• Capitulo 13 •

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Mika sonrió satisfecho, mientras observaba como Kureto iba hacía la oficina del director. Ferid me miró con odio y supe ahí, que la venganza llegaría tarde o temprano, Ferid fue con su novio Crowley afuera de la cafetería. Mika volteó a verme, la preocupación estaba reflejada en sus ojos.

-¿Estás bien? Lamento no haber podido llegar antes.

-Si... Estoy bien... -murmuré por lo bajo.

Tarô apareció a su lado, sonriendo.

-Él es idiota de nacimiento.

-Oh, ¿en serio? No me había dado cuenta -dijo Makoto sarcásticamente

-¿Quieres terminar de comer para irnos? -me preguntó Mika, omitiendo los comentarios de sus amigos.

-Está bien.

(...)

Luego de las clases, guardé algunos libros para poder estudiar ya que mañana tendria un examen de biología, fui junto a Mika hasta su auto para poder irnos a casa.

Una vez allí, él me tomó de la mano y entramos, siendo recibidos por Sr. Tuko, quien maullaba y se restregaba en nuestras piernas, agitando la punta de su cola en alto. El ambiente se llenó de las risas de Krul, quien corría siguiendo a Sr. Tuko. El gato la miró y comenzó a correr, mientras seguía maullando.

-¡Sr. Tuko! ¡Regresa! -Krul gritó, con una sonrisa plantada en su rostro.

Cuando pasó frente nosotros, Mika la agarro entre sus brazos y la alzó sobre su cabeza. Krul gritó por la sorpresa.

-¡Mika, déjame!

-Deja al pobre gato -rió.

Sonreí, viendo la escena familiar tan desconocida para mi. Los maullidos volvieron, cada vez más cerca. Sentí como la bola de pelos clavó sus garras en mis jeans y comenzando a trepar por allí. Reí, mientras Sr. Tuko continuaba su recorrido por mi pierna. Mika dejó a Krul sobre su espalda, haciendo que sus piernas abrazaran su torso. Krul rió al ver al gato llegando por mi vientre y comenzando a trepar por mi chaqueta. Yo no sabía que hacer, solo reía algo nervioso.

-¡Gato malo! ¡Déjalo! -gruñó Mika.

-Espera Mika, quiero ver hasta donde llega -lo contradijo su hermana.

Sr. Tuko llegó hasta mis brazos, acurrucándose y escondiéndose entre ellos, ronroneando. Acaricie temeroso su lomo, mientras éste se arqueaba sobre mi mano. Krul aplaudió a gusto.

-Un día lo encontraremos plantado al techo -la voz de Shinya resonó en la sala, mientras salía de la cocina secándose las manos con un paño, sonriendo- Trepó la pared de alfombra que hay en la biblioteca. No se podía bajar y gritaba como loco. ¿O no, Krul?

-Si. Guren tuvo que subirse a una silla para sacarlo.

Mika la bajó, poniendo sus pies devuelta al suelo.

-¿Tienen una biblioteca aquí? -pregunté. Jamás había visto la casa completamente.

-Si. ¿Te gustaría verla? -me preguntó.

Asentí con la cabeza sin vacilar.

-Mika, ¿porqué no lo llevas?

-Claro. Yu chan ve a dejar la mochila a tu habitación.

-Esta bien.

Subí las escaleras y dejé la mochila sobre mi cama, aún sin soltar a Sr. Tuko. Mika estaba fuera en el pasillo, esperándome.

•Sálvame•[Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora