Pierre

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Taylor soltó la carta de sus manos. Chris se había ido y ya no había nada que ella pudiera hacer, pero el día apenas había empezado y ella ya había decidido a la persona que quería compartirle su corazón. Desgraciadamente se había despertado muy tarde...

Taylor salió de su apartamento y marcó, en repetidas ocasiones, al celular de Pierre, pero no contestaba... ¿Por qué en los momentos de más urgencia nadie contestaba el maldito celular?

Taylor iba corriendo por la calle en dirección al apartamento de su maestro, pero... no recordaba donde estaba, así que corría sin saber a dónde ir.

Se detuvo cuando un mensaje llegó a su celular.

Taylor, soy Pierre y he visto tus llamadas, en este momento me encuentro en la academia. Vine a hablar con la directora, pero ya me he desocupado. Si necesitar hablar ven... Estaré un rato más aquí. Aula 08.

Taylor corrió a toda velocidad hasta llegar a la academia. Estaba completamente desierta, después de todo las clases ya habían acabado.

El lugar se veía muy triste, y le daba mucha melancolía a Taylor, así que apresuró a llegar a la aula 08 y cuando la encontró abrió la puerta y sintió un fuerte golpe en su cabeza y todo se volvió negro.

–Taylor –escuchó una voz lejana que decía su nombre –. Taylor...

Ella abrió lentamente sus ojos y vio a Pierre en frente de ella, intentó moverse pero no podía, tenía amarradas sus piernas y brazos. Cuando todo se aclaró, puedo observar la situación en el que se encontraba.

Tenía sus brazos y piernas amarradas con una soga y Pierre estaba en la misma situación, pero también tenía una herida en su cabeza que sangraba mucho.

–¿Qué sucede? –le preguntó Taylor asustada.

–Vine a hablar con mi tía, pero ella ya se había ido de la academia, cuando estaba dispuesto a irme, Lucas apareció, me golpeó en la cabeza y me trajo hasta aquí.

¿Lucas? ¿El exnovio de Taylor había escapado de prisión? ¿Qué quería? ¿Por qué estaba ahí? Todas sus dudas se resolverían porque la puerta se abrió y Lucas entró en el aula.

–Vaya... Vaya –dijo con voz enojada –. Mira que la perra ya ha despertado... ¿Quieres que te corte los dedos de las manos o los pies? Supongo que si corto tus manos ya no podrás cocinar nunca más.

Rio como completo demente y empezó a camina lentamente hasta donde estaba Taylor y le dio una patada en su estómago.

–¿Entiendes que todo esto es tu culpa?– le gritó Lucas –. Deberías haber visto las noticias antes de salir de tu casa.

–DEJALA –gritó Pierre, pero solo logro ganarse una patada en la nariz, la cual empezó a sangrar inmediatamente, ya que estaba rota por el fuerte golpe de Lucas.

­–¿Qué quieres? –le espetó Taylor enojada.

Lucas se acercó a su rostro y la beso, su aliento tenia rastros de cigarrillo. Era completamente asqueroso. Luego la soltó y le dio una cachetada.

–Quiero vengarme por lo que me hiciste –rio él –. Tu estúpido novio me había impedido estar contigo ese día en la chocolatería. ¿Te acuerdas, mi amor?

–Tienes razón –dijo Taylor –. Yo quería estar contigo, pero tenía miedo de que ya no me amaras.

"¿Qué rayos está haciendo?" fue lo único que pudo pensar Pierre.

Taylor se sentó sobre el frio suelo y luego miro a Lucas directo a sus ojos. Él la miraba incrédulo y algo perdido. No sólo había fumado, también se había drogado.

–¿Qué quieres decir? –preguntó Lucas.

–Que siempre te había amado –dijo Taylor–, pero tenía miedo de que me dejaras otra vez, pero ahora podemos estar juntos y escaparnos. ¿Qué te parece? Nadie tiene por que saber lo que pasó aquí.

Lucas agarró del cuello a Taylor y la levanto del suelo.

–Espero que no me mientas –dijo llorando –. Veras lo que te voy a hacer cuando salgamos de este lugar. Serás mía para siempre.

Taylor se estaba quedando sin aire, pero Lucas la soltó. Se dirigió a donde estaba Pierre y le escupió en la cara.

–Ya no eres más que una molestia –le dijo Lucas.

Sacó una navaja de su bolsillo y se la clavó a Pierre en el pecho. El maestro sentía como la fría navaja entraba por su pecho y como la sangre salía a chorros.

Mientras Lucas reía como desquiciado, Taylor se logró levantar del suelo y empujó al maniático, el cual cayó a unos metros de ellos.

Pierre solo podía pensar en su amada y que jamás nunca lo volvería a ver.

–Taylor... –le dificultaba hablar –. Yo te...

–Lo siento –dijo Taylor.

Con sus manos atadas logró sacar rápidamente la navaja y cortó las sogas que le impedían moverse. Se levantó rápidamente del suelo y se dirigió a donde estaba Lucas. Su rostro expresaba terror y vergüenza.

–Taylor –lloró él –. Pensé que íbamos a estar juntos para siempre...

–Eres un lunático.

Taylor le dio una fuerte patada en el rostro y Lucas quedó inconsciente.

Las sirenas de la ambulancia retumbaban en los oídos de Pierre, mientras lo subían a la camilla para llevarlo a un hospital.

–Estará bien –preguntó Taylor a Frank, su amigo policía.

–Claro que si –le respondió con una sonrisa –. Tendrá que descansar por un tiempo. Puedes acompañarlo si quieres.

Taylor abrazó a Frank y se dirigió a la ambulancia. Antes de que se cerraran las puertas vio a Lucas dentro de la patrulla de policías y su rostro no expresaba nada más que vicio y soledad.

–Hiciste un gran trabajo –. Le dijo Pierre, quien estaba sobre la camilla con una máscara de oxígeno –. Perdón por haber sido un inútil.

–No lo eres; además, ¿sabes por qué estoy aquí? –dijo Taylor. Pierre sonrió y agarró su mano –. Te amo.

–Yo también –le dijo con una sonrisa –. Supongo que tendré que aplazar mi vuelo a México, pero puedes acompañarme cuando me recupere.

–Será un placer.

–Podrías llamar a mi tía –le pidió Pierre –. Se molestara si se entera de que no la llame cuando estuve a punto de morir.

A Taylor no le agradaba nada la idea de llamar a su casi suegra, pero por amor se podía hacer cualquier cosa. Antes de llamarla, sacó de su bolsillo el collar que Taylor había conseguido en la tienda de Frank y le dio la parte con forma de Luna a su maestro, el cual sonrió y rio.

La ambulancia se dirigió al hospital llevando no solo a un herido, también llevando a una pareja que se amaba con todo el corazón.

Academia LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora