Capítulo 5.

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La suave y fresca brisa acarició su rostro cuando cruzó la gran puerta del instituto para salir. Con pasos pequeños y relajados comenzó a caminar en dirección a su casa, agradeciendo que aquel primer día de clases hubiese sido tan tranquilo. Zayn realmente esperaba y deseaba que todos los siguientes días fueran así; sin que nadie notara su presencia y por consiguiente que no lo molestaran. El no era tonto y sabía que en este instituto, al igual que en todos, estarían los típicos brabucones y abusones que se metían con los más débiles, los marginados, los nerds.........Y así podía seguir con una larga lista de gente con la que se meten. Por lo que el prefería mantenerse invisible ante los ojos de los demás, como siempre había sido, invisible. Pero eso no evitó que en su anterior instituto recibiera un par de golpes, bromas de mal gusto y burlas.

Soltando un suspiro negó con la cabeza como si así pudiera sacar de su mente esos recuerdos y se sorprendió cuando vio que estaba a tan solo unos pasos de su casa. ¿Cuánto tiempo había estado metido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que llegó a su casa?.

Sacando las llaves de su bolsillo la metió en la cerradura, abrió la puerta entrando con tranquilidad y se quitó sus zapatillas dejándolas a un lado de la entrada. Silencio fue todo lo que le recibió y el esperaba eso, su hermana casi nunca estaba en casa y muy pocas veces coincidían. Su hermana se levantaba temprano, antes que el, para ir a trabajar y cuando volvía del trabajo Zayn ya estaba dormido, los fines de semana ella se iba para ver a su novio dejándolo a él solo. Había veces en las que ella volvía antes del trabajo pero las palabras que cruzaban eran las estrictamente necesarias, ella siempre estaba pendiente de algo que no fuera el. Zayn sabía muy bien que ella realmente no quería pasar tiempo con el, el se dio cuenta de ello hacía bastante tiempo.
Subió directo a su habitación para dejar su mochila en la cama y cambiarse para ponerse algo más cómodo. Una vez estuvo listo bajó a la cocina para prepararse algo de comida pero recordó que había sobrado algo de la lasaña que había hecho para cenar el día anterior por lo que la cogió y la recalentó en el microondas. Fue hacia la sala con el plato entre sus manos y se sentó en uno de los sillones frente al televisor, cogiendo el mando puso un canal al azar, uno donde daban las noticias y se dispuso a comer. Cuando terminó, recogió el plato y lo lavó para enseguida subir a su habitación y recostarse en su cama. No les habían mandado deberes por lo que no tenía nada que hacer, no era como si pudiese quedar con amigos, por la sencilla razón de que no tiene, nunca tuvo.
Soltando un suspiro se levantó de su cama con lentitud y cogió su mochila para abrirla y sacar de ella su cuaderno de dibujo, un recuerdo del chico que se lo devolvió pasó por su mente y Zayn estaba realmente agradecido con el aunque no se lo pudo decir ya que salió huyendo, el no podría estar sin su cuaderno.

Agarrando un lápiz se sentó sobre su cama y abrió su cuaderno para comenzar a dibujar, comenzó a trazar líneas hasta que poco a poco comenzaron a tomar forma pero no estaba lo suficientemente inspirado por lo que levantándose se cambió de ropa rápidamente y salió de su casa. Caminó directo hacia un parque que quedaba a solo unas cuadras de su casa, fue el primer lugar que conoció cuando se mudó hacía un mes y el lugar le gustó bastante.

Cuando llegó se dio cuenta de que no había mucha gente; un par de mujeres con sus hijos, personas mayores sentadas en bancos, adolescentes sentados y charlando y gente paseando a sus perros. Pisando la hierba verde se encaminó buscando algún lugar lo suficientemente alejado de los demás para poder relajarse y poder dibujar. Dando unos pasos más se dejó caer bajo un bonito árbol, la vista frente a él no era la más bonita ya que era una gran zona donde escaseaba la hierba dejando zonas amarillentas. Esa zona la utilizaban para jugar fútbol, o al menos eso pensaba ya que cada vez que pasaba por ahí veía a un par de chicos jugando fútbol.
Soltando un suspiro alejó el flequillo de su ojo el cual no tardó en caer nuevamente, abriendo el cuaderno en una hoja vacía agarró el lápiz, observando su alrededor por un momento se dispuso a dibujar empezando con suaves trazos.

Llevaba un par de minutos dibujando cuando de repente un suave roce en su pierna lo hizo sobresaltarse al tiempo que lo sacaba de la burbuja en la que se había metido. Quitando la vista de su cuaderno de dibujo, vio la pequeña bola de pelos que yacía a su lado. Un pequeño y bonito perro le devolvió la mirada, su pelaje negro con algunas manchas blancas. Elevando la mano acarició la cabeza del animal quien no se negó al tacto e inclinó la cabeza aceptando las caricias. Zayn sonrió dejando el cuaderno de dibujo y el lápiz a un lado para prestar toda su atención al bonito perro, acariciándolo ahora con las dos manos. Zayn amaba los perros, el siempre quiso tener uno.

-Hola bonito.-susurró hacia el perro, acercándose más a el-¿Que haces por aquí?.

Zayn descartó la idea de que fuera un perro sin dueño ya que llevaba un collar donde estaba dibujada la pata de un perro.

-¿Donde está tu dueño eh?.-susurró nuevamente acariciando por detrás de las orejas al pequeño animal, quien parecía estar a gusto.

-Oh ahí estás.-unas pisadas siguieron a esa voz y enseguida una gran figura estaba frente a el.

Zayn levantó la vista hacia arriba encontrándose con unos ojos miel, sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando reconoció al chico frente a el. Era el mismo que le había devuelto su cuaderno de dibujo, aunque no recordaba su nombre pudo reconocerlo, el chico pareció sorprendido también ya que sus ojos se ampliaron mirándolo fijamente antes de que una sonrisa se formara en su rostro.

-Hola.-lo saludó el castaño.

Zayn tragó saliva y bajó su vista hacia el perro a quien seguía acariciando, ahora con caricias nerviosas, su vista fija en el animal.
La sonrisa se borró del rostro del castaño, no entendía porque el moreno actuaba de esa forma. Liam se acercó y tomó asiento a lado del moreno haciendo que este lo mirara confundido para luego volver su vista al perro rápidamente.

-Este es mi pequeño perrito.-le dijo con una sonrisa, acariciando al perro también.

El perro saltó hacia el regazo del castaño provocando una pequeña risa en el castaño quien comenzó a acariciarlo con efusividad.

-El es algo travieso.-sonrió mirándolo sin dejar de acariciar al perro-Cuando lo saco a pasear corretea por todos lados y si lo pierdo de vista por un momento, desaparece.

Zayn mantenía su vista baja mientras jugueteaba con sus dedos. El perro apareció nuevamente a su lado buscando sus caricias, el moreno quiso satisfacerle y acarició su cabeza con suavidad.

-Así que...Zayn.-la voz de Liam se oyó nuevamente, sorprendiendo al moreno el que recordara su nombre-¿Vives por aquí cerca?.-preguntó pero el moreno no respondió por lo que el castaño decidió seguir-Yo vivo a unas cuadras más abajo, es el parque más cercano a mi casa así que traigo aquí a Loki.

-Loki.-Zayn repitió suavemente, gustándole el nombre-Es bonito.

-El nombre o el perro.-Liam bromeó con una pequeña sonrisa.

-Los dos.-Zayn susurró cohibido-El perro es bonito y el nombre también.

Zayn hablaba tan bajito que Liam tenía que inclinarse y poner especial atención a su voz para poder escucharlo, fascinándole la forma en que los labios del moreno se movían con lentitud y no pasando desapercibidas sus largas y numerosas pestañas.

-¿Estabas dibujando?.-Liam preguntó después de un silencio, al ver el cuaderno de dibujo a un lado.

Zayn asintió con la cabeza, alejando sus manos del perrito agarró su cuaderno y el lápiz haciendo ademán de levantarse.

-Espera, espera.-Liam lo detuvo-No es necesario que te vayas, me iré yo, no quiero molestarte.-dijo para después levantarse—Vamos Loki.-dijo agarrando al perro y cargándolo, echándole un último vistazo al moreno-Adiós Zayn, ya nos veremos.

El castaño comenzó a alejarse dejando a un confundido moreno, no entendía porque la actitud del castaño con el, nadie nunca había actuado con el como el castaño lo hizo. Aunque claro, no era como si hubiera conocido a muchas personas, y las pocas a las que había conocido se encargaron de hacerle saber lo insignificante que era. El hecho de que el castaño actuara así con el le hacía sentir de una forma extraña, una extraña forma de la que nunca se había sentido.
Soltando un suspiro cansado miró hacia arriba para después agarrar su cuaderno y empezar a dibujar, ya tenía claro que dibujar.

Con una sonrisa comenzó con los trazos que pronto tomaron forma de unas largas y peludas orejas.

Conociendo El Amor.  (Ziam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora