Único

20.1K 1.9K 1.3K
                                    

Jimin.

-Es aquí.- Suspiro al encontrar al fin el lugar.

Dudo un poco en entrar a quel local que ofrece servicios de masajes. Un lugar donde el dolor y el placer son uno. Un lugar donde cualquier persona podría estrar para recibir algo de alivio en su cuerpo.

Pero este no era cualquier lugar para mi.

En este lugar se encontraba él. Aquel maldito y hermoso chico que iba conmigo a la universidad. Aquel sensual estudiante de segundo año que tanto me llamaba la atención pero jamás me prestó atención. ¿Y por qué lo haría? Quién soy yo para que me mire siquiera.

Solo me conformaba con mirarlo de lejos, ver su hermosa sonrisa, la cual le regalaba a todos menos a mi.

No obstante, poco duró mi clandestinidad, necesitaba verlo, conocerlo siquiera.

-Eres un idiota. ¿Nunca lo supiste? Trabaja en un local de masajes. Aunque solo es recepcionista y aprendiz. Todos los que están detrás de él lo saben. Bueno... todos excepto tú.- Me había dicho mi hyung al preguntar por aquel chico pelinegro.

Y aquí me encuentro, no me costó mucho buscar la dirección. Eso de que todo el mundo lo sabía era verdad. Lo que sí me costó fue decidirme en venir. ¿Pero qué cambiaba? El hecho de que me rechace o no, no cambiaba mi situación, si de todas formas no me miraba.

Vuelvo a suspirar antes de cruzar la calle que me separa del negocio y sin vacilar un segundo más, entro escuchando la típica campanita del local.

Dentro se está más cálido. La calefacción hace un gran trabajo con el ambiente y se siente una brisa de aire caliente que te recorre el cuerpo, sirve mucho cuando estás temblando de pies a cabeza a causa de los nervios.

-¡Bienvenido...!- Escucho que una voz me dice y me doy vuelta hacia ella al darme cuenta que me quedé observando la decoración del lugar por más tiempo del necesario.- ¿En que puedo ayudarte...?

Aquella voz, aquella angelical voz provenía de sus labios. De su boca, que en ese preciso momento me estaba ofreciendo un espectáculo encantador.

-¿Algún problema?- Sacudo mi mente para reaccionar ante él. Solo estoy haciendo el ridículo.

-Lo siento... yo... vine por... por...- Solo dos palabras.

-... un masaje.- Completa mi frase al tardar demasiado en hablar.

-¡Sí! Quiero decir sí.

-Acércate...

-¿Eh?

-Que te acerques...- Vuelve a llamarme haciendo un ademán con su cabeza para que vaya hacia él.- Acércate hacia el mostrador, debes llenar esta planilla.

-¡Ah! Claro...- Abochornado me acerco hacia él y éste me entrega un formulario y una bolígrafo.

-Aquí... completa tus datos.- Me dice señalando un lugar al que no tengo idea, ya que estoy embobado mirando su rostro tan cercano a mi.- Aquí pon si te duele algo y aquí escribe si tienes algún problema físico. ¿Entendiste?

-¡Mmh...!- Asiento nervioso cuando él levanta su rostro, y se aleja un poco descepcionándome por su, otra vez, lejanía.

-Ahora vuelvo...- Jungkook, que es como se llama el chico, desaparece detrás de una puerta y yo me centro en la hoja de papel que me había dejado.

No escuché absolutamente nada de lo que dijo pero no fue difícil interpretar, después de todo allí estaba escrito con detalles. Me habrá tomado por tonto. Seguramente por mi actitud de bobo que me traje puesta.

Massage [Kookmin] [Oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora