Sintiendo más de Lo Que Se Debe... Got7

Capitulo 15

El cansancio y los párpados pesados les avisaron que ya era mas tarde de lo que habían pensado. La película de acción estaba a la mitad pero ninguno le ponía atención.
-Bueno creo que ya es hora de irme…- Laura se levantó tratando de activar sus músculos entumidos por estar en la misma posición las últimas tres horas.
-Si, ya no doy más- comentó Yugyeom intentando levantar a un dormido de BamBam -Creo que ni llegó a ver la última película…-murmuró mirando el delgado cuerpo -Nos vemos Lau-
-¿Youngjae y JB?- preguntó Junior mientras se levantaba apara ayudar al maknae a abrir la puerta de la habitación.
-Creo que se fueron a dormir… Youngjae es un miedoso- agregó Jackson -¿Y si te quedas? Nosotros nos vamos después del almuerzo, asique no creo que haya ningún problema…-
-Pero, dónde, es la cuestión.  Creo que Junior ya se acostó…- Mark miro a su compañero de habitación, sólo había dos opciones: Laura en su pieza y ellos en la sala de estar o al revés.
-No se preocupes, me voy a casa- intervino la chica -Puedo llamar un taxi…-
Ambos se miraron  comunicándose en silencio y luego de unos minutos Jackson ser metió al cuarto.
-Es mejor que te quedes, así estamos todos tranquilos… Y gracias por responder mi mensaje ayer, no pude dormirme hasta que contestaste que ya estabas en tu casa-
-Al contrario, yo te doy las gracias por preocuparte por mi… ¿Jackson ya se fue a dormir?- Ni bien terminó la pregunta, el nombrado reapareció abrazando una gran frazada.
-Puedes quedarte en mi cama, nosotros vamos a dormir en el sofá. Si querés puedo darte una remera y le saco un pantalón a BamBam, para que duermas más cómoda- la forma de hablar de Jackson no dejaba lugar a quejas.
-Prefiero dormir acá. Soy más chiquita que ustedes asique el espacio es suficiente para mi. Además, no podría dormir sabiendo que están incómodos en un lugar tan chiquito-
-Lo más probable es que yo termine en el suelo… es muy mal dormido- comentó Mark riéndose por lo bajo. Ganando una mirada de enojo de su amigo.
-Si no, me voy a casa caminando- Laura se acomodo en el sillón esperando que su ultimátum funcionara.
-Bueno- suspiro Jackson -Pero te dejo esta frazada, es la más calentita que hay en la casa ¿Querés la ropa?-
-No. Así estoy bien. Gracias por esto- tomó la colcha que le ofrecía y comenzó a envolverse, quedando como una especie de gusanito con estampados de colores. Se tiró, sobre la que seria su cama por esa noche y con una sonrisa traviesa, sacó apenas su mano para despedirse de ellos. Ambos le sonrieron y le desearon un buen descanso.
El ruido del reloj la estaba volviendo loca, el sueño no le llegaba y aunque no quería, su cabeza no dejaba de trabajar.
Lo que menos quería estaba pasando y negarlo era imposible. No era una chica de ansiar lo prohibido. Pero se había vuelto inevitable para ella.
-Apostaba que te ibas a caer, pero veo que lo estas manejando mejor de lo que creía…- una voz suave y algo risueña, interrumpió su tortura mental.
Levantó la cabeza para ver a Mark acercándose lentamente.
“Simplemente perfecto…” si de por si ya estaba hecha un lío, su presencia lo volvía todo peor.
-Luche por levantarme por quince minutos y después me rendí, después de todo dormir en la misma posición durante horas es…un sueño…- ironizó Laura intentando levantarse una vez más y fracasando ante la atenta mirada del mayor.
-¿Te ayudo?-
-No, gracias. Ya te había dicho que esto es el paraíso asiq…- la oración fue cortada abruptamente por dos fuertes manos que, tomándola de la cintura la levantaron con colcha y todo. Casi se le escapa un agudo chillido por la sorpresa, pero instintivamente su mano había cubierto su boca. No quería agregar más incomodidad despertando al resto.
-¿Estas bien?- preguntó el mayor bajando a su altura, para mirarla fijamente a los ojos. Su expresión era seria y casi se podía leer una lucha de pensamientos en su mirar -ey…- Acarició con suavidad la mejilla de Laura y sonrió.
-Si… sólo me sorprenderse, nada más- trato de aclarar su garganta, ya que en las últimas palabras su voz había temblado -¿Qué haces levantado a esta hora?-
-Si digo que recién me despierto ¿Me creerías?- Mark sonrió ante la negativa de la muchacha – Y… ¿Si digo que es por vos…?-
El mundo de por si silencioso, desapareció a su alrededor. El corazón latía tan rápido que por momentos parecía un zumbido, los nervios volvían las respiraciones rápidas y erráticas. Un nudo que subía desde su estomago a su garganta, impedía que las palabras fueran pronunciadas. La frazada cayó, quedando olvidada a sus pies. Los espacios personales perdieron importancia y los alientos se volvieron uno solo.
El contacto, cálido, suave, dulce… absorbió por completo a dos seres que se rendían ante lo que había nacido un lejano día en esa dichosa esquina.
¿Cuánto tiempo se había desperdiciado en vanos intentos por ignorar el sentimiento que ahora les explotaba el alma en un grito de júbilo que sólo ellos escuchaban?
La ensoñación se disipo, una vez que se separaron del beso. Quizás fue por la falta de oxígeno, quizás porque así podían ver el rostro del otro, convenciéndose, de que no había sido un sueño. No quisiera  pensar, sólo enfocaban su atención en las dulces sonrisas que se dedicaban y en no romper el abrazo que los mantenía unidos. Unos minutos después, o tal vez una hora, la realidad volvió a ocupar su lugar en la mente de la joven, obligándole a alejarse de la calidez que los brazos de Mark le generaban.
Su vida, su futuro, sus planes… uno a uno fueron martillando su conciencia. Marcándole, que, como había pensado al principio, era un error, algo prohibido para ella.
El mayor, ahora preocupado por su reacción, se acercó hacia ella con curiosidad -¿Qué sucede?- limpio la lágrima que bajaba por la mejilla de la chica.
-Yo… esto… no puedo- contesto haciendo su mayor esfuerzo para reprimir el llanto.
-Lo se… Yo tampoco puedo…- Mark le mostró una hermosa pero triste sonrisa -No puedo ofrecerte nada… y sin embargo no me arrepiento de haberte besado…- se giró pasándose una mano sobre el pelo con cierto enojo. Sabía muy bien que se había dejado llevar y no había mentido al decir que no se arrepentía. Lo que le molestaba esa que por su vida era incapaz de imaginarse un futuro con ella a su lado. Fue entonces que sintió el calor de la muchacha en su espalda que ser extendía hacia su estómago y no sólo porque ella lo abrazaba, si no porque también era lo que su presencia siempre generaba en él.
-Sólo por un momento- murmuró, con el rostro pegado a su espalda.
-Si… sólo por este momento, el nuestro- Mark volteó para tenerla de frente y decidió besarla por todo el tiempo que quiso hacerlo pero no pudo y por todos los momentos futuros en los que querría y tampoco podría.
La alegría, el anhelo, la plenitud y la despedida se mezclaban dejándole al dulce contacto un deje amargo.