Capítulo 13

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-Ya... Pero si el joven del que no sabemos ni el nombre selló al Dragón del Tiempo con su sangre, ¿qué vamos a hacer? -Empezó Catherine.- Supongo que las armas con las que partió son las mismas que tienen estos dos, aunque falta el arco... Y las llaves para abrir el templo son las nuestras, ¿no?

-No he acabado de explicar. -Protestó Judith, levantándose. -Mira, vamos por partes. Los espíritus de la Tormenta y el Fuego todavía existen entre nosotros. De hecho -dijo con una mirada a Alex-, algunos viven en esta misma ciudad, en Iria. Y ya ves. Uno de sus descendientes está aquí.

Señaló hacia Alex, que se puso pálido y retrocedió con violencia.

-¿Tú? -Catherine alzó las cejas hacia él, sorprendida.

-No, yo... -Él vaciló unos momentos.- Bueno, sí. -Admitió de mala gana.- Soy el hijo de un espíritu de la Tormenta, mi padre lo es. ¿Algún problema?

-Es curioso que tú no seas violento, teniendo en cuenta que los espíritus son caóticos. -Dijo Sam.

-Pero a ver -murmuró Alex, desesperado.- ¿Qué tiene que ver la genética con mi personalidad?

-Nada, supongo. -Intervino Judith.- Mientras tú no seas como ellos, el instinto de Cat por darte caza no aparecerá. Aunque es verdad que la genética no tiene nada que ver, es más bien una cuestión de instintos que se transmiten a través de las generaciones de una misma familia.

-¿Qué? -Cat saltó en el sitio del susto.- ¿Es que puedo llegar a tener ganas de cazar a Alex?

Judith soltó una carcajada alegre.

-Claro que no. ¡Estaba de broma! Pero de todas maneras tu linaje está hecho para enfrentarse al caos, así que tampoco sería tan raro. -Judith puso una media sonrisa y se carcajeó de la expresión de Catherine.

-¡No es gracioso! ¡Me has asustado de verdad! -Cat estaba empezando a enfurruñarse.

-En fin... ¿Nunca puedes dejar de quejarte? -Sam se encogió de hombros sin mirar siquiera a Cat.

-¡Tú! ¡Cállate! ¡Ni siquiera quiero estar contigo! ¡Y saber que te acepto sólo porque tú también haces falta...! Judith, ¿de verdad lo necesitamos para la misión? -Preguntó Cat tirándose de los pelos de la frustración.

-Desgraciadamente para ti sí. -Judith se encogió de hombros.- Bueno, espero que seas capaz de aguantarlo. Al menos la semana que tenemos para completar la misión...

-¿UNA SEMANA? ¿¡PRETENDÉIS DESPERTAR AL DRAGÓN DEL TIEMPO DEL QUE NO SABEMOS NADA EN UNA SEMANA? -Cat agarró lo primero que tenía al lado y lo zarandeó con violencia de pura frustración.

-¡Suelta! -Jack intentó liberar su camiseta del agarre de su hermana.

-¿...? ¿Eh? ¡Vaya! Lo siento mucho. Siento perder los nervios tan deprisa.

-En realidad no sé si es una semana exacta, pero no tenemos mucho tiempo. Tienes que aprender a controlar esos poderes lo más pronto posible y descubrir cuántos días tenemos exactamente.

La camiseta de Jack se había quedado completamente arrugada por donde Cat la había sujetado. Este intentó alisarla sin ningún resultado. Frustrado, resopló y desistió de ello. Mientras tanto, la mirada de Catherine se había empañado de tristeza.

-¿Por qué mis padres no me contaron nada de esto? No soporto que me lo hayan ocultado... -Cat hundió la cabeza entre las manos y se sentó en el suelo.- ¿O quizá no lo sabían?

Levantó de nuevo la mirada hacia su hermano.

-Ay, eso es un poco más delicado. -Suspiró Judith.- ¿Se lo cuentas tú, Jack?

Mirando al Futuro [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora