"Chasing The Fate" Jungkook & ___.

Empezar de nuevo

  ¿Qué harías si de repente tu vida tuviese que cambiar? ¿qué harías si tuvieras que modificar tu futuro? Tengo la respuesta a todo esto, sé qué hacer, a dónde ir, pero no tengo los recursos necesarios. Abrí los ojos, el sol casi me ciega, así que los cerré de nuevo, mientras los frotaba con mis muñecas.
Miré a mi alrededor, ¿qué era todo esto? Sí, la famosa casa de California, apreté los labios levantándome de la cama, lo odiaba, nunca debí aceptar la propuesta de la anciana, por cierto ¿dónde estaría ella? Caminé por el pasillo, hasta llegar a la cocina, dónde mamá cocinaba algo que olía malditamente bien, me estiré y me senté en la mesa.

- ¿Qué cocinas?
- Panqueques, buenos días...-murmuró, me lamí los labios. Al menos desayunaré rico.
- Oye, eomma...-me tapé la boca inmediatamente.
- ¿Qué has dicho?-.preguntó. Recordé que mamá no sabía Coreano.
- Je...-reí nerviosa.-Estoy aprendiendo otro idioma.
- Oh, qué bien.
- Mamá.-sonreí, ella me miró con el ceño fruncido, yo no era así con ella.
- ¿Qué ocurre?-.me interrumpió.-No digas nada, si es lo de tu futuro, ya sé qué haremos.
¿Mi futuro? Me rasqué la cabeza.
- No puedo asegurar tu futuro, _______, debes casarte con alguien para que te mantenga, no estás estudiando, y no quiero que trabajes.
- ¿Y qué hacemos?
- ¿Te acuerdas de Carl?-.preguntó, asentí.-Pues tiene un hijo, es muy trabajador, adorable, tiene auto...-interrumpí.
- No, mamá, hay que ir a Corea.-sonreí, ella me miró confundida, y suspiró.
- ¿Qué dices?-.sonrió.
- En Corea hay chicos hermosos, tal vez hasta tú te consigas un hombre, piénsalo, son súper románticos, atentos.-suspiré, ella alzó la ceja.
- Pero no tenemos mucho dinero, hija, más que lo dejó tu padre antes de morir.
- ¿Quieres o no?-.ella asintió.
- Tendré que gastar ese dinero por ti, para el viaje, el apartamento, y los cursos de coreano...-rió.-Si Corea no es como dices, te mataré, ______.

Meses después ya estábamos en el aeropuerto, faltaban pocas horas para subir al avión, cuándo de repente la vi, sus cabellos platinados caían finamente por su delicada cara, sus labios arrugados, y sus marcas de expresión. Juliette, ella me miró, y me sonrió, di una patada al aire al ver cómo se reía de mí, maldita anciana.
¿Iría a Corea para hacer más fácil la situación? Eso me alivió por completo.
Mi madre comió una dona, cuándo anunciaron que era hora de partir, sonreí sintiendo la adrenalina en mi interior. Sí bien, era más temprano que la vez anterior, podría verle más tiempo hoy.

14 horas después aterrizamos en el aeropuerto de Seúl, yo muy sedienta, y mi madre bastante mareada. Ella había escogido un departamento esta vez, no sabía realmente cuál era, sin embargo tenía ansias.
- ¡Son ellos!-.escuché que gritaron un montón de chicas, fruncí el ceño, y cuándo me giré a ver, lo vi, ¡LO VI, MALDITA SEA! Los Bangtan Boys estaban allí, mi corazón se aceleró al ver su preciosa carita, su cabello negro como a mi me gustaba.
Mi madre sonrió, y me alentó a que nos fuéramos a casa ya, yo negué.
- No, mamá...¡Es Jungkookie!-.grité. Saqué mi celular, y le tomé fotos, al fin que ya sabía dónde vivían los siete, conocía cada rincón de su apartamento. Mamá terminó por arrastrarme al taxi, el cuál nos llevó a nuestro hogar, suspiré hasta quedarme dormida.
Minutos después mi madre me despertó.

- Querida, ya llegamos.
- Uhm...-gemí saliendo del taxi como zombie, entramos al edificio que era bastante grande, se parecía mucho al edificio dónde residían ellos. Tomé aire, subiendo por el ascensor. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, el elevador se detuvo y salimos, para encaminarnos al apartamento.
Sí, se parecía al de Jungkook, espacioso con un gran ventanal, que daba una hermosa vista de un edificio frente a este, pero detrás se veía toda la ciudad. Mamá me jaló.
- Vamos a conocer Corea, ¡vamos, vamos!-.exclamó dando palmaditas como foca, sonreí saliendo con ella del edificio. Si que conocía aquella zona, paramos frente a una pequeña plaza, ¡pero si era la plaza dónde Jungkook me hizo el feo! Sonreí recordándolo. Caminamos más cuadras.

Ese lugar se me hacía bastante conocido, el piso pavimentado, pequeños arbustos, levanté un poco la mirada, más edificios, cuándo entonces centré mi mirada al frente, y le vi, mi corazón se detuvo. Una pequeña sonrisa se asomaba por su sonrosada boquita, su cabello negro adornaba su cabeza, cayéndole mechones color azabache en la frente. Era tan hermoso. Vi sus ojos, pero un pequeño defecto me incomodó, esos ojos profundos, no me miraban a mí...