Déjame quererte

Capítulo único

Dedicado a yulideluque777 por ser una de las ganadoras del especial de "Después de la calma".

Déjame quererte

Yuli Dupain siempre había sido un poco introvertida, recordaba que en su antiguo instituto no había tenido muchos amigos por culpa de su timidez. Claro, hasta que llegó a París y los conoció: sus nuevos compañeros de clase, Alya, Nino y... él.

La primera vez que lo vio fue en el funeral de su prima Marinette; Yuli Dupain nunca había sido una persona enamoradiza, mas con tan sólo una mirada quedó cautivada por un afligido Adrien Agreste.

Todavía recordaba el funeral de su prima con claridad, había tanta gente que tuvieron que reservar una zona exclusiva para la familia y los más allegados; el alcalde tuvo que poner varios policías por todo el cementerio. Fue horrible ver como lloraba toda esa gente y ser ella casi la única persona que no parecía afectada, sobretodo porque ella nunca fue una gran fan de Ladybug y tampoco conocía bien a su prima. Marinette había sido muy buena persona y aunque a Yuli la respetaba, e incluso podía decir que tras ver lo querida que era en ese instante había empezado a admirarla, su muerte tampoco le sacaba lágrimas. Nunca fue capaz de llorar por una persona con la que no tuviese lazos muy fuertes.

El caso era que había pasado un año y medio de la despedida de Marinette y parecía que Adrien todavía no lo superaba. Y a Yuli no le gustaba ver a Adrien así, aún más sabiendo por Nino que antes el modelo era alguien alegre; Alya le dijo un día que era porque Adrien y Marinette habían sido novios y estaban muy unidos.

Cuando lo supo Yuli no pudo evitar desanimarse, creía que nunca iba a poder estar a la altura de Marinette. Sí, ella tenía sus virtudes, era muy inteligente, se preocupaba mucho por los demás y, cuando la conocías, descubrias que era una persona graciosa y divertida. Físicamente tampoco podía envidiar a Marinette, su pelo café combinaba muy bien con los típicos ojos celestes de los Dupain, era bajita y delgada y tenía una sonrisa bonita. No era para nada inferior o superior a Marinette, pero muy distinta a ella. Y ella era el tipo de Adrien.

Tal vez Adrien nunca la quisiera tanto como a Marinette, no obstante tenía un plan y estaba dispuesta a cumplirlo. Tal vez consiguiera devolver un poco el color a la vida de Adrien, con sólo alegrarlo un poco se sentiría satisfecha.

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Yuli retoca sus labios con pintalabios rosa palo que le regaló Rose por su cumpleaños. Ese día va a poner su plan en marcha. Ha quedado con Adrien en media hora en el parque con la excusa de que tiene que hablarle de algo importante. Mira por última vez su reflejo en el espejo y susurra una y otra vez palabras para infundirse valor mientras sale por la puerta.

Cuando llega al parque Adrien ya está allí, sentado en un banco y no puede evitar sonrojarse. Ha llegado la hora. Se acerca lentamente, le tiemblan las piernas por los nervios.

—¡Ho-hola, gato presumido! —Yuli se riñe mentalmente por tartamudear, por muy tímida que sea nunca le ha pasado. Se coloca frente a él sin sentarse y Adrien no se levanta.

—Hola Yuli, ¿estás bien? —pregunta el rubio preocupado y Yuli no puede evitar pensar que es adorable.

—S-sí, lo que pasa es que estoy un poco nerviosa, lo que te tengo que decirte es muy importante.

—No te preocupes, Yul, sabes que puedes confiar en mí —dice con una de sus encantadoras sonrisas.

Yuli asiente y reúne el valor suficiente para lo que va a hacer. Se inclina hacia el rubio y antes de que el joven reaccione sujeta dulcemente la cara de Adrien con sus manos y junta sus labios en un casto beso, cerrando los ojos. Al no recibir ninguna respuesta por parte del rubio se separa y aparta la mirada avergonzada. Adrien todavía no ha dicho nada, así que se permite continuar y decir:

—Déjame quererte, déjame quererte y déjate quererme —empieza mirándolo a los ojos—. Tienes que superar ya la muerte de mi prima, no puedes seguir así... yo puedo ayudarte, por favor, sal conmigo.

El silencio se hace presente y Yuli teme que sus latidos desbocados puedan escucharse. Adrien sigue en silencio y teme lo que pueda decir. Finalmente el rubio habla:

—Siento por ti algo más profundo que por otras chicas, pero si hago eso estaría utilizándote y no quiero eso, Yuli —Adrien está serio y sereno y la mira con con ojos dulces.

—¡No me estarías utilizándome! Sé que puedo conseguir que me quieras, tal vez no tanto como a Marinette, pero puedo conseguir que te enamores de mí.

Adrien suspira y se levanta, quedando a pocos centímetros de Yuli, la revuelve el pelo y se aleja.
—Déjame pensarlo por favor, es un tema que no puedo tomarme a la ligera —besa su mejilla y Yuli se sonroja de nuevo—. Tengo que irme, en media hora empieza mi sesión fotográfica. Hasta luego Yuli, pronto te daré mi respuesta.
Adrien comienza a alejarse quedando a Yuli ahí, quieta y con ganas de llorar, no obstante se detiene y se gira de nuevo hacia ella.

—Por cierto, ese color de labios te queda muy bien.

Cuando ya no puede ver la silueta de Adrien suelta una lágrima y una sonrisa aparece en su rostro; no le ha dicho que sí, pero tampoco que no. Sonríe porque sabe que tiene una oportunidad.

¡Y fin! Espero que te haya gustado, Yuli, ¡un abrazo virtual!

¡Nos leemos!