Un Proposito - Andy Biersack

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Un irritante sonido fue el causante de que la rubia despertara, con esfuerzo fue abriendo los ojos pero al instante los cerro frunciendo el ceño. Una luz encendida al máximo hizo que los cerrara cegándola por un momento. Volvió a abrir los ojos pero esta vez con cuidado para que no volviera a suceder lo mismo, cuando sus ojos se acostumbraron a la potencia de la iluminación observo a su alrededor.

"¿Donde me encuentro?"se pregunto ella.

Detallo todo en la habitación y concluyó; por las paredes blancas. Un sofá blanco que se notaba tenia bastante uso a un lado de la camilla donde descansaba. Unas cortinas con un verde que enferma y la estúpida maquina que la había despertado, esta marcaba las pulsación de alguien. Y ese alguien era ella.

Estaba en un hospital

Se removió un poco incomoda por la idea de estar allí ¿Que había sucedido? ¿Por que estaba ahí? Y la ultima pregunta que paso por su mente la aterro, le dio miedo y desesperación por no saberla 

¿Quien era ella?

Asustada se incorporo en la camilla para levantarse y buscar a alguien que si supiera quien era, que le explicara todas las preguntas que en ese momento se estaba formulando. Con su mano derecha se saco la sabana que cubría su cuerpo y con la izquierda iba a tomar un lado de la camilla para apoyarse y bajar las piernas, pero vio que en esta tenia una aguja y una delgada manguera que siguiendo con la vista cayo en cuenta que por allí le suministraban suero. ¿Tan mal estaba?

  Brusca, se quito la aguja y un chupón que tenia en el pecho, bajo las piernas y con un impulso de su brazos bajo de la cama, pero al estar tan desesperada por salir ha que le explicaran las cosas, no recordó que recién se había despertado por quien sabe cuanto y sus piernas no tenían la fuerza necesaria para mantenerla en pie todavía por lo que vino abajo, cayo  fuerte en el frío piso del hospital solo dándole tiempo de meter los brazos para que su cara no impactara.

Sin poder evitarlo una fuerte corriente de lágrimas se comenzaron a esparcir por sus mejillas. Estaba tan exasperada, se sentía abrumada por no poder levantarse, quería saber que le había ocurrido y no pretendía esperar que alguien entrara a la habitación y por fin se diera cuenta de que había despertado. No. Eso ni pensarlo.

Con ayuda de sus brazos se arrastro hasta el sofá y lo intento tantas veces hasta que por fin tubo fuerzas para subirse al el. Todavía llorando golpeó varias veces sus piernas para que despertaran del todo y la llevaran afuera. Sentía impotencia de no poder acelerar la recuperación de sus piernas, golpea cada vez mas fuerte hasta que empezó a sentir un pequeño dolor, pero no podía salir así, no se arriesgaría a caer de nuevo. No siguió golpeando, seguro después le saldrían moretones. Pero opto por darse masajes presionando muy fuerte sus piernas.

Se calmo un poco cuando estiro sus piernas y las sintió mejor de cuando había caído. Lentamente se apoyo del reposa brazos y se fue levantando. Vaya que si le dolió hacerlo pero cuando estuvo de pie, dio un salto de felicidad mental. 

Lo importante venia ahora. Caminar.

 Se afirmo a la pared tras el mueble y movió una pierna, esta flaqueo un poco pero no le fallo, hizo lo mismo con la otra y al igual que la anterior flaqueó pero tampoco le fallo. Con cuidado fue avanzando, paso por paso, teniendo cautela de que en cualquier momento podría caer. Se sintió mejor ya cuando su piernas estaban cooperando. Llego a un sitio que por un momento la confundió, habían dos puertas, una frente a ella y la otra a su izquierda, se suponía que una era la salida y la otra era el baño -pensó ella- no tenia nada que perder al abrir la equivocada y se fue por la que estaba frente a ella. Sonrió al ver que había acertado, abrió la puerta de la salida y de inmediato vio a muchas personas pasar de aquí para allá.