Los científicos sabían perfectamente lo que hacían en el reactor. La energía era algo que necesitaban desesperadamente, pero como dice la ley de conservación de la energía: la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma; hubo una sobrecarga, algo que ellos mismos habían predicho. Conocían los peligros que se podrían presentar, sin embargo las probabilidades de éxito eran más altas que las de fracaso. Así que sin dudarlo probaron las reacciones que por años desarrollaron, estudiaron, perfeccionaron, hasta llegar al punto de tener la solución.
Sería posible crear energía con el poder suficiente en el reactor y el calor necesario para elevar la temperatura de 0°C a 5 trillones de °C.
Estaban seguros de que daría resultado pues la temperatura artificial más alta registrada en la historia era de 4 trillones de °C y para lograrlo se empleó el Relativistic Heavy Ion Collider (RHIC) o Acelerador Relativista de Iones Pesados, en cuyo interior han producido choques de iones de oro de forma que se han recreado explosiones ultracalientes de tan sólo mili-segundos. El colisionador, de 2,4 kilómetros de largo, dio lugar a una energía de impacto tan intensa que los neutrones y protones dentro de los núcleos de oro se fundieron. Pero ¿Por qué romper esa marca?
Bueno, un grupo de científicos, físicos y expertos en energía y temperatura, lograron establecer una conexión para que de esa temperatura alcanzada en el acelerador modificado, construido precisamente para ese experimento, se diera energía para una década, según los estudios para una ciudad entera.
Sería el experimento más grande y sorprendente hasta ahora; si daba resultado no tendríamos que gastar energía mas que la del colisionador, pero si fracasaba, sería una terrible catástrofe que devastaría kilómetros y kilómetros de terreno a la redonda, debido a una explosión generada en el colisionador.
¿Qué paso? Eso es lo de menos. Los humanos tendemos a cometer errores. A veces pequeños e insignificantes, aunque si se tratara de un error como éste, lo llamaría brutal, violento, cruel, inhumano...
Tenemos en claro que muchos de los experimentos que la humanidad realiza, se salen de nuestro propio control. No sabemos cómo resolverlos y finalmente huimos por miedo, miedo a ser culpados y encerrados o peor, miedo a morir por el efecto producido, aunque no todos logran huir, o no todos quieren hacerlo; permanecen en el lugar ¿para qué? Para buscar lo que se les arrebató, teniendo la esperanza de que aún con las transformaciones que el ambiente ha sufrido, se logre encontrar aquello que les ha conmovido seguir en ese espantoso lugar de muerte.
ESTÁS LEYENDO
Si tú vas, yo también
AventuraLa Zona. Más de 90 kilómetros a la redonda de lo que fue el estallido del rector. Isaac, un SOBREVIVIENTE, creía que estaban solos, él y su pequeña hermana, pero se equivocó. Su objetivo estaba claro al inicio: buscaba algo, algo que le había si...