∞Sipnosis∞

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– Miranda ...– dice su padre por enésima vez ya desesperado por la niña, como siempre en las nubes– ¡ Miranda!

– Qu-que pasa – reacciona al fin mostrando esa mueca entre confusión y susto al que ya estaba acostumbrado. Tantos recuerdos que vienen con esa mueca le hacen soltar una leve sonrisa–

– Tengo media hora tratando de llamar tu atención, y tu como siempre.. –

– En las nubes – lo interrumpe completando la frase que ya tan grabada sabe esta  en esa pequeña mentecita, como en la suya– lo se, perdón – dice en un tono frustrado nada común en ella –

– ¿ Que pasa mi solecito ?– pregunta de forma relajada, con aquel apodo que si bien le había dado desde bebe la primera vez que vio su sonrisa, el día de hoy era muy acertado.

Porque así es ella, como un sol; iluminando todo con su presencia, haciéndose querer por todos con esa actitud despampanante, siempre llena de tanta vitalidad. Nunca había visto tanta alegría contenida en un solo ser y que gran orgullo lo llenaba saber que provenía de él.

– Solo.. Estoy muy nerviosa– dice un tanto melancólica  mirando fuera de la ventana. Definitivamente había algo más, ella no era así –

– ¿ Sólo eso ? – inquiere alzando una ceja sin perder la vista del camino – Vamos solecito, puedes confiar en mi..– le dice animándole un poco –

– Yo.. Yo no se si quiera dejarlos – admite triste – Siempre han estado conmigo, como mi apoyo, como mis padres, incluso como mis amigos. Se que no suelo ser insegura, pero es porque se que ustedes siempre están conmigo.– dice con voz cortada

» Siempre he sido buena estudiante, me encanta ayudar a los demás, y se que para ustedes he sido una gran hija y me aman tanto como yo ha ustedes. Me han dado una gran vida ¿ Saben? Me han enseñado que el tener todo no significa dejar de ser humilde, a ser bondadosa, comprensiva, a ser fuerte, a creer en mi. Me hicieron quien soy..– dijo ella en un sollozo. No se había percatado de las lágrimas que bañaban su rostro–

Aprovechando que estaban en un semáforo en rojo tomo la oportunidad para abrazarla – Te amo tanto pequeña. Te amamos tu madre y yo– le susurro en el oído aun envueltos en un abrazo –

– Lo vez. Tengo la vida perfecta... Y me da miedo – dijo en medio de una pequeña risa que se combinaba con su llanto logrando que su padre la apartara para mirarla a los ojos –Tengo miedo de que un día ya no sea así – hablo tan bajito que casi no la escuchaba –

– No tengas miedo pequeña. Nosotros siempre estaremos para protegerte. No importa si estas a media hora de distancia o en la china– dijo al fin logrando que cambiara esas lágrimas por una sonrisa – No te voy a mentir – dijo serio pero en un tono suave– la vida no es fácil. Es complicada y muchas veces apabullante. Pero también es muy bonito disfrutarla, vivirla. Yo y tu mamá siempre estaremos para ti. Ya sea que hablemos por teléfono o tenga que ir a donde estés, como a la China, a defender a mi pequeño sol para que siga conservando su brillo – dijo aquello último dándole un beso en la frente y brindándole una dulce sonrisa –

– Gracias – respondió ella dándole un beso en la mejilla antes de ponerse recta en su lugar y limpiar los restos de lágrimas aun esparcidos por sus mejillas –

– Bueno, ahora si que tenemos que seguir. Porque si llegamos tarde tu mamá nos mata. Además, no hay despedida si no esta la graduada con honores que es mi hija. Escuchan ¡Mi hija! – dijo alzando la voz. Así era desde que se graduó. No perdía ninguna oportunidad para decirle a todos que su hija era la mejor, y además , así como es una gran hija sería la mejor de las doctoras. Todo un padre orgulloso.

– Te amo papá – dijo sonriente como siempre su niña.. Bueno ya no tan niña –

– Yo también te amo mi  solecito – fue lo último que le dijo antes de arrancar...

Ella solo podía pensar en todas las metas que cumpliría para hacer sentir mas orgullosos a sus padres, y superarse ella misma.

Pero ni ella ni su padre, ninguno de los dos sabia lo que pasaría a continuación..

pequeño solecitoMiranda sonrió al pensar en las tantas veces que el le decía así. Tan distraída en sus pensamientos no vio el auto que se acercaba  justo en la dirección de la puerta del copiloto, donde ella yacía  sentada viendo el horizonte... Tan solo se dio cuenta cuando ya era tarde y todo se volvió negro...

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2019 ⏰

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