Narra Guillermo
Cuando Vegetta me dijo que no sobreviviría al llegar a la habitación algo de razón tenía. No sé decir si lo que hicimos fue "sexo" así como así. Fue más bien una tortura. Cada vez que iba a llegar al maldito orgasmo el muy desgraciado paraba, casi no me tocaba, no me dejaba gemir. Sus juegos fueron duros y no sé por qué no termine agotado luego de eso. Debería considerarse inmoral hacerle eso a un embarazado. Esa sensación de calentura es horrorosa. Tuve que darme una ducha de agua fría luego de eso y ahora me encontraba en la cama, acostado boca arriba y con Vegetta a mi lado. Mis manos se paseaban solas por mi vientre ya que aún no podía entender cómo podía pasar algo tan maravilloso como esto. Sentir que tienes algo dentro que depende única y exclusivamente de ti no era es simplemente hermoso y pensar en nuestro futuro juntos hace que se me acumulen lágrimas en los ojos. Estoy hormonal, ya se. Mis manos bajaron desde la parte de mis costillas hasta debajo de mi ombligo. Y una sonrisa se pintó en mi rostro. Aquella pelotilla que había que casi ni se sentía estaba creciendo. Miré hacia allí y definitivamente se notaba. Ahí estaba mi hijo, mi Zeus, porque si de algo estaba seguro era de que eso era, un Zeus, mi niño.
- Hola cariño- hablé embelesado y no había sido por Vegetta- Hacía tiempo que no hablaba contigo- volví a decir. Apoyé totalmente las palmas de mis manos sobre mi vientre apenas abultado y sonreí- Te quiero mucho...- le dije. Recuerdo que cuando mi mamá me dijo que estaba embarazada de Carol yo pensaba que ella podía escucharme desde ahí dentro y me pareció fascinante que pudiera haber una persona metida dentro de otra (no mal pensar plis). Cada vez que sentí como Carol pateaba y se movía súper inquieta creía que era injusto que solo las mujeres pudieran sentirlo. Yo jamás lo había vivido y pensaba que esa era la más maravillosa experiencia que podía haberle pasado a alguien. Claro... tenía ocho años y era el típico niño inocente y aunque algo de aquello conservo ya no soy el mismo. Creo que lo único que conservo es ese corazón enorme que me permite amar a todo el mundo y es que en serio cuando era pequeño tenía una capacidad para amar increíble. Quizás eso a la larga también podría perjudicarme, pero es algo de mí que no quiero ni voy a cambiar. - Mucho...- ese susurro recordando lo anterior que había dicho me salió solo. - Tú me quieres también? - y aunque no iba a saber esa respuesta en por lo menos tres años sabía que la respuesta iba a ser que sí, que él me quería. - Es obvio que lo haces, soy tu padre... ¿A tu otro papi lo quieres también? Claro que lo haces- comencé así una charla tranquila con mi bebé, aunque sin respuesta alguna. - Aunque él no es muy cariñoso contigo... creo que teme que yo le grite. Pero la verdad es que yo también lo quiero mucho a él, casi tanto como te quiero a ti- jamás me detuve a pensar en las palabras concretas que estaba diciendo, en que en realidad Vegetta estaba acostado a mi lado y que se despertaba con bastante facilidad en realidad. - Lo amo en realidad... Vosotros sois mi familia, como no amaría a mi familia...? - pregunte al aire. Más que con mi bebe estaba hablando conmigo mismo. - ¿Él me dice que me ama, sabes? Pero no estoy seguro. Tu nos necesitas a ambos y si nosotros la cagamos como pareja tu no tendrás la culpa...- Claro que lo amo también, pero para mí no es tan fácil decirlo como para él. A veces creo que soy más frio que el resto del mundo cuando en realidad soy más dulce y tierno que cualquiera. Me haces contradecirme...- una voz normalmente aguda pero ronca por el hecho de recién haberse despertado me sobresalto.
- Por Diooooos! - grito
- ¡Macho, por favor! ¡Que susto! Vas a terminar matándome de un infarto!!- grite bajando mi remera y subiendo una mano a mi pecho, donde se supone que debe estar el corazón.
- Es que no puedes ser más tiernito- sus gritos animados me estaban aturdiendo si consideramos que le tenía acostado al lado.
- Dime por favor que no has escuchado nada!!- me da mucha vergüenza pensar en que escucho toda aquella conversación con mi pequeño Zeus. Soy demasiado vergonzoso y para colmo se me pone también la cara roja.
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Historia de Vida - Wigetta MPREG
FanficHay veces donde simplemente los accidentes son la mejor cosa que puede pasarte en la vida. Este es uno de esos casos. ¿Casualidad? Lo dudo. Copyright @MaeMiaGuilli Se original, no copies. Si todos nos copiamos de todos, todo es lo mismo y se vuelve...