Tú y yo contra el mundo

Capítulo único

Dedicada a Anonime_girl8 por ser una de las ganadoras del especial de "Después de la calma", fanfic de Miraculous Ladybug.

Tú y yo contra el mundo

I

Claro que Chat Noir quería conocer la identidad de Ladybug, ella era la chica de la que estaba enamorado, pero nunca quiso que fuese así, delante de la multitud.

Frente a los ojos de todos Ladybug, agotada y tan herida que el Lucky Chram no había podido curarla, se destransformó dejando a la vista a Marinette, justo después de purificar el Akuma. Chat Noir se había quedado helado, paralizado, y no fue capaz de reaccionar hasta que la vio caer inconsciente. Corrió a sujetarla antes de que tocara el suelo. Los flashes de algunas cámaras no tardaron en aparecer mientras otros saturaban las líneas telefónicas para pedir una ambulancia. Alya y Nino se habían acercado corriendo, preocupados por su amiga. Fue a las únicas personas que Chat Noir dejó pasar, sobretodo al ver las lágrimas de la morena.

La policía y la ambulancia llegaron justo cuando el anillo de Chat Noir empezó a sonar y tuvo que dejar que fuera Alya quien acompañase a Marinette en la ambulancia. Él iría más tarde, cuando Plagg hubiese recargado energías. Unos quince minutos después Chat Noir apareció en el hospital, justo a la vez que el matrimonio Dupain-Cheng.

Marinette despertó a la semana y la dejaron ir tras otra semana más de cuidados y exámenes médicos. El acoso hacia la muchacha era tal que el alcalde tuvo que preparar una casa para la chica, aislada de la prensa y la gente, una casa que ni siquiera los padres de Marinette sabían dónde estaba. El paradero del lugar sólo lo conocían el alcalde, los rangos más altos y fiables de la policía y Chat Noir. Chat Noir no iba a permitir que le alejaran de su amor.

De eso ya pasaba un mes, pero Chat Noir lo recordaba como si no hubiera sido ayer.

II

Justo en esos instantes Chat Noir está huyendo de sus obligaciones como Adrien Agreste para ver a Marinette. Sus clases de chino se habían cancelado de imprevisto y él, en vez de esperar el cambio de agenda del día, había salido corriendo. Cuando cancelan alguna de sus obligaciones escabullirse es algo que poco a poco se ha vuelto habitual. De vez en cuando eso le acarreaba broncas de su padre, sin embargo, merece la pena sólo por ver cómo se le iluminaba la cara a Marinette cuando lo ve aparcer.

Cuando llega ante los policías que custodian a la heroína hace un vago gesto de saludo, el ansia de ver a su Princesa es mayor al sentido de la educación que su padre le inculcó desde niño.

Entra sigilosamente para darle una sorpresa cuando la ve llorando a mares delante de la televisión, acureucada en el sofá. Chat Noir no puede evitar que su corazón se rompa al verla así. Se acerca hacia ella con una suavidad más propia de Adrien que de Chat Noir, tiene que ser delicado por el frágil estado de Marinette. Se fija en la televisión para buscar la causa de la aflicción de la de ojos celeste, mas sólo es un anuncio de pasta de dientes. Finalmente se coloca frente a ella y se agacha para quedar a su altura, le acaricia el pelo y ella lo mira.

-Sé que la curiosidad mató al gato, pero necesito saber qué es lo que te tiene así, Princesa.

Marinette hipa intentando calmar su llanto y se incorpora un tanto para abrazar a Chat Noir por el cuello, él responde el abrazo sin pensarlo dos veces. Su Lady le necesita, su primera amiga le necesita.

-Siempre estás prrrciosa, no obstante, lo estás más cuando sonríes, no llores Marinette. Dime qué pasó y si está en mis manos lo solucionaré.

Marinette niega, sabe que Chat Noir no puede hacer nada para cambiar la situación que la tiene así. Respira profundamente para serenarse y, finalmente, habla:

-Estaba viendo las noticias para ver si decían algo de un Akuma y podía salir de aquí, pero...

-¿Pero...? -la anima Chat Noir.

-Han hecho una asociación en nuestra contra, Chat, y todo por mi culpa.

Chat Noir suspira al conocer la razón. Es normal que Marinette esté así, que se sienta culpable aunque no tenga culpa. A él esa asociación, sinceramente, no le importa nada, mientras puedan seguir protegiendo a sus seres queridos y tenga a Marinette a su lado pueden odiarle todas las personas que quieran: el seguirá siendo Chat Noir, uno de los héroes de París.

-No es tu culpa, my Lady. Siempre, desde que nos dieron los Miraculous, has protegido París y su gente. En comparación con la gente que nos adora los que nos odian son muy pocos.

-Esa gente sólo nos odia porque no fui lo suficientemente rápida para irme antes de que se acabara la transformación, porque descubrieron que soy una adolescente y supusieron que tú también lo eres.

-Bueno, yo también soy un adolescente, Marinette. Y uno muy atractivo, por cierto -Chat Noir ríe, intentando que Marinette se distraiga.

Lo consigue, pues la chica se separa de él y le golpea el hombro.

-Esto es serio, gatito -le reprende, a pesar de que gracias a él ahora tiene una leve sonrisa en la cara.

Chat Noir limpia las lágrimas de Marinette con el pulgar y le da un beso en la frente antes de sentarse a su lado en el sofá; sujeta con suavidad las manos de ella y también las besa. La mira directamente a los ojos y esboza su típica sonrisa gatuna.

-Marinette, me da igual si tenemos que ser tú y yo contra el mundo, con tenerte a mi lado me basta. Te quiero, eres la persona más importante en mi vida.

Marinette se queda muda, sin poder reaccionar. Chat Noir ya le había insinuado un millar de veces sus sentimientos por ella, mas nunca había sido tan directo. No puede contener las ganas y lo besa en los labios. Siempre estará ahí para ella y ella siempre estará ahí para él. Se siente un poco mal por los sentimientos que aún tiene por Adrien, sin embargo, es Chat Noir la persona que ahora ocupa su corazón.

Por otro lado Chat Noir responde al beso feliz, la chica que ama siente lo mismo por él y sólo le queda que se enamore también de su otro yo; él es los dos, Chat Noir y Adrien. Lo que el rubio héroe no sabe es que no será nada difícil para Marinette aceptar sus dos caras.

¡Se acabó~! Espero sinceramente que te haya gustado. ¡Un besazo!

¡Nos leemos!