El Alma De La Perfeccion

Meditación del Ex Conde

-Bocchan es hora de levantarse... - Dijo el pelinegro mientras habría las cortinas para que así entrase la luz del sol a la habitación de aquel joven conde.

- Cinco minutos más... - Susurro el menor aun acostado mientras se cubría con las sabanas para evitar la luz.

-Sabes que no permitiré ello... bocchan debe empezar con sus deberes, levántese mi lord – El hombre de mirada carmesí pronuncio cortésmente al pequeño conde.

-Te dije que cin... - El de mirada bicolor se quedó quieto mientras veía su habitación, aquello había sido tan real pero era imposible él vivía solo en aquel departamento, miro atento cada lugar de la habitación y por alguna razón su vista siempre se detenía en las sombras se sentía observado cosa que le molestaba. Un suspiro de frustración escapo de los labios del menor rasco su nuca algo molesto y se levantó, se dio un baño para luego vestirse con una camisa de un tono azulado con un pantalón y una chaqueta de color negro y unas zapatillas del mismo tono de la camisa, su vista se posó en su reflejo en el espejo y noto que aquel ojo que el día anterior dolía tenia aquel dibujo parecido a un pentagrama movió su cabeza en negación ante su propio pensamiento y se colocó un parche el cual cubría aquel ojo y esa marca extraña que en este se encontraba. Se sentía confundido y eso le frustraba porque estos sentimientos le mostraban lo débil que podía ser y él no quería ser débil, no de nuevo, el no volvería a caer tan bajo como alguna vez le paso.

-no iré...- se dijo el de ojos zafiro así mismo con enojo, tomo su mochila donde metió su celular, una libreta, un lápiz, sus audífonos y una billetera, sale de su departamento sin comer nada y como hacia alguna vez salió a deambular y evitaría las clases como hacía en ocasiones, el día era helado y se encontraba un cielo gris algo que realmente le gusto. Las personas pasaban a su lado algunos lo observaban, otros lo ignoraban pero a él no le importaba, él no estaba para complacer a los demás.

Al paso de las horas el ex conde había llegado a un parque el cual era su favorito, árboles frondosos cubrían una parte de este y la cual era el sector más solitario el sonido de los autos no resonaban, solo el sonido del viento era lo que llenaba el lugar tal vez por ello le encantaba tanto, toda la mañana se había sentido observado y ahora no era la excepción, se sentó donde una pequeña colina era rodeada por arboles al ya verse algo relajado tomo su teléfono el cual tenía variadas llamadas pedidas y una cantidad exagerada de mensajes mientras leía estos su cuerpo se tensó y sentía la mirada fija de alguien hacia él, su mirada viajo por todo su alrededor sin encontrarse con nadie sentía aquella presencia tan cerca pero a la vez tal lejos.

Estoy bien no me ha pasado nada, simplemente no dormí bien anoche y mi cabeza dolía, nos vemos el lunes en clases.

Contesto frio ante todos los mensajes que sus amigos le habían mandado, ellos siempre se preocupaban por él, trataban de hacerle sonreír y que estuviese feliz pero nunca lo conseguían, pero este ex conde tenía solo algo en su mente y era orgullo, sed de venganza y dolor algo que ya quería dejar de lado, el dolor era para los débiles pero gracias a este sabía que estaba vivo, aun sentía aquella mirada puesta en el haciendo que su cuerpo se tensara, saco la libreta y el lápiz, y en esta comenzó a escribir con algo de frustración, necesitaba expresarse pero no podía hablar con nadie respecto a los que sentía, a sus sueños, a sus pensamientos o simplemente creería que había perdido su cordura.

Mi ojo derecho comenzó a doler y ahora posee un símbolo extraño similar a un pentagrama... es extraño pero siento que ahora puedo controlar a alguien gracias a ello... será esto el sello del contrato...

El de mirada bicolor se tomó por sorpresa lo que escribió pero aquellas palabras sobre un contrato que vagaban por su mente llamaban su atención, a que se refería ante sus propias palabras se sentía tan molesto ante sus propios pensamientos, los sueños extraños que había tenido la noche anterior le molestaban. ¿Bocchan? Así lo había llamado aquella voz de su sueño y también el hombre con el que había chocado el día anterior, ¿Sebastian? De esa manera llamo a aquel con el que se había encontrado y con el mismo nombre llamo a aquel al que le entregaba una orden, acaso aquel hombre sabía algo que el no, ¿Qué mierda está pasando conmigo? Se preguntó a si mismo con algo de odio, él quería tener respuestas a sus preguntas, a alguien que supiese decirle la verdad, su vida estaba formada por mentiras y secretos, eso era humillante es por eso que quería venganza el no volvería a hacer aquel ser débil que de niño se dejó pisotear, el no sería el títere de nadie, no era un juguete, él no estaba para humillaciones, él era Ciel Phantomhive un sobreviviente después de todo.

Nuevamente sintió la presencia de alguien más pero esta vez le molesto esta vez no se encontraba para juegos.

-Bastardo se valiente de una maldita vez y aparece ante mí- Sus palabras salían con ira mientras se levantaba y esperaba que aquel que lo observaba se mostrase y se dejase de trucos.

-Disculpe mis modelas, mi lord...