Feliz Cumpleaños Sasuke-Kun!

La música aturdía totalmente sus sentidos, el olor a cigarro y sudor de las personas a su alrededor la hicieron sentir fuera de lugar y sin proponérselo giro su mirada nuevamente hacia sus dos amigas con las que había terminado en aquella discoteca, se sonrojo al ver como el barman la miraba descaradamente y le decía algo a las dos chicas haciéndolas reír sonoramente.

-Soy una tonta- Se dijo muy bajito al tiempo que colocaba un mechón de su cabello detrás de su oreja, otro error fue haberlas escuchado al vestirse, nunca llevaba su cabello totalmente suelto pero ellas la habían convencido de hacerlo esa noche.

-Le gustaste a Tetsu- La aguda y siempre burlesca voz de una rubia platinada llego hasta ella haciendo que se girara nuevamente viendo como ambas mujeres le sonreían abiertamente y le tendían un vaso largo con un líquido de un fucsia incandescente.

-Pero no le dijimos nada... Solo que eras una amiga que no salía demasiado- Se apuro a agregar la otra al ver como la mas tímida del grupo había empezado a ponerse totalmente roja por el comentario de la platinada.

-Está loco por ti, en serio- Rebatió la rubia apoyándose totalmente en la mesa que habían tomado como suya en la sección más cercana a la zona VIP del local. –Quiso que le diera tu número pero preferí no dárselo... Así mantiene el interés un poco mas- Agrego tomando distraídamente de su vaso que era de un verde opaco.

-De verdad que no... No debí hacer esto...- Dijo nerviosa apretando entre sus manos la bebida fucsia, su corazón golpeaba irregularmente sus costillas pero al ver la mueca de la platinada se obligo a morderse el labio para no decir alguna tontería mas.

-Hinata en serio... Mírate!- Le reclamo tomando a la aludida de la mano y obligándola a dar una vuelta para que su vestido se elevara ligeramente por el movimiento. –Sasuke es un ciego por no valorarte... Demuéstrale que no es el único en tu mundo- Dijo haciendo que la mujer bajara su vista avergonzada.

-Ino eso no era necesario- Regaño la otra mujer tomando a la triste chica de los hombros, tomo su barbilla haciendo que sus miradas se encontraran. –Es mi amigo desde siempre y esta vez se comporto fatal... Solo déjalo que sienta que puede perderte si te lo propones si?- Murmuro viendo como los ojos de la chica se cristalizaban pero asentía lentamente, sonrió apartándose y girándose hacia la platinada le quito la bebida verde y le dio un gran sorbo.

Hinata admiro a sus dos mejores amigas, ambas delgadas, con piernas largas y bronceadas, la platinada y más escandalosa era Ino con sus curvas de infarto marcados perfectamente en unos short cortos de jean y una camisa traslucida negra donde con la luz adecuada se podía ver perfectamente su sostén negro con pequeños besos rojos marcados en todo el diseño, lucia aun mas alta con sus casi 15 centimetros de plataforma negras con detalles metálicos, su rostro perfilado enmarcado con sus cabello de un rubio platinado que llevaba peinado en ondas gruesas, sus ojos de un azul pálido brillaban traviesos con las luces del local donde se encontraban.

-Hey! Toma de tu propia bebida! No es mi culpa que no te haya gustado tu elección- Reclamo la platinada haciendo que la otra solo sonriera y le sacara la lengua para ir nuevamente en dirección al barman, quien seguía sin dejar de admirarla de reojo.

Al contrario de la platinada, la otra era un poco más baja igualmente delgada pero de estrecha cintura y caderas anchas, su cabello corto de un interesante tono rosado pastel combinaba perfectamente con sus ojos esmeralda, llevaba un vestido blanco totalmente pegado al cuerpo que no dejaba nada a la imaginación y unos tacones de aguja del mismo color que con la iluminación correcta parecía cambiar de color.

Suspiro bajando su mirada para admirar el atuendo poco común que había decidido llevar esa noche, un vestido negro strapless ceñido totalmente a sus grandes senos y a su estrecha cintura marcaban perfectamente su forma de reloj de arena pero terminaba en un ligero vuelo de seda negro que la cubría hasta medio muslo, sus casi sin uso botines negro la elevaban unos 20 centimetros su estatura normal y la hacían sentir totalmente indefensa en aquel lugar lleno de vicios, sus rasgos clásicos iban enmarcados con su extrañamente suelto cabello largo y color del cielo nocturno sin luna, contrastaban con sus ojos de un extraño tono perlado.