La identidad define a cada persona, dicen que existen tres tipos de identidades, quien soy, quien creo ser y como los demás creen que soy, en nosotros está que identidad tomaremos en cuenta. Este fue uno de los temas más relevantes a mi parecer de las jornadas de Cine y Filosofía recibidas. El cine depende de la identidad y de su proyección en los actores para transmitir al público personajes completos, capaces de llegar al público.
"Sociedades Occidentales de los últimos años del siglo XX experimentan el desarrollo científico y tecnológico impulsado por la ingeniería genética, la estética corporal, el descubrimiento de curso de cura de varias enfermedades, etc." (Solano C. (2016a). Cine y construcción de la identidad. Julio 27, 2016, de Jornadas de Cine y Filosofía ) Esto quiere decir que la identidad ya no nos condiciona biológicamente desde que nacemos, esta puede ser modificada por el propio ser tanto física como mentalmente. Existen miles de cambios posibles para llegar a ser el ser deseado, de peso, del color de cabello; y otros más complejos como el cambio de la identidad u orientación sexual de una persona. Nada nos condiciona más que la sociedad y su capacidad de influirnos. Aún en pleno siglo XXI se sigue cuestionando la voluntad y gustos de la comunidad, aprobando y negando lo que creen oportuno algunos incluso sin respetar la ideología del otro. Cada ser es libre de vivir su vida como desee siempre y cuando el respeto hacia la vida de los demás esté presente. ¿En qué va a afectar a nuestra vida que nuestro compañero se sienta mejor consigo mismo con el cuerpo de una mujer que de un hombre?
Según dice Platón y según lo indicado en la presentación de breves nociones y reflexiones sobre el cuerpo: el hombre está compuesto de dos fuerzas opuestas. El alma y el cuerpo. El alma está compuesta por tres funciones: verificar al cuerpo, generar dominación fama y ambición, y pensar. Esta debe: dar placer a los sentidos, proporcionar capacidad al ser y todo esto a través del pensamiento humano. El alma generaliza el ser, le permite actuar a voluntad y realiza lo etimológicamente correcto. El cuerpo en cambio se refiere a lo involuntario, instintivo, casi incontrolable. Su único objetivo es la satisfacción de necesidades básicas para conseguir bienestar y armonía a través de la reproducción y búsqueda de placer, basándose en el instinto "animal". El ser humano puede controlar mente y alma, modificarlo para un fin. Es capaz de elegir la fuerza predominante gracias al aprendizaje. Mediante subidas y bajadas que es lo que en sí nos completa como personas.
El cuerpo está ampliamente ligado a la sociedad. Foucault explicaba que el cuerpo se puede tomar como objeto de estudio. Mediante esto se ha comprendido que la sociedad gestiona la identidad del cuerpo. Desde muy pequeños se nos inculca valores y normas de convivencia, de esto depende la gestión de nuestra salud, higiene, alimentación, etc. Como menciona Juan Carlos Agulla en su libro Educación Sociedad y cambio social se llega a distinguir algunos postulados. El primero de ellos: "lo social (cultural histórico) del hombre es algo adquirido en la convivencia" Esto quiere decir lo que un cuerpo llega a ser depende de la convivencia que haya tenido el ser con otro ser humano. Pero incluso a una edad adulta lo externo es capaz de influir (en un menor nivel) en el ser. Por ejemplo en el grupo social al que nos adaptamos en la Universidad, el puesto de trabajo y las responsabilidades que conlleva. Cualquier contacto que se tenga con la sociedad influye en el comportamiento, tanto movimientos corporales como nuestra capacidad de escuchar y obedecer, dependiendo claro está del contexto en el que se encuentre el sujeto.
El cuerpo llega a portar un estatus social que lo priva de algunas experiencias al no ser compatible con su estilo de vida. Cada movimiento, cada palabra debe ser acorde al estilo que el ser conlleva, claro, si este lo permita o lo desea. A la misma vez un cuerpo puede variar de estilo de vida mostrando así al mundo diferentes identidades. Quizás por moda para poder adaptarse o destacar en su comunidad.
Es tarea difícil para el director de una obra plasmar la identidad completa de un personaje cara al público. La identidad de una persona puede llegar a ser lo más difícil de definir, incluso de nosotros mismos. Actualmente, en el siglo XXI se han deshecho muchos tabúes y estereotipos, nuestro razonamiento ha progresado hasta llegar a conformar sociedades liberales. Aunque de igual manera la sociedad influya en nuestra forma de ser, existen aproximadamente 8000 millones de personas en este mundo y ninguna es comparable con otra, cada ser es único. Seguimos progresando en busca de la identidad perfecta para nosotros mismos, en algunas personas la perfección se basa en la aceptación externa pero lo importante es ser la mejor versión de nosotros mismos. La muerte nos acompaña día a día, minuto a minuto y lo único que nos quedará a fin de cuentas será nuestra mente y cuerpo, seamos conscientes de ello.
