El hilo rojo del destino.

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No recuerdo exactamente cuando comencé a ver esos hilos rojos, tampoco recuerdo cuando fue que aprendí su significado, lo único que realmente recuerdo es la hermosa leyenda que trae consigo esos hilos.

Cuenta la leyenda que estos hilos están atados a el dedo meñique de dos personas, esas dos personas están destinadas a encontrarse y amarse por toda la eternidad, aunque... A veces fallan, pues algunas personas mueren antes de tiempo, otras simplemente no son capaces de encontrarse. Todos nacen con este hilo en su dedo meñique, solo hay que saber esperar.

He pasado 20 años de mi vida en busca de la persona que tiene mi hilo atado a su meñique, sin embargo, hace 1 año dejé de intentarlo al ver que he malgastado mi vida. Al ir caminando por la calle veo a personas que han conseguido llegar hasta su "destino" otras que simplemente siguen con la persona equivocada, pero de los errores se aprenden ¿o me equivoco?.

A veces miro mi mano derecha y sonrío pensando en como puede ser mi "destino", quién será, será alto o bajo, castaño o rubio, con ojos claros u oscuros, delgado o gordo, no sé, esos detalles no me importan, solo sé que me encantaría conocerlo, su personalidad, su forma de ver la vida, todo de él.

Estaba sentada en una fuente de piedra mirando mi mano como solía hacer, en ese momento me di cuenta, el hilo comenzó a moverse; lo seguí con la mirada hasta, para mi sorpresa, ver que conectaba con una hermosa chica, a su lado iba su novio, o al menos, lo que daba a entender. Tenía que hacer algo para no perderla, pero si ella era la persona con la que estaba destinada, sería mejor dejar que el destino nos una.

Pasaron varios meses, jamás supe de ella. Fui a una linda cafetería que estaba a la vuelta de la esquina, cerca de mi casa, era mi favorita, realmente la amaba. Llegué y me senté en la mesa que acostumbraba, tomé lo de siempre, un capuchino y un trozo de pastel de fresa. Al levantar la mirada me encontré aquel cabello rubio nuevamente y unos ojos café que no paraban de mirarme, como si realmente les interesase lo que hacía. Mis mejillas se sonrojaron, es extraño, no me gustaban las chicas sin embargo, esa chica, me hacía sentir cosas diferentes.

-Perdona...- Su voz era dulce y melodiosa, no quería dejar de escucharla.- ¡Oiga!- Me gritó con un tono energético y volví en mí.

-Perdón, me quedé inmersa en mis pensamientos, ¿qué necesitas?- Le dije con un tono algo nervioso, mientras trataba de ocultarlo a toda costa.

-¿Te importa si me siento aquí?, era el lugar favorito de mi... "ex" y mío.- Dijo con un tono triste, no pude evitar sentirme mal, así que traté de animarla como pude.

Al principio hablamos, después comenzamos a reír y a contar chistes, anécdotas y demás. La invité pasar a mi casa, ella aceptó sin problemas. Nos estuvimos conociendo durante varios meses, de un momento a otros fuimos las mejores amigas y con el paso de los años fuimos pareja. Para mí fue un verdadero logro, por fin estaba junto a la chica que lleva el mismo hilo que yo, siempre pensé que quien lo llevaría sería un chico, pues hasta ahora, jamás pensé que me llegaría a gustar una chica.

Hace 3 meses atrás, le pedí la mano, después de 5 años de noviazgo, dentro de 4 semanas será nuestra boda, realmente estoy ilusionada con todo esto. Un 4 de mayo, del 2030... Nos queda mucho por delante realmente.

"One shots"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora