Capítulo 8

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*Narra Noah*

Las vacaciones de Navidad habían empezado. Sid y Hayden se habían ido con sus familias y yo había decidido quedarme en la habitación de Sid con Alex. Cuánto más días pasaban, más grande se hacía mi amor hacia Chase.
-¡¡Buenos díiias!!-Me dijo Alex mientras bajaba de la cama para vestirme y comer algo.
-¡Hola!-Le dije suavemente.
-¿Quieres ir a una fiesta ésta noche?Me ha invitado Evian y dijo que llevara a quien yo quisiera. -Me ofreció amablemente.
-Mmm...Está bien, pero, ¿puedo llevar a mi novio?
-¡Claro!¡Pero oye!, ¿¿cómo ha pasado??¡¡¡Cuéntamelo todo!!!-Me preguntó entusiasmada. Le conté lo del cine a Alex y después de que flipara unos 20 minutos, fuimos a comprar varias cosas al centro.
-¿Sabes qué, Noah?Me ha dado la locura. Me voy a teñir el pelo de otro color.
-¿En serio?, pensé que te gustaba tu pelo.
-Y me gusta, pero ya va siendo hora de cambiar.
-Pues si no recuerdo mal, la peluquería a la que me llevó Sid, está por aquí cerca...¡Mira!¡Ahí esta!-Nos dirigimos al local de cartel amarillo y entramos.
-Bienvenidos a GlamOurs, qué os trae p...¡Oh!Reconocería ese pelo en cualquier parte. Tu eres Noah, ¿no?El amigo de Sid.
-Sip, ese mismo. -Le dije con una sonrisa tímida.
-Bueno y, ¿qué os trae por aquí?
-Pues, me quiero hacer algo en el pelo. Encantada soy Alex. -Dijo esta con alegría.
-Ya veo, y...¿tienes algo pensado?-Contestó la peluquera.
-A ver...He estado viendo peinados en internet y eso, y me gustaría hacerme esto.

He estado viendo peinados en internet y eso, y me gustaría hacerme esto

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-Está bien. Noah, ¿quieres quedarte dentro y ver cómo lo hago, o prefieres salir y esperar a tú amiga?
-Me voy fuera. Quiero que sea una sorpresa para mí. Ha sido un placer.-Me acerqué y le di dos besos sin dejar de sonreír. Después de ver el cambio de Alex y terminar de comprar toda la ropa, nos dirigimos a la habitación para prepararnos.
Alexa se puso una camiseta grande blanca con la bandera de E.E.U.U, unos vaqueros muy cortos azules, medias negras rasgadas, y en su pelo ondulado llevaba un lazo negro.
Yo preferí ponerme una camiseta blanca de cuello de bebé negro, con unos vaqueros negros también, y unas botas rojas.
Llegó la hora de la fiesta y Chase pasó a recogernos.
–¿Qué tal?, soy Chase.–Le dijo Chase a Alex.
–Muy bien gracias, yo soy Alexa, pero puedes llamarme Alex. –Respondió ésta.
Cuando llegamos a la casa de la facultad de Evian los recuerdos invadieron mi mente.
–NO. –Exclamé en voz alta haciendo que mi amiga y mi novio se sobresaltaran. –Perdón...–Dije sonrojado haciendo que a mis acompañantes se les escaparan unas risas.
Entramos al local y vi a Evian en un sofá tomándose una bebida de un color que nunca había visto en un vaso rojo. De inmediato se percató de nuestra presencia y se acercó.
–¡Qué bien!¡Habéis venido!Estás muy guapa Alex. –Dijo simpáticamente y continuó cambiando el tono. –Oh...No sabía que tenías un hermano.
–¿Eh?JAJAJA. No es mi hermano, es mi novio. –En cuanto pronucié ésta última palabra la cara de Evian se volvió más blanca todavía de lo que era, e intentó disimular su sorpresa.
–Amm...¡¡Ya voy!!Lo siento, me llaman. –Dijo, y se fue. Obviamente era mentira.
–Pff...JAJAJAJAJAJAJAJA. –Alex no pudo evitar reírse.
–Tss...Vamos. –Dije con una sonrisa pícara. Pasamos por el medio del enorme salón atravesando los distintos grupos de gente frotándose entre sí y o bebiendo todo tipo de líquidos. Sí. Todo tipo.
–Eh, ¿bailamos?–Dijo Chase.
–V-vale. –Respondí nervioso.
–Noah no sabe bailar.
–¡Alex!–Dije.
–¿Qué?Haha, yo tampoco sabía al principio, es algo normal. –Dijo reconfortándome. Empezamos a movernos al ritmo de la música y un montón de gente comenzó a llenar más de lo que ya estaba el salón.
Había tan poco espacio que sentía a todo el mundo rozando mi cuerpo. Era un tanto incómodo pero no podía hacer nada.
De repente noté cómo alguien me rozaba más de lo normal y me di la vuelta.
–¡Qué susto!¡Pensé que eras un pervertido!–Le dije a Alex.
–Un pervertido con tetas. –Me respondió y le tape la boca.
Chase se acercó a mí, me acarició la cara y me colocó el pelo detrás de la oreja. Cerré los ojos pero algo extraño pasó.
–Ja-Jaja-AJAJAAJAJAJAJAJA. –Chase se estaba riendo como un psicópata, y de repente Halsey apareció.
–Oh, qué pena. ¿De verdad pensabas que te quería?–Dijo Halsey. Sin pensarlo le solté una bofetada y mis ojos empezaron a cristalizarse.
–¡¿CÓMO TE ATREVES A ENGAÑAR A EVIAN?!¡¿CÓMO TE ATREVES A BESAR A KEITH SIN SABER SI LE GUSTA ALGUIEN O NO?!¡¿CÓMO TE ATREVES A HACERME ÉSTO?!¿ES QUE NO TIENES VIDA NIÑATA?¿NO TE HAN ESEÑADO A METERTE EN TUS PUTOS ASUNTOS?¿ES QUE TU VIDA ES TAN ABURRIDA QUE NECESITAS LA DESGRACIA DE LOS DEMÁS PARA QUE TU MÍSERA EXISTENCIA COBRE SENTIDO?SERÁ MEJOR...
–Para. –Dijo Halsey.
–QUE...
–Para. –Repitió.
–NO TE DIGNES A VOLVER A MIRARME SI QUIERA.
–¡HE DICHO QUE PARES!–Gritó y noté un fuerte golpe en la cara, escuché el grito de Alex y de repente todo se volvió negro.
–¿Hmm?...¿D-dónde estoy?
–Halsey. –Dijo Alex con odio.
–Joder...–De repente empecé a recordar todo. –Por cierto, ¿dónde estoy?
–En el cuarto de Evian. Vamos a quedarnos aquí a dormir porque el hijo de puta de Chase, sí, ese mismo que te engañó diciendo que te quería y después te mandó a la mierda, se ha ido. Obviamente después de lo que hizo no iba a tener huevos de llevarnos.
–Yo duermo en una habitación de aquí al lado con una chica super maja y tú te quedas aquí con Evian.
–Mira...Yo ahora no tengo energía para resistirme, así que no
opondré resistencia. –En realidad no me desagradaba la idea de dormir con Evian. De repente di un brinco y me salí de la cama. Poco después Evian entró a la habitación.
–¡Fús!¡fús!–Le dije a Alex en un susurro.
–Bueno...Yo ya estoy listo. –Dije tímidamente quitándome los pantalones sin dejar que se me levantara la camiseta. ¿Quieres que me vaya al baño para que te camb...?¡¡EVIAN!!–Cuando fijé mi vista en Ev, vi cómo su perfecto cuerpo en bóxers se movía forcejeando con la camiseta para quitársela por la cabeza.


Está demasiado bueno.

–¿Qué?–Dijo sonriendo pícaramente. –Vamos a dormir anda.
–¿Vas...a dormir en bóxers?
–Sí, ¿algún problema?–Respondió provocándome ensanchando más su sonrisa.
–N-No. –Dije nervioso y me metí rápidamente en la cama. Al poco tiempo Evian se unió a mí y me rodeó con sus piernas y brazos aferrándose todo lo posible a mí.
Se creyó que estaba dormido y empezó a acariciarme los brazos lentamente. Bajó su mano rozándola por mi espalda, pero de repente paró en secó y me dió un beso con delicadeza en la nuca.
–Buenas noches, te quiero.

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