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Estas manos que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!

...no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.

Federico García Lorca

Quiero decirte poemas para ENAMORARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora