A rapist stepfather. |#1| Axl Rose.

Capítulo 19.

Axl Rose.

  Creo que me estaba pareciendo oírla cantar, o tal vez fue que me había parecido escucharla reír. Deteniéndome unos segundos, analizando la distancia entre sus ojos y perdiéndome en confusiones que únicamente tenían que ver conmigo, fue ahí que vi que ese era yo dormido en una cama. Los rayos del sol golpeando contra mi cara provocándome que despertara y para mi costumbre, de mal humor. Entonces, fue solo un sueño... solo un sueño.

  ¿Por qué cojones soñaba con...? Bueno, no era necesario mencionar a quien tan temprano.

  El clima afuera parecía ser perfecto o al menos eso desde mi ventana. Tenía que recordar que la banda estaba aquí en casa y que la casa, seguramente, estaba hecha un cagadero. Pero al menos recalcaba el tema del clima. Iba a poder beber unas cervezas tranquilo.

  Revisé mi teléfono, tenía tres mensajes nuevos, y todos eran de Stephanie.

  "Estaré yendo para allá en poco tiempo, ¿Estás?"

  "Quiero que hablemos bien, estaba drogada, no podía pensar con claridad, sé que me comporté como una estúpida, pero sabes en el fondo que no suelo ser así"

  "Estoy llegando en poco tiempo"

  Dado eso, entré a la regadera y al salir me vestí rápidamente. Dado el clima unas bermudas blancas para sobrevivir al calor y una playera negra de Charles Manson, el famoso asesino y también compositor por el cual todavía estaban queriendo lincharme. Usando mis tenis con mi nombre bordado en la lengua de ellos, además de una gorra porque no me daba la gana peinarme. Las gafas por si tanta luz del sol me irritaba aún dentro de mi propia casa, y mi usual joyería de pulseras de plata en las manos y anillos en los dedos. Por fin salí de mi recamara. Fui al pasillo de la habitación de _____. No había podido dormir bien del todo, no después de la idea constante de que ella estaba durmiendo en mi casa. La idea me emocionaba, y al mismo tiempo me intrigaba por querer saber qué estaba soñando, si estaba durmiendo bien, si disfrutaba de la habitación... saber lo que fuera pero respecto a ella. Estuve tentado a pararme de mi cama y venir hasta su recamara, pararme enfrente de ella, ponerme de cuclillas y verla dormir toda la noche. Imaginaba el grito que pegaría si me hubiese visto como un maldito loco observándola.

"— Eh, Iz. La pequeña se va a quedar en esa habitación de por alla... ¿Podrías?... Solo por sí las dudas y por sí andas cerca. —le dije a mi mejor amigo, quién miró hacia la recamara y luego a mí.

—Claro. No le sacaré el ojo a la puerta, aprovechando que fumo mis cigarrillos aquí arriba. Le diré a los demás también. —contestó."

  No desconfiaba de mí mismo. No ahora cuando menos. Estaba limpio desde el asunto del restaurante y no obstante, lo que quiera que hubiera sido que me había arrastrado tan mal aquellos días, se iba acabando. Tanto que anoche había podido dormir seis horas consecutivas y sin pesadillas. Solo descanso. Era suficiente para tenerme aunque de mal humor, esforzándome porque fuera diferente.

  Sin embargo, desconfiaba de toda la bola de escorias que invité a venir a casa. _____ tuvo razón anoche. Sí no podía confiar en ellos, no deberían de venir a casa, e iba a echarlo a andar tanto cómo pudiera a partir de ahora. Hasta entonces no habría podido ser  el único vigilando su puerta, los ojos de alguien más me habían servido. Sin mencionar que fue lo que le dije para convencerla. Y mírenme, aquí iba para abrir su puerta.

  Solo estaba ahí para asegurarme de que estuviese bien. Me adentré, y me detuve a un lado de la cama formando una lenta sonrisa en mi rostro. Estaba durmiendo y lo juraba por Dios que ella en aquel momento parecía un maldito ángel caído desde el cielo. Acaricié suavemente su mejilla, tan delicadamente que apenas y sentí su tibia suave piel. No quería despertarla, por eso, aparte mi mano y cuando eso sucedió, suspiró dormida, movió sus labios y los apretó después. Maldita sea, eso fue lindo.