Avía una vez un señor que creció y nunca avía tomado ni una tragadita de cerveza y a los 22 años el papa lo yevo con el a una cervecería y el tomo un poquito y se casó con una mujer de 46 años y el tenía 43 y después de 8 años me tuvieron a mi Oriana con dos padres maravillosos y todos vivimos felizez para siempre.