Capitulo 13 - "Una amistad para toda la vida"

196 12 4
                                    

El vino siguió corriendo entre los monarcas y gobernantes de las Islas, pero mucho antes de que se terminara el banquete Emily se excusó diciendo que estaba exhausta y se retiró aunque en realidad no deseaba descansar.

Camino por los pasillos de Cair Paravel, donde las paredes estaban pintadas con retablos de redecillas de flores que se retorcían en curvas artísticas; se acerco a un guardia para que la guiara hacia donde quería ir y llego finalmente hasta una puerta enorme de roble, y con cerrojo de plata a la que llamo.

-Adelante- contesto la voz de Edmund.

Emily torció el cerrojo y se introdujo con timidez a la habitación. Edmund estaba sentado frente a un escritorio con la vista clavada en pergaminos que parecían muy importantes, alzo la mirada y al encontrarse con la de Emily su semblante cambio a serio.

-Si hubiera sabido que eras tú habría fingido que dormía.-Repuso Edmund poniendo de vuelta su mirada en sus papeles.

-¿Qué es lo que sucede Edmund? ¿Por qué estás molesto?- pregunto Emily tímidamente buscando que el rey la mirase.Pero Edmund no contesto.

-Creí que éramos amigos- dijo Emily de soslayo, triste por la actitud de su amigo.

-Si yo también creí que lo éramos- exclamo Edmund con enojo- pero resulta ser que no es así.

-Lamento mucho no haberte contado que yo era la princesa- se excusó Emily dando en la punta del clavo.

-Como sea- dijo Edmund fingiendo que le importaba muy poco aunque seguía molesto- si es lo único que viniste a decirme puedes irte ya, quiero dormir.

-Edmund perdón- interpuso de nuevo Emily con los ojos llorosos- estaba muy avergonzada, muy confundida no sabía qué hacer, y no sabía cómo iban a reaccionar tu y Peter.

-¿Te parecimos malas personas?- se volvió Edmund estrepitosamente- ¿creíste que íbamos a juzgarte mal? ¿Te parecemos esa clase de personas?

-No, es decir ahora no. Pero no los conocía no sabía que esperar de ustedes. Incluso mucho antes, cuando el invierno se fue y se dio la noticia de su subida al trono pensé que ustedes eran adultos, y yo no confiaba en los adultos...y luego entre los árboles y las bestias parlantes se dijo que ustedes peleaban por causas justas y que eran poderosos, fue en ese momento en que considere pedirles ayuda, y envié antes a Siu a espiarlos, fue hasta entonces y solo entonces que supe eran niños.

-Pero seguiste sin confiar en nosotros- dijo Edmund.

-¡de igual forma no sabía si iban a ayudarme cuando soy la princesa que huyo de la corona que le correspondía proteger!- grito Emily rompiendo al llanto.

-Peter te hubiera ayudado de todas formas- interpuso Edmund aun sombrío- aunque probablemente yo no lo haría, no si me hubiera enterado antes de que no nos tenias suficiente confianza... no tienes excusa para habernos mentido de tal forma.

-Me arrepiento ahora, ustedes han sido casi como otra familia para mi, Aslan me dijo que afrontara las consecuencias de mis actos, y supongo que perder tu amistad es una de ellas- dijo Emily aun exaltada pero limpiándose las lágrimas- Disculpe Rey Edmund, buenas noches.

Salió del a habitación y no hizo más paradas hasta que llego a la puerta que le habían dicho era su habitación, se abalanzo sobre la cama y se puso a llorar, porque en los días que había estado con Edmund le había tomado un cariño especial, y en verdad sentía que le había fallado. Escucho la puerta de su habitación abrirse así que contuvo sus sollozos y fingió que dormía.

-a mi no me engañas – dijo Jack sentándose al borde de la cama- ¿Qué fue lo que paso?

Emily se echó a llorar sobre los hombros de su amigo y le contó lo ocurrido, hablaron largo rato al respecto, Jack no la excuso en ningún momento de sus acciones, la ayudo a aceptar su errores, y también a ver las cosas desde la mejor perspectiva, y al final logro que Emily se calmara y se quedara dormida, pues el niño dragón siempre tenía la fórmula secreta de hacerla sentir mejor.

La Doncella y El ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora