T H R E E

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Antes de que Lynn entrara a su casa, ella se volteó para despedirse pero Ezarel ya se había alejado. Ella se sintió mal por no despedirse, también se sintió mal cuando habló acerca de su padre, no debía haberlo dicho, comenzando porque aún era un desconocido. A pesar de todo, a ella le atraía y no quería aceptar que se estaba enamorando de él.

Ezarel regresó al parque y continuó buscando algunas cosas que podrían ayudarlo a regresar a Eldarya. Buscó un espacio alejado, donde probablemente no va todas las personas y decidió mantenerlo oculto con algunas hojas.

Al día siguiente, Nathaniel despertó en su cama muy sorprendido y alterado, no recordaba como había llegado hasta su cama. Su memoria estaba borrosa otra vez. Se levantó de la cama y se dispuso para prepararse e ir al Instituto, se hacia tarde.

Una vez que llegó, se dirigió hasta su aula y una voz rondaba por su mente.

¿No te cansas de esto? Hay mejores cosas que hacer.

- Cosas que tú quieres, yo no. -Respondió Nathaniel en voz baja y se sentó en el último asiento del aula. - ¿Por qué no recuerdo nada de lo que pasa en la noche? ¿Tienes algo que ver?

Tal vez, necesito regresar a mi mundo y si tengo que apoderarme de ti sólo en las noches, lo haré.

- A todo esto, ni siquiera conozco tu nombre.

Soy Ezarel tonto.

- ¿Nathaniel?. -La voz de Kim lo hizo reaccionar.- ¿Estas bien?

- Ah si, disculpa, estoy cansado. -Él volteó a verla, un tanto nervioso.

Y loco ¡Ja!

Nathaniel maldijo por dentro, esperando que nadie más lo haya visto. La voz de Ezarel no se volvió a escuchar, así que el resto de las clases, estuvo tranquila. Cuando llegó la hora del almuerzo, Nathaniel salió y suspiró cuando vio caminar a Lynn sola.

- ¿Caminando sola?. -Nathaniel se acercó a ella.

- Ah si. -Ella sonrió.

- ¿Te gustaría que almorzáramos juntos?. -Él soltó las palabras esperando no mostrarse sonrojado.- Claro, si tienes tiempo.

La pregunta le sorprendió a Lynn.

- Lo siento. -Respondió ella manteniendo firme los libros en sus brazos.- Iba a almorzar con Rosalia, tal vez otro día.

La respuesta le dolía pero era mejor eso a que un rechazo directo. Él asintió y Lynn se alejó sin decir más.

Él ya conocía a Lynn desde hace algunos meses y le era imposible olvidarla, no quería alejarse de ella, así que tuvo que tomar una decisión, le iba a confesar sus sentimientos mañana, él necesitaba una respuesta y no quería esperar más.

Una vez que cayó el atardecer, Ezarel volvió a despertar y se dirigió al parque, donde su plan estaba en proceso y faltaría poco para que regresara a su mundo. Mientras él caminaba, pasó por el mismo camino de siempre y se dió cuenta que Lynn estaba sentada en la misma banca de ayer.

Ezarel no lo pensó dos veces y pasó caminando en frente de ella sin decir más.

- ¡Espera!. -La voz de Lynn no lo detuvo, él continuaba caminando.

A ella no le importaba eso, así que sólo lo siguió.

- Tal vez quieras ayuda. -Dijo de pronto Lynn y de inmediato Ezarel volteó su mirada hacia ella.

Parece que era la única manera de llamar su atención.

- Necesito que me traigas esas cosas verdes de allá. -Señalo una de las ramas a lo alto de un frondoso árbol.

- ¿Te refieres a las peras?. -Lynn preguntó un poco indiferente.

- Eso, sólo traemelas, a no ser que seas miedosa, yo mientras iré a buscar otras cosas.

Ezarel se alejó un poco, pero no fuera de la vista de Lynn y comenzó a observar fijamente el césped, por otro lado, Lynn quería ayudarle, así que con esfuerzo, pasó sus brazos ante aquel gran árbol y comenzó a treparlo. Algunas ramas rasguñaban sus brazos y su ropa pero a ella no le importaba mucho, quería demostrarle que ella podía ser de mucha ayuda.

Cuando llegó hasta arriba, se aferró a una rama donde comenzó a recolectar algunas peras en sus brazos.

- Lo hiciste bien. -Lynn bajó la mirada para encontrarse con Ezarel, que mostraba una pequeña y ligera sonrisa.

Esto hizo que ella se sonrojara pero así mismo, hizo que su equilibrio le fallara y resbaló, aunque logró sostenerse con una mano y las peras fueran regadas por el suelo.

- ¡Ahh!. -Gritó ella.

Ezarel subió la mirada hasta donde se encontraba ella y se sorprendió cuando la vió colgarse de una sola mano.




[ O N E ]- Nathaniel/EzarelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora