11. Castigo

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- Laito...-

tuve un horrible sueño él está sosteniendo una daga y la apuntaba a su corazón, por más que intentaba acercarme a él me era imposible... cuando la daga atravesó su pecho, fue que pude acercarme a él, y lo que me dijo me helo la sangre "te amo Aria... perdóname..." sentí una punzada horrible en mi pecho. No comprendí porque me dolía ver eso, toda él me había hecho pasar por todo... pero, lo comprendí, cada vez que yo estaba en apuro es me ayudo, cuando tenía pesadillas él estaba había para calmarme, aun no comprendo la razón que lo llevo a violarme, pero no me quejo, en parte... me gusto.

- Estas despierta- una joven de ojos rojos y cabello rubio se acercó a mí, no sabía quién era ella, pero era muy bellísima

- Quien eres...- intente levantarme, pero el dolor en mi cuerpo no me lo permitía-

- Calma, aun no estás bien, mi nombre es Nagisa Mukami, soy la hermana de Shuu y Reiji, un placer- me sonrió de una manera tan gentil, le respondí de la misma manera

- Donde está el...- la sonrisa gentil desapareció, dejando ver un rostro de preocupación- ¿dónde está Laito?

- Afrontando su castigo- me dijo con pena- pero relájate, debes curarte... - intente levantarme, pero Nagisa me lo impido- que haces, aun no estás bien

- Tengo que hablar con el...

- Tsk...- salió de la habitación para luego entrar con el mayordomo, que me cargo- estas segura.

- Si...

Salimos de la habitación, a lo lejos podía escuchar gritos de dolor que claramente reconocí, sentía miedo, pero no por mí, sino porque él estuviera herido por mi culpa... que Nagisa y el mayordomo caminaran lento me exasperaba, quería verlo saber cómo estaba, necesitaba hablar con él y que me explicara tantas cosas.

Al llegar a una puerta en blanco, que Nagisa abrió con lentitud lo pude ver... estaba rendido en el suelo, en su cuerpo había muchos cortes profundos que sangraban, su rostro tenía muchos golpes y su boca sangraba, cuando la puerta estuvo abierta completamente vi a una chica de cabellos blancos apuntándole con su espada a punto de darle el golpe final.

Me zafé de los brazos del mayordomo y como pude corrí a lado de Laito, que me miraba asombrado, la chica frente a nosotros bajo la espada.

- Aléjate de él... es su castigo por haberte hecho eso...- me hablo de una manera fría que me dio miedo- Nagisa, quítala

- Ne... no crees que ya tuvo mucho- le hablo de una manera tan relajada, que hiso suspirar con pesadez a la chica de ojos negros- vamos Mitsuki, ya tuvo suficiente

- Está bien... pero aun no terminamos, hermano- enfundo la espada y la puso en un estante en la pared. Me aferre a Laito viendo como sus heridas empezaba a sanar lentamente- deberías estar en tu cama, aun no estás bien- la chica de nombre Mitsuki me hablo, su semblante se veía más relajado.

- Deberías... descansar...- Laito se separó de mí y me cargo a la cama, me esquivaba la mirada y evitaba tocarme, en sus rostros se veía dolor y arrepentimiento... solo me pregunto ¿será real? - lo lamento...- susurro pasa aparátese de mí y colocarse detrás de sus hermanas

- Lamento lo que te haya pasado... de verdad me disculpo...- Mitsuki se acercó a mí y tomo mi mano- si deseas cancelar la boda, es tu decisión... nadie te obli

- ¡No! ¡Dejen de sentir lastima por mí! - me exalte no quería cancelar la boda, no quería apartarme de Laito...-

- No deseas cancelar la boda- pregunto Nagisa a lo que yo negué- ¿Mitsuki...?

- Estas seguras... ya no hay marcha atrás.

- Segura

Las chicas se miraron entre si y suspiraron, la peliblanca le susurro algo al mayordomo que inmediatamente salió de la habitación.

- En ese caso, Nagisa te atenderá hasta que te cures, me encargare de todo- me sonrió gentilmente, ella le envió un mensaje con la mirada a Laito y el salió de la habitación- no podrás ver a Laito hasta el día de la boda, necesitamos borrar toda esencia que el haya dejado en ti, ese día irán muchos vampiros no deseamos que alguien haga un escándalo entiendes- asentí, y ella suspiro pesadamente- bueno Nagisa te la encargo.

- Claro mitsu-chan, bueno Aria a dormir necesitas reponerte- puso su mano en mi frente y todo se volvió negro.

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Los ocho jóvenes estaban reunidos en la sala, todos habían escuchado las palabras de la pelinegra, se sorprendieron a escucharla que no cancelaria la boda, el más aliviado era el castaño, no creía que podía sobrevivir sin ella. Entre todos estaban escuchando las nuevas pautas para ocultar en incidente entre los novios, y evitar una disputa el día de la boda.

- Cuál será el verdadero castigo del pervertido

- Ayato-kun- protesto este, aun con dolor en su rostro, la culpa lo carcomía y saber que no podía hablar con la chica hasta dentro de 3 días lo atormentaba

- Creo que ya tiene suficiente con ese castigo- bromeo la rubia mientras jugaba con la pequeña bebita- además mitsu-chan le dio una paliza con la espada.

- A quien no- comento el rubio por lo bajo, recibiendo una fulmínate mirada por parte de la albina

- Laito está consciente de la su situación- el castaño asintió- bueno... si otro incidente así vuelve a suceder no dudare en cortártelas... ahora iniciara tu verdadero castigo... sin que nadie se interponga-

El pelinegro le tendió un látigo a la peliblanca, esta vez sí, ni Dios lo salvaba.


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· "no tienes por qué hacerlo, eres libre de mí, no te merezco" ·

Fue la nota que llego a la cama, me alegre al leerla y saber que estabas arrepentido, tome una pluma que estaba en la mesa de noche y escribí atrás de la nota, luego que se la entregara a aquel murciélago de ojos esmeraldas que obviamente es uno de tus familiares, sonreí. Deseo poder hablar contigo...

· "todos, merecemos otra oportunidad" ·


· Matame· Donde viven las historias. Descúbrelo ahora