Remember me

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Harry y todos los personajes que reconozcan de esta historia son de JK Rowling. Sí, sigo sin tener dinero suficiente para comprarle los derechos de mi Drkis y sexy Harry. Pero algún día...

Rowling: Sigue soñando queridita, sigue soñando...

O.o-o.O

El cielo es completamente azul, el viento se llevaba las últimas nubes que amenazaban con tormenta, por raro que pareciera, Londres tenía un día fresco y cálido...

Mas una persona no sentía lo mismo, pues miraba el hermoso paisaje y no veía nada... para ella eso no significaba nada mas... nada.

Ni siquiera unos golpes en la puerta de su habitación la alentaron a salir de su ensimismamiento, tenía otro fin...

-Hola, ¿puedo pasar?- una mujer de cabellos castaños y rizados se asomo con cautela por el marco de la puerta. El habitante la miró unos segundos, pero no dijo nada y volvió su vista a la ventana, para seguir contemplando.

La chica suspiro resignada, al menos ya no gritaba y les aventaba todo lo que encontrara en la habitación a cualquiera que intentara entrar. Se esforzó por dibujar una sonrisa en su bello rostro y entró.

-¿Cómo estas?- se sentó en la orilla de la cama. Espero con paciencia, pero ninguna respuesta salió -Vamos, háblame... -volvió a esperar, pero recibió la misma respuesta. -Hace un bonito día ¿no crees? Fresco y refrescante, ¿te apetece salir a dar una vuelta?- al decir la última frase, el ocupante de la cama solo encogió las rodillas, y las giro para darle la espalda a la recién llegada, se abrazo y no volvió a mirarla -Ashley... por favor... llevas dos semanas encerrada aquí, los doctores dieron su autorización para salir a pasear, mínimo por el jardín, no es bueno que estés así- la mujer siguió con la vista perdida por la ventana, se veía demacrada, con enormes ojeras bajo sus ojos rojos, el cabello negro-violeta, antes reluciente, ahora caía completamente desordenado por su bello rostro, su estilizada figura, ahora perdida por la delgadez del cuerpo. Y el resto de su cuerpo no ayudaba a mejorar su apariencia, un brazo enyesado, una pierna en igual estado, y con un par de costillas rotas. La castaña suspiro resignada y se levantó, sabía que todo eso era inútil, ella no cedería. Camino a la puerta y cuando iba a salir, una voz grave y ronca la detuvo.

-Hermione... ¿ya...?- la chica se mantuvo en silencio, pensando su respuesta, pero al final decidió que era mejor la verdad.

-Sí... Hace varios días...- la mujer, aún recostada en la cama nunca la miró. Hermione se dio por vencida, y cuando estuvo a punto de salir, la puerta volvió a abrirse, entrando una rubia preciosa de ojos azules.

-Ashley, esto ya es suficiente tortura para ti, ya pagaste demasiado tiempo- casi grito hasta llegar frente a la cama. Pero no recibió ninguna respuesta, giro el rostro en una pregunta silenciosa a la castaña, pero esta solo hizo un suave movimiento negativo con la cabeza. La rubia suspiro, pero en un rápido arranque tomo a la enferma de los hombros y la agito con firmeza - ¡Despierta! ¡Vamos, muévete!- la enferma la miró a los ojos y parpadeo confusa, como si fuera la primera vez que la veía.

Pero no dijo nada.

-Ashley, Draco vendrá en cualquier momento...- la chica esquivó la mirada azulina y volvió a la ventana -Hermione...

-No Luna, me dijo que venía para acá- la rubia se acerco a la castaña a susurrar, salieron de la habitación.

-Espero que él si pueda ayudarla.

-Yo también lo espero...

Unos pasos por el pasillo las hizo voltear, dos hombres con aspecto cansado y deprimido llegaron hasta la puerta.

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