• Capitulo 15 •

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Habían pasado aproximadamente una o dos horas hasta que recibí una llamada de Goshi al teléfono fijo que teníamos en casa. Goshi me había dicho que habían podido conseguir la dirección en donde se encontraba Shino junto a Yu chan, y que debia prepararme para poder ir en su búsqueda. Le avisé a Shinya ya que Guren se había quedado con Krul. El me preguntó si podía ayudar en algo, pero solo respondí que no quería que saliera lastimado. Luego de despedirnos, salí y manejé hasta llegar a nuestro lugar de encuentro, los chicos estaban dentro menos Mito que como me habían señalado, había ido a buscar más armas con Smith el hombre que nos las proporcionaba.

Lacus me dio un chaleco antibalas que me puse bajo la camisa, logrando que pasara desapercibido con el abrigo negro y una vez que Mito llegó con un armamento de 15 armas de fuego, comenzamos a distribuirnos éstas. Me dieron dos a mi que guardé en la cinturilla de mis pantalones y una en el bolsillo trasero. Las escondí con el abrigo y camisa.

Goshi nos dibujó un plano del lugar para poder orientarnos mejor. Era una cabaña pequeña en medio de la nada que quedaba a unas horas de aquí, nos dijo que si queríamos llegar para el amanecer, que fuéramos ya.

(...)

El lugar aún estaba oscuro, los primeros rayos de sol asomándose por las colinas llenaban el ambiente. Bajamos todos, Goshi había estacionado cerca pero no lo suficiente como para que nos vieran.

Cargué un arma, la que tenía silenciador para poder avanzar con seguridad, al igual que los demás esperamos la señal de Goshi, pero yo no podía esperar más. Necesitaba ir con el y decirle que todo estaría bien. Necesitaba comprobar que no le habían echo nada, que estaba sano y salvo.

La rabia daba vueltas por mis venas, igual que la anticipación. Debía ir allí y protegerlo.

Él comenzó a avanzar viendo el suelo sobre sus pies para así no hacer mucho ruido. Nosotros lo seguimos por atrás, yo detrás de suyo. Se apegó a la pared de la cabaña estaba húmeda y fría, se acercó a una ventana para mirar. Era una pequeña sala, allí habían dos hombres durmiendo sentados y otros dos jugando con cartas y fumando mientras hablaban. Goshi les dio señas a los demás, diciéndole cuantas personas habían allí dentro. Éramos seis contra cuatro de momento; dos dormidos y dos despiertos.

Goshi nos dijo que dos de nosotros mataran primero a los hombres que estabas despiertos, mientras que otros dos mataban a los que estaban sobre el sofá.




[-Narrador-]




Shusaku comenzó a inspeccionar el pequeño lugar hasta dar con una puerta. Escuchó los disparos provenientes de la sala, pero no les dio importancia. Abrió y entró, encontrándose con algo que jamás había pensado. La habitación estaba pintada de un azul desgastado. Manchas de goteras cubrían el agrietado techo. Shusaku contó seis. Había una cama de dos plazas solo con un colchón viejo y sucio y unas finas sábanas que estaban amontonadas a los pies de la cama. Yûichirô estaba solo en ropa interior, la piel muy pálida y casi translucida.

Sus labios estaban partidos, morados y resecos. De aquí se notaba una mancha de sangre cubriendo su labio superior y parte del inferior. Mantenía la boca entreabierta y respiraba con dificultad, tenía moretones muy marcados sobre su cuerpo, incluso uno con forma de palma en su pálida mejilla.

Shusaku tragó, mientras se acercaba rápidamente junto a el y revisaba su pulso.

"Es muy lento."

Le quitó el cabello de su rostro sintiendo su fría piel sobre las yemas de sus dedos. Sintió unos pasos apresurados detrás de él y vio a un hombre moreno de pelo corto y desordenado, sosteniendo una navaja hacia él. Lo vio acercarse y antes de que le hiciera algo, sacó su pistola apuntó y disparando al pecho, matándolo inmediatamente. Luego de unos segundos, Mika entró y se quedó helado cuando vio la débil figura de Yûichirô tenida sobre la cama. Shusaku lo escuchó respirar fuertemente, aguantando la respiración. Se acercó a el.

•Sálvame•[Mikayuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora