Edward X Envy

Un secreto guardado

Pasaron un par de meses y por seguridad Envy no había aparecido. Edward sentía que algo crecía dentro dentro de el, algo que jamas pensó que existía dentro de el, y que jamas pensó en querer.

El doctor Knox había dicho que había nacido con el síndrome del hermafrodita y que por eso había podido quedar esperando una criatura en su vientre y que crecía sanamente. Ahora Edward, con seis meses de embarazo, descansaba en su departamento.

En todo ese tiempo el joven alquimista evitaba a todos que conocía, e incluso a su familia y enemigos. Scar y Roy se pasaban tardes enteras en tratar inútilmente que Edward le contará que le pasaba. Pero el joven alquimista se negaba.

Ed veía el atardecer a través de su ventana. Había pasado ocho meses y su vientre se inflaba por el embarazo. Fruto de su amor prohibido con Envy que por seguridad no había vuelto a aparecer.

-Espero que ni aparezca-suspiro Ed con un poco de temor. En ese momento tocaron la puerta y el joven fue a abrir.

-Roy...-Edward se sorprendió por aquella visita tan sorpresiva ya que el alquimista de la llama jamas le había visitado.

El joven retrocedió hacia atrás y se sentó en el sillón mientras que Roy se acercaba a el con una expresión neutra en su cara. Se arrodilló frente a el y bruscamente metió su mano en las ropas de Edward descubriendo su secreto.

Edward empezó llorar y su cuerpo a estremecerse.

-¿Envy lo sabe?-pregunto el hombre con vos ronca. Edward negó con la cabeza.

Dando un suspiró y empezó a caminar. Adivinando sus intenciones Edward le tomó un brazo con ojos suplicantes.

-Envy tiene derecho de saber que estas "embarazado" de él. Aunque sea un homúnculo-gruño Roy con un rastro de celos.

-Por favor. No lo hagas-rogó el joven.

Roy le abrazo mientras que Edward lloraba y se estremecía. Pasaron un par de minutos pero el abrazo no se desacia.

-¿Roy?-dijo Ed para llamar la atención del mayor-¿que hago?

-Ya te lo dije, dile a Envy que esperas un hijo de el-suspiro Roy-de seguro que lo rechazara, así que te casarás conmigo.

Edward lo miro asustado. Jamas podría vivir con alguien cuya relación no era de los mas agradable. En ese momento alguien agarro a Roy por la espalda y le propinó un puñetazo en la cara que por poco se la destroza.

-¡¡MALDITO!!-era Envy-¡No te llevarás lo que es mio!

Roy se levanto con cuidado y miro a Envy de forma burlona y frente a el beso a Ed en la boca
Edward reaccionó enseguida y se separo bruscamente. Acto seguido el alquimista de la llama agarro Envy por el cuello.

-El hijo es tuyo, pero no creas que permitiré que estés con ellos-amenazo Roy y salio dando un portazo.

Esa noche, después de la cena, Edward y Envy estaban acostados en la única cama que había en el departamento. Ambos estaban espalda contra espalda, si atreverse a mirarse.

-Edward ¿porqué nunca me lo dijiste?-pregunto Envy rompiendo el silencio.

-No quería darte problemas-respondió Ed-de seguro que tu rechazaría a la criatura.

Al oír eso, Envy beso fuertemente a Edward que lo aparto bruscamente.

-¡¿Que crees que haces?!-chillo
Edward sorprendido y aterrado pero Envy volvió a besar.

-Tranquilo-susurro el homúnculo-todo ira bien. Te amo.

Tal ves, todo saldrá bien.