5.SER DIFERENTE

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  Martes. Aún era martes. Qué pereza.

  Gerard se levantó a duras penas y volvió a realizar la misma rutina de cada mañana.

Ese día ya no llovía, pero ese mes de abril continuaba siendo frío y húmedo. Los hermanos Way descubrieron y tuvieron que andar a través de la suave niebla que les rodeaba para ir al instituto.

  Llegaron aún más pronto de lo que solían.

Como siempre, entraron por el patio. Gerard buscó a Frank con la mirada, no lo vio. Decidió ir a la biblioteca hasta que sonara el timbre de inicio de las clases.

Una vez allí, se sentó en una mesa lo más apartada posible y abrió su mochila. De reojo vio a un grupo de chicos y chicas mirándole, cuchicheando y riéndose, seguro que de él. Ya estaba acostumbrado. Lo que sí le sorprendió fue verles acercarse a él al cabo de unos segundos.

  —Vaya, Gerard, me han dicho que por fin tienes un amiguito, el nuevo de nuestra clase —dijo un chico delgado cuya cara le sonaba mientras sus amigos, colocados detrás suyo, se reían. Creyó recordar que ya se había metido con él otras veces. Gerard supo que el muchacho se refería a Frank—. Ya decía yo que algún defecto debía tener, y es que qué mal gusto, mira que fijarse en un saco de grasa como tú... —Gerard no entendía muy bien a qué se refería el chico, pero le ofendió que lo llamara de ese modo. Aún así, aguardó callado, como siempre, esperando a que pasase la tormenta—. Al menos ahora tendrás a alguien con quien desahogarte, a ver si te revienta el trasero y así te saca esa cara de amargado que tienes —continuó mientras los demás se reían aún más fuerte.

  —Venga, vámonos, Chris —dijo un chico que estaba al lado izquierdo de Chris

  —Que pases un buen día, pedazo de basura —acabó Chris. Después de decir eso, escupió a la cara de Gerard.

Gerard se limpió la mejilla con la manga de su sudadera mientras el grupo de chicos salía de la biblioteca. A lo lejos, aún esuchó la voz de una de las chicas diciendo:

  —Vaya inútil. ¿Has visto como encima se queda ahí quieto sin decir nada? —se rió.

Pero a Gerard le preocupaban otras cosas. No había entendido lo que había dicho Chris. Frank, ¿mal gusto? ¿"A ver si te revienta el trasero"? ¿Por qué se metían ahora con Frank?

Para distraerse un poco, Gerard se dispuso a continuar con lo que estaba a punto de hacer antes de que se le acercaran aquellos imbéciles. Sacó su preciada libreta de la mochila y se puso a dibujar. Eso le ayudaba a desconectar y a concentrarse en su propio mundo, un mundo sin confusiones, sin nadie que le molestara, sin escupitajos a la cara...

  Al cabo de unos minutos, el timbre sonó y Gerard fue hacia su clase.

  El día terminó. Gerard volvió a coger el autobús, esperanzado en encontrar a Frank y que este le pudiera aclarar algunas cosas.

Efectivamente, Gerard bajó del autobús y, detrás suyo, lo hizo Frank. Esta vez caminaron juntos desde el principio.

  —¿Qué tal el día? —preguntó Frank.

  —Bien —dijo Gerard, sin querer dar muchos detalles—. ¿Y a ti?

  —Tal vez tenías razón —al principio Gerard no entendió a qué se refería Frank—. Los de lo clase no son tan simpáticos como creía.

Gerard observó el rostro de Frank. No se le veía molesto ni ofendido, pero sí había un rastro de preocupación en sus ojos. Después de armarse de valor,  le hizo un resumen de la escena que había vivido esa mañana en la biblioteca.

  —Es que soy bisexual —se limitó a decir Frank—. Ayer cuando llegué la profesora hizo que me presentara delante de toda la clase y mencioné mi orientación sexual. Es parte de mí, de lo que soy, y estoy acostumbrado a que la gente se lo tome como debería, como la cosa más natural del mundo. Pero en este caso no fue así.

Gerard aún intentaba procesar la información. Nunca había conocido a alguien que no fuera heterosexual.

  —No me lo esperaba —confesó Gerard—. No lo aparentas.

  —¿Qué significa que "no lo aparento"? ¿Es que la gente debe aparentar su orientación sexual? Claro, te sorprende porque todos los hombres a los que les atraen otros hombres son "afeminados", ¿no?

  —No... no quería decir eso —dijo Gerard, completamente consciente de su error—. Lo siento.

  —No pasa nada, pero es que nunca puedes saber al cien por cien la orientación sexual de alguien a no ser que te la afirme la misma persona. Comprendo el hecho de que hayas dicho que "no lo aparento", pues es un tema que no se habla tanto o con tanta naturalidad como se debería, y eso genera prejuicios. De verdad lo entiendo y te perdono, Gerard. Pero no vuelvas a decir algo así, por favor.

  —Lo siento —volvió a decir el más alto de los dos.

  —Aún así, te lo has tomado mejor que mis compañeros de clase —Frank sonrió tristemente.

  —Déjalos. Son unos imbéciles. No entienden lo que es diferente a ellos.

  —O lo que es especial. Y tú lo eres, Gerard.

Gerard no supo qué contestar. Se limitó a ver como Frank se detenía delante de su casa, abría la puerta y le decía adiós con la mano antes de cerrarla.

TEENAGERS (Spanish) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora