Dieciséis...

26 0 0
                                    

- Rebecca él lo hizo por ti.

- Pero debió decírmelo, no ir a golpearlo como un niño inmaduro.

- Eres increíble, en vez de estar agradecida, solo te quejas. -Se levantó.

- No es que me queje, estoy agradecida por darle su merecido, pero la violencia no resuelve nada. -Lo mire.

- Ahora te metiste a hippie.

- No soy hippie estúpido -Alce una ceja- Solo que me hubiese gustado que me lo dijera primero.

- ¿Cómo? lo has ignorado todo este tiempo. No le has dado las chances.

- Lo sé, lo entiendo pero es que...

- ¿Pero qué? ¡Becca, Alex casi te viola! -Esa palabra cayó como una granada en mi cabeza.

- ¡No vuelvas a decir esa palabra! -Grite. Me levante junto a él.

- Esta bien, es difícil hasta para mí decirlo. Por más que te odie eres mi hermanita -No pude evitar sonreír al escuchar eso- Yo quiero ayudarte en esta situación, tienes todo mi apoyo.-Esas palabras las odie completamente. De hecho me hicieron sentir peor, sé que puede malinterpretar las cosas pero la palabras "Tienes todo mi apoyo" me molestan tanto como tener mucho tiempo sin comer nutella, me siento mal, siento que me tienen lastima, las odio enserio.

- Cris, te quiero -Lo abracé, no quería más berrinches, no quería pelear más, no quería nada de esto, solo quería apoyo, por más que lo odie, lo quería, eso me supera a mí misma, me ponía en duda, pero no importaba.

Lo que importaba era lo que tenía que hacer, tenía que dejar todo mi gran orgullo atrás y hacer lo que más me dolía; Pedir disculpa no era algo muy agradable para mí, me ponía incomoda, pero debía hacerlo.

- Yo también Becca -Susurro en mi oído. Lo abrace aún más fuerte.

Me aleje de él y salí de la habitación. Fui a la mía y me recosté sobre mi sillón, tenía que pensar.

Tenía muchas cosas que pensar, mis ojos se achinaron, no podía creer todo lo que había pasado y mucho menos lo que estaba pasando.

Tome mi celular decidida a llamar a Edgar esto se tenía que solucionar, no podía estar así con él, no luego de lo que él hizo por mí, debía disculparme, debía hablar con él, debía hablar con Alex, él debía darme la cara, debía matarle por lo que hizo, pero más aún debía respirar y asimilar todo con sumo cuidado.

Lo llame pero me mando al correo de voz. Esto no se iba a quedar así, le mande un texto con la intención de que nos veamos en un parque que quedaba muy cerca de acá.

Quería hablar con él y decirle cuánto lamento haberle tratado como mierda estos últimos días. El ver sus enormes ojos oscuros y pedirle disculpa por ser tan imbécil. Pero he aquí el gran dilema "¿Podré hacerlo?".

Sé que no iba a poder, pero aun así lo intentare, sé que no es la gran cosa, pero para mí, los detalles más pequeños, son los más aterradores.

Me vestí para ir al parque. Quería convencerme de creer que él iba ir, que el hecho de que no me contestaba era porque estaba ocupado, pero sabía perfectamente que una parte de mi decía lo mas lógico, y me odio por eso. Odio el no poder convencerme de las cosas positivas, al contrario siempre soy muy negativa. Odio el pensar que Edgar simplemente está molesto por lo imbécil que soy y no irá; y me quedaré allí, sentada viendo como todos viven su vida, me deprimiré por dentro y creo que hibernare todo un mes.

Le conté a Cristian todo y emprendí camino. Cada vez que daba un paso frente, mi orgullo iba cayendo, creo que dejaré que todo fluya...

- ¡Oh genial! ahora hasta hablo sola... me odio, odio esto -Ya mi paciencia había colmado, durante una hora no había aparecido, no me quedaré una hora más, ¡No!, estoy harta, si él no se dignan a venir pues, que se joda. Me levante y emprendí camino de vuelta a mi casa.

Iba caminando, viendo hacia el suelo, me sentía tonta, iba contando las grietas sin tocarlas al caminar, recuerdos lindo llegaban a mi mente, recordé a Edgar, no entendía qué era lo que estaba pasando ahora con él, entiendo que esté molesto por como lo trate estos últimos días, pero, ¿Por qué no aprovechar una charla para aclarar las cosas?, de verdad no entendía.

Brinque una grieta, y en fracciones de segundos, mi cuerpo está cayendo sobre algo, mejor dicho alguien. Mi respiración era acelerada, se podía sentir como su cálido aliento luchaba contra el mío, lo mire a los ojos y supe quién era.

- ¡Rebecca! -Sus ojos estaban como platos, aún estaba sobre él, como pude asentí.

- ¿E..e..Edgar? -Me levanté y sacudí mis jeans.

Sus ojos estaban casi tan confusos como los míos, su mirada era tierna pero triste. Me sentí incómoda, parecía que estaba frente a un desconocido.

- Disculpa, se suponía que te vería en el parque... ¿llegó atrasado?

- Si un poco -¡Más o menos una hora!- Me canse de esperar y ya me iba a casa.

- Bueno pues, parece que ya no, ¿De qué querías hablar? -Se estaba comportando muy extraño. ¿es ignorante o qué? él sabe lo que pasa, ¿Lo quiere admitir?, aun no lo sé.

Vi un pequeño café cerca y fuimos allí, nos sentamos en una mesa para cuatro uno al frente del otro. Sabía que tenía que empezar la conversación, pero no quería, él no decía ni una palabra desde que entramos y me incomodaba. Así que lo solté como una bala.

- Edgar se lo que pasó, sé que fue lo que hizo Alex -Su expresión fue muy tranquila- Ya sé cuál fue la razón de la pelea y de verdad me siento mal por no darte la oportunidad de decírmelo -Frunció el ceño.

Él no se dignó hablar, el silencio inundó la mesa, mis ojos fueron interrogados por los suyos.

Me levanté de la silla y mis manos cayeron sobre la mesa- ¿Vas a decir algo o te quedaras allí como un tonto mirándome?, sé que estuvo mal lo que hice, pero entiéndeme, me sentía presionada, me sentía mal -Se levantó frente mí, nuestros ojos estaban en una imparable guerra.

Se presionó en la mesa igual que yo y seguidamente su rostro está muy cerca, sus manos tocaron mi rostro y me beso. Sus labios eran cálidos sobre los míos, se podía sentir cuanto deseaba ese beso, pero yo no.

Lo empuje, lastimando mis nudillos.

- ¡La próxima vez que me beses en una mala situación... No te gustara lo que pasara!.

Arqueó una ceja.

- Se supone que hablaríamos y resolveríamos las cosas -Dije.

- Esta bien, te hare las cosas más fácil -Me miró fijamente- Me iré.

- Si es eso lo que quieres.

- No lo es, pero aun así lo hare - Apartó la silla para irse.

- Linda charla Molinsong -Frunció el ceño.

- Linda charla Holls.


Diario de una Escritora más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora