, al igual que el rubio en un comienzo, sintió como todo su aire desaparecía a arcadas, no pudo prevenir cuando había sido el momento en que el pelinegro había alcanzado al golpearlo, ni siquiera podía predecir donde es que se encontraba en ese instante. Fue como rebotar contra el suelo, aspiraba el aire, que muy lentamente se colaba por boca y nariz en una danza salvaje.
-Lo vez Naruto –chilló, mientras le generaba más y más patadas- EN-TRE-NAR, no es difícil –golpeó su intercostal, muy cerca a las costillas de la parte inferior-, hasta un perro como él sabe cuál es su lugar si se le da el escarmiento adecuado.
El rubio no podía hacer nada más que ver y rugir en su interior. Su bestia se soltaba, aquella sensación de sed de sangre se acoplaba en sus venas. Sus niveles de control parecían desaparecer de sus pupilas mientras que el odio rellenaba cada parte normal de él.
Mátalo, susurró su conciencia, nadie lo extrañará.
Y fue cuando el lustre se volvió borroso.
-Ahora sí que la cagaste Sai –aulló en un grito de guerra bestial-, no me importa quién carajos seas de mí, pero meterte con mi vida es algo de lo cual jamás te dejaré hacer.
Sasuke lo vio, Gaara, aun de espaldas, lo escuchó. Aquella sensación pesada que ocurría cuando Naruto despertaba al demonio que se escondía dentro de él. No tenía que estar frente a frente para sentir el cambio de color de sus pupilas o la profundidad de sus marcas rasgándole las mejillas, el ambiente lo acoplaba a la situación.
-¿Ahora te pondrás serio? –bromeó-. Porque si solo es otra de tus bromas tontas, no creas que caeré.
-¡ERES UN MALDITO HIJO DE PUTA! -Saltó tal cual gato a su presa sobre la espalda del otro y lo arañó profundamente. Sai profirió un alarido, no había logrado evitar el ataque externo a tiempo. Después de mucho tiempo, no había logrado evitar un ataque.
Naruto ya no era él, el rubio ya no era normal. Su humanidad, desaparecía con cada ataque.
-¡Eso es, esa cara quería ver! –Gimoteaba entre chillidos de estasis, Naruto se alteraba más, cada ataque que lanzaba era más y más feroz-, esa cara desesperada, tu odio montado solo en mí ¡VAMOS NARUTO, DIVIERTEME!
El Uchiha solo lo miraba borroso, intentando recobrar sus sentidos sin desmayarse. Había sido lanzado de lado, habían pasado de él para volver a pelear con el rubio. Estaba solo siento una molestia ajena para las fuerzas de Naruto. Pero eso en lugar de darle una desventaja, le dio una oportunidad de apoyar como centro de comando.
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Buscado por amar
Fanfiction(Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) Siempre fue tratado como un ser sin corazón. Desde su más reciente vasallo hasta sus altos mandos, todos creían que tarde o tempr...