Capitulo 3: especialización

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/Recuerden elegir su especialidad, hoy es el último día para unirse a una de las tres capacitaciones que el instituto les ofrece, repito/ una y otra vez sonaban los alto parlantes alrededor de la escuela repitiendo la misma oración

- mínimo podrían poner música de ambientación para pasar el rato- comentaba pedro durante el camino al salón de clase - bueno ¿y cual elegiste tú? -

aun con sueño en la cara levanto la cabeza,- la electrónica, aunque es una lata, podrían dejar dormir debes en cuando-,

-no es un motel genio-, decía Gerardo con tono sarcástico desde atrás, -además duermes siete de las ocho horas de la escuela ¡no sé de qué te quejas!-,

-es cierto... aparte te tenemos que estarte despertando-, mientras decían esto, yo me estaba quedando dormido de pie

–¡DESPIERTA, IDIOTA!- gritaron al unísono – solo sigue caminando- después de un rato Gerardo se detuvo y miro por el barandal, -ha, que suerte tiene ese tío-

/¿Por qué?, solo es inteligente, además que es el hijo de uno de los últimos héroes en funcionamiento, por eso nadie se mete con él, fuera de eso es otro más/ -pareciera que te molesta, no habías dicho palabra en todo el día- discutía lancelot

-¿con quién hablas?- pregunto pedro
- solo pensaba en voz alta, solo entremos al salón, necesito dormir un poco-,

me dirijo a mi asiento a tomar mi sueño matutino cuando se escucha entrar al tutor con su acostumbrada frustración –bien mocosos, ya eligieron capacitación ¿no? O solo están perdiendo el tiempo como de costumbre-,

-como no lo atropellan o tiene un... / ¿accidente?, eso se puede arreglar... aunque necesitamos materiales/ no vas a matar a nadie, por ahora-,

se acerca pedro ignorando al maestro, -en realidad no es como si algo de esto me importara, es más fácil el pagar, es el poder del dinero-,

-¿y que pasa con los que son pobres, acaso no tenemos derecho a flojear? Debemos levantarnos en contra de... -

-ya cállate revolucionario y deja dormir - lancelot apenas podía mantenerse despierto

-¡sepárense !- gritaba el maestro en tono molesto -¿acaso no pueden dejar de molestar?-,

-ni idea, vale yo me voy por mi lado- todos se empezaron a dispersar, me quede sin nada que hacer, así que me dispuse a dormir nuevamente a final de cuentas e maestro ni siquiera me notaria o al menos eso creí yo, después de unos minutos sentí la presencia de alguien delante de mí,

al levantar la mirada veo al profesor gritándome sobre el hecho de estar dormido en su clase, aunque viéndolo bien no era el único que lo estaba, no lograba escucharlo –no querías escucharlo, que es diferente-, - era tan cansado-, -tan molesto, deberíamos atacarlo-

mi instinto empezó a dominarme después de un breve escalofrió –nuestros dientes se afilaban como colmillos, estábamos listos para atacar su garganta, sin miedo, sin dudas, solo una inagotable sed de sangre recorriendo mi cuerpo, el tiempo parecía correr lento, como si cada segundo fuese una eternidad, no veíamos a nadie que pudiera pararnos,

pero en una fracción de segundo otro se levantaba de su lugar y al igual que yo rompía sus cadenas pero en vez de querer asesinar, el deseaba proteger, salvar a mi primer víctima de una muerte segura, en el momento correcto las fuerzas del bien y el mal hacen su choque por primera vez en un largo camino de enfrentamientos, detonando una batalla, que marcaría el inicio de una guerra que llevaba siglos postergándose.

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Guerra de dioses: el dios que se sienta a mi lado y la chica suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora