Reni no ha sido adoptada desde que sus padres murieron. A ella le encantaba escapar del orfanato, pero conocer a un famoso le cambiaría la vida.
¿Podrá Reni superar sus problemas?
¿Se volverá a ver con Chandler?
Los siguientes días con Chandler fueron geniales. El se fue de vuelta a Atlanta y antes me dijo que prometía volver a verme. Yo no me detuve, seguí explorando. Han pasado 7 meses desde la ultima vez que lo vi (era Junio de 2015 para ser mas exacta.) . Estaba ordenando mi habitación cuando llega una monja con cara de enojo. -Reni, vienen por ti.- me dijo la mujer.
-¿Que?-le pregunte extrañada.
-Que ya te adoptaron.- me dijo.
-¿A mi?- pregunto extrañada.
-Yo tampoco se como sucedió pero lo hecho, hecho esta. Haz tus maletas, te están esperando.- me respondió la monja y se fue. Tome mi maleta y empaque todo lo que había. Baje al primer piso del orfanato y entre a la sala de entrevistas, donde había un hombre alto de espalda y la directora.
-Reni es algo problemática. Si le molesta mucho no dude en traerla.- le dijo la directora al hombre.
-No haría eso nunca.- le respondió el hombre y yo me acerque.
-Soy Reni, un gusto.- lo salude y el volteo.
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-Soy Norman... Norman Reedus.- me respondió el estirando su mano.
-Okay señor Reedus, esta todo listo para poder irse.- le dijo la directora.
-¿Estas lista?- me dijo con una sonrisa dibujada en su rostro.
- Eso espero.- le respondí y tomo mi maleta. Vi en mi mochila y verifique que estuvieran todos las cosas necesarias. Entramos a un auto negro hermoso, era deportivo. Me sentía muy incomoda, -¿Quieres que te diga papá?- le pregunte seria.
-Solo si quieres, pero me gusta que me digan Normi.- me respondió el y reímos.
-Okay Normi, te diré cosas que nadie sabe: me escapo a ver las estrellas, fumo muy seguido, odio mi vida pero nunca me he hecho auto daño, soy buena comiendo y nunca he pisado otro lugar que no sea en San Diego y Santiago de Chile.- le dije y el me sonrió.
-¿Cuantos años tienes?- me pregunto.
-14 y no pienses en quitarme el cigarro.-le dije riendo.
-Por mi esta bien, pero no debes ser tan viciosa.- me dijo el con una sonrisa.
-No lo seré si me dejas fumar uno ahora.- le dije sacando una cajetilla. Seguíamos en el orfanato estacionados y las monjas observaban el auto.
-Lo siento chica pero yo también fumo.- me respondió con risa malvada y saco uno de mi cajetilla, -¿Tienes fuego?- me pregunto y yo le pase un encendedor. Luego de que el lo prendiera vi que se acercaba una monja y golpeo mi vidrio, yo prendi el cigarro y baje el vidrio.
