【-Mi Destiny -】[JunHao / JunxMinghao]

≕≫ Una ligera obsesión.

–¡Vamos! ¡Tu puedes hacerlo! –Reclamo mi consciencia como si estuviera escuchando a mi madre en ese momento, eran tan odioso y la vez tan motivador–

¡Vaya! Si, era yo Wen Jun Hui, estudiante de intercambio tratando de darme ánimos a mí mismo para hablarle aquel bello chico que estaba a unos cuantos metros, sentado en una de las jardineras de la escuela, con el pequeño brillo de sol sobre su tersa piel, quien diría que en estos momentos estaría yo tratando de lidiar con mi pequeña obsesión.

Suspiré un poco y retrocedí, así como habían ido hasta ese lugar con pasos firmes, mis piernas temblaban un poco ante la sensación de nerviosismo mezclado con enojo por mi cobardía, ¿Quieren que les cuente sobre mi pequeña obsesión? Hagamos una pequeña recapitulación.

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Era mi segundo año en la Universidad de especialidades de Seúl, Corea del sur, hacía algo de tiempo que había sido transferido, esas dichosas becas del extranjero que no debes desperdiciar por nada del mundo, pero sólo fui becado por unos meses, debido a que me gustó mucho el ambiente, pedí un cambio de papeles antes de que terminará mi beca y vivir normalmente como si fuera un ciudadano de Corea, incluso me concedieron mi nombre coreano.

Esa mañana de Lunes, era las más aburrida de todas, de por si el hecho de decir que era "Lunes" era horrible, aumentando que era una mañana muy fría de invierno y lo peor de caso, tocaba clase de deportiva, no sé a qué clase de maestro se le ocurrió dar deportes en las primeras horas de clase en Lunes, estaría completamente loco o realmente odiaba a los alumnos.

Revise mi reloj en la mano derecha y suspire un poco mientras realizaba todos y cada uno de los movimientos que el profesor indicaba para el calentamiento. De la nada sentí un ligero toque en el hombro izquierdo y me giré para ver a mi compañero de clase Soo Young o mejor conocido como Hoshi, quien me hacía leves señas para que le siguiera y saltáramos la clase, al parecer no era el único muerto de frío en esos momentos. Y como era de esperarse, no iba a aguantar un poco mas ahí, seguí a Sooyoung y una vez perdidos de la vista de todos corrimos como locos por los pasillos de la escuela.

Teníamos planeado ir a encerrarnos a la sala de ensayos que teníamos apartada para nosotros todos los días, bueno... habíamos pedido permiso a los profesores de baile, anteriormente. Mientras huíamos como burros sin cadenas, al dar vuelta de uno de los edificios, choque con algo, o más bien dicho, con una persona, haciendo que cayera al suelo del impacto llevando mis manos hasta mi cabeza tratando de acomodar mi alocada vista que se había perturbado, regrese a ver a la persona con la que había chocado.

Observé al chico que se encontraba en el suelo, completamente mareado, pude observar sus bellos ojos rasgados al igual que su tersa piel, su cabello completamente colorido como dulces, dulces deliciosos para mi paladar, en esos mili segundos, recorrí cada parte de su rostro, estaba completamente atontado, si suficientemente fuerte no había sido el golpe, estaba jodidamente atontado, simplemente por su belleza.

Reacciones después de unos segundos y como idiota, traté de ponerme de pie y ayudar a levantar aquel bello ángel del suelo, pedí disculpas una y otra vez tontamente, pero el chico trato de recobrar el sentido, al verse, se vio avergonzado y realizo algunas venías, entonces pude escuchar su dulce y tierna voz al decir "Lo siento" y se retiró lo más rápido que pudo, yo simplemente le miré perderse entre los pasillos, como estúpido le miré irse. Mi mente estaba preguntando si en ese momento había conocido el paraíso, pero no fue así, sentí el jalón en mi hombro derecho por parte de Sooyoung, quien me indicaba que nos apuráramos.

Era un chico que no había visto jamás en la escuela, pero lo que más me causo ternura, fue escuchar ese "Lo siento" salir de sus bellos labios, pero lo mejor de todo, fue que lo había dicho en chino, mi idioma natal, algo que había pasado por desapercibido en ese momento, hasta semanas después cuando lo volví a ver, pero esta vez llevaba el uniforme escolar ya que la última vez que nos encontramos, llevaba ropa civil puesta, mi corazón latió a mil, como si una serie de sentimientos hubiera explotado dentro de mí al volver a ver su rostro.