La zona en la que se encontraba el grupo era un lugar completamente desconocido para Catherine. El barrio era desconocido para ella, incluso habiendo vivido toda su vida en aquella ciudad. La gente iba andando por la calle, aunque nadie parecía advertir las manchas de sangre de la camiseta de Cat. Probablemente, algún tipo de magia ejercida por Judith.Hacía algunas horas, Alex se había despertado. Había pasado parte de la noche gritando en sueños, y cuando había despertado estaba bañado en sudor con los ojos desorbitados, aunque al despertar y ver a Cat había esbozado una sonrisa con cansancio, haciendo dar un vuelco al corazón de la chica.
Cat se tropezó con una piedra y empujó accidentalmente a Sam. Él la fulminó con la mirada pero no dijo nada. La brisa soplaba agradablemente en el cuello de la joven, provocándole un cosquilleo muy agradable.
Las casas de la zona eran humildes, propias de un pueblo. Incluso para tratarse de las afueras de la ciudad estaban demasiado alejadas de la urbanización. Muchas tenían parte del muro destrozado, con partes de la piedra destrozada.
Los tejados estaban ruinosos, probablemente con goteras constantes. En una ocasión Cat pudo contemplar una familia de ratones viviendo en las ramas de una enredadera que crecía clavando sus raíces a las paredes de una de las casas.
Andaban en fila, primero Judith, detrás Sam, luego Cat y Jack, y cerrando la marcha Alex, quien parecía tener ganas de alejarse de Judith todo lo posible.
Una vez incluso les cayó una teja, pero Sam la paró con su telequinesia.
-Todavía se me hace raro que tengas poderes. -Comentó Cat.
-A mí también que los tengas, y lo peor es que no sabes usarlos y molestas. -Dijo Sam encogiéndose de hombros sin darse la vuelta.
-Pues lo siento si esto le incomoda, señorito -respondió Cat irritada-, pero es lo que hay. Y si no, nadie le impide irse a su casa.
-Tampoco nadie te impide que te vuelvas tú. -Sam replicó con un tono y una mirada glaciales.
-Ya no tengo casa. -Cat apretó los dientes con rabia mientras le daba la mano a Jack.
-Cat, no llores. -Dijo Jack preocupado, para seguidamente mirar furioso a Sam.- ¿Te das cuenta de lo que haces, idiota?
-Oye, yo... -Sam perdió la expresión de suficiencia, dejando espacio a la duda.- Lo siento.
Catherine levantó la mirada. No era normal ver disculparse a Sam.
-Lo que acabo de decir ha estado mal. Pero eso tampoco quiere decir que te acostumbres a una disculpa, ¿eh? -Terminó de hablar con una expresión de frustración y desconcierto en el rostro.
Cat no respondió. En cambio cogió la mano de Jack, como solía hacer cuando eran niños y él se sentía asustado de pensar que podía haber monstruos en el armario.
Finalmente llegaron. El sitio resultó ser un simple descampado en el que había algunas tuberías apiladas en un montón. A la izquierda crecía un árbol muy pequeño, al que parecían faltarle fuerzas.
La arena se colaba en los zapatos de Catherine. Le producía una especie de cosquilleo en la planta de los pies, pero a la vez resultaba incómodo, ya que se resbalaba en sus propios zapatos.
-Aquí. -Judith se sentó encima de un banco que estaba cerca del árbol.
Todos los demás la imitaron, aunque Sam parecía tener sus reparos.
-Ya sé que te damos asco, pero no hace falta que lo demuestres tanto. -Dijo Judith en un tono calmado.
Sam pasó de sentarse en el banco, y haciendo caso omiso se quedó de pie al lado para escuchar.
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Mirando al Futuro [Pausada]
FantasíaLa noche en que Catherine cumple sus 15 años, montones de sucesos paranormales ocurren. Un extraño don para ver el futuro sumado a habilidades psíquicas la acompañarán a partir de entonces. Y no sólo eso, sino que nació para ganarse el respeto del D...