Capítulo 95

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Las calles venían y desaparecían en nubes de polvo, recuerdos antiguos que se recargaban en la espalda del rubio que manejaba la moto con altas velocidades. Era una suerte que ya se hubiera acostumbrado a la rapidez con la que el chico iba o de lo contrario estaría vomitando como los primeros días en alguna esquina.

-¿Qué piensas? –le sonsacó el menor de ambos, y él levantó la cabeza. No podía ver más allá de los cabellos rebeldes que salían del casco, pero sabía que Naruto estaba atento a sus acciones.

-Lo rápido que se fue este mes y medio conociéndote.

No escuchaba las motos de Kurama o de Sai ya que ellos estaban muy adelantados, así que volvió a recostarse en su espalda mientras esperaba que el semáforo cambiara de color. El rubio seguía oliendo a manzanilla con un toque de miel, tan exquisito que podría comerlo vivo.

-Eres raro –le contestó girando una avenida-, muy raro.

-Eso lo dice el que pasó de pelear con Sai a ser los mejores "Hermanos"

Soltó una risa mientras pisaba más el acelerador, casi hasta el tope. La moto se elevó algunos centímetros del suelo antes de ir más y más rápido, por lo que Sasuke se sostuvo con mayor fuerza de la espalda ajena. Estuvieron así muchos kilómetros, todos con el semáforo en verde para que Naruto no tuviera que frenar hasta el final.

-Bueno, no podemos guardarnos la rabia entre nosotros o de lo contrario hace mucho que nos hubiéramos matado. Fue una sorpresa que la cosa no se hubiera complicado, usualmente alguien termina perdiendo uno que otro miembro en enfrentamientos como ese.

Llegaron al parque mucho antes que todos, y avanzaron a ritmos tranquilos por el estacionamiento. Estaba casi vacío a excepción de algunas camionetas y buses escolares, al parecer había una visita escolar y el local debería estar lleno de niños.

Sasuke saltó antes de que la moto frenara por completo, sabía cómo bajar con estilo porque lo hacía constantemente. Naruto se inclinó de hombros y estacionó cerca a la salida, asegurando el transporte con las cadenas.

-¿Sientes el aroma? –Preguntó aspirando hondo-, juegos y sudor por todas partes.

-Solo siento la mantequilla quemada –respondió en un bufido, y Naruto chasqueó la lengua.

-Aguafiestas, así nadie va a querer salir contigo a divertirse.

-No es como si me interesara tanto en venir con tus amigos o con Sai y Kurama, si lo hice es porque Gaara estaría tan aburrido como yo solo.

-Él siempre habla con Sai –contestó-, eres el único que intenta ignorar a todos.

Sasuke ignoró el comentario aburrido, esperando a que los demás llegaran para poder ir ingresando. No fue hasta varios minutos más tarde que Kurama y Lee entraban a los estacionamientos, seguido muy de cerca por Sai y Gaara. Naruto al percatarse de ellos, dio una seña con la cabeza de la posición donde estaba su moto, para que ambos estacionaran cerca.

-Hoy si que volaste Naruto kun –le informó Sai apagando el motor-, ¿Sasuke vomitó?

-Lo haré ahora si es que sigo mirando tu cara –manifestó molesto. Gaara apareció detrás del azabache, quitándose el casco para guardado y observar la antipatía de Sasuke.

-Tan dulce como siempre –finalizó, acercándose a Kurama y Lee.

El resto de amigos del blondo llegaron después de algunos minutos, y el grupo volvió a estar completo. La mayoría estaba emocionado, se podía escuchar sus chillidos de alegría y adrenalina por subirse a las atracciones. Esto para los rusos solo significaba volver a casa, ya que su vida llena de acción era controlada por los límites japoneses.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora